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Mercancía verde (+ Fotos)

Representantes de 170 países se dieron cita en Tailandia para debatir sobre el tráfico ilegal de vida silvestre, catalogado como el tercer crimen organizado a nivel global, después de las drogas y las armas

Autor:

Patricia Cáceres

El pintoresco paisaje montañoso, las paradisíacas islas y balnearios y los majestuosos templos budistas han hecho de Tailandia uno de los destinos turísticos más atractivos del sudeste de Asia. Pero, paradójicamente, este país tiene también el deshonroso reconocimiento de ser el principal mercado mundial de venta de productos hechos con marfil, extraído legalmente de colmillos de elefantes.

Fue precisamente en este lugar donde este mes se celebró la XVI Conferencia de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (Cites). Representantes de 170 países se dieron cita en este lugar para considerar nuevas propuestas encaminadas a combatir el tráfico ilegal de vida silvestre, catalogado como el tercer crimen organizado a nivel global en volumen de negocio, después del de las drogas y las armas.

La ambiciosa agenda del encuentro estuvo encabezada por la caza del elefante y el comercio de sus colmillos. También se incluyeron otras especies como rinocerontes, los grandes simios y felinos asiáticos, antílopes saiga y tibetano, tortugas de mar y de agua dulce, esturiones y peces espátula, tiburones y pepinos del océano, por solo mencionar algunos.

De las 65 propuestas consideradas, finalmente se aprobaron 55. De forma unánime se acordó mejorar los controles en el comercio de cientos de especies forestales, así como en el de rinocerontes, mantarrayas y cinco especies de tiburón.

«La 16 cumbre de Cites va a quedar en la memoria como una conferencia exitosa. Ha habido varios hitos que crearon precedentes para la conservación de vida silvestre», expresó Carlos Drews, director del Programa Global de Especies de la Fundación Mundial para la Vida Salvaje (WWF), durante la jornada de clausura.

Y es que, además de los compromisos concretos para proteger las especies más amenazas, Drews subraya que por primera vez se ha reconocido que los crímenes contra la vida silvestre traspasan las fronteras y van más allá de la explotación de animales.

«El tráfico de especies a menudo está asociado a otras formas de crimen, como el lavado de dinero y el tráfico de armas, y supone una amenaza para la seguridad nacional y para los guardias de los parques forestales, que están en una situación de desventaja frente a los furtivos», advirtió Drews.

«Hasta ahora en Cites no se había enfatizado en la necesidad de que se tomaran medidas para atajar el tráfico ilegal y el furtivismo», señaló.

El acuerdo de Cites se firmó en Washington en marzo de 1973, en un intento de regular el floreciente comercio en flora y fauna silvestres. En la década de los 90 se acordó la prohibición de todo tipo de comercio internacional con ciertas especies y también con algunos productos provenientes de estas, como el marfil o el cuerno de rinoceronte.

Pero esta decisión, en lugar de mejorar la situación, la incrementó. Al convertirse en una mercancía ilegal, el precio de los productos se multiplicó.

Muchos de estos animales habitan en países pobres cuyos habitantes encuentran pocas fuentes de ingreso, sin leyes sólidas que prohíban la caza furtiva, y muchas veces están controlados por instituciones corruptas.

Las importaciones globales legítimas de productos silvestres continúan ascendiendo y representan más de 300 000 millones de dólares al año.

Futuro de los elefantes continúa incierto

La XVI Conferencia se inició con el compromiso de la primera ministra de Tailandia, Yingluck Shinawatra, de que su país modificaría las leyes para prohibir el comercio de marfil.

Los criminales aprovechan un vacío legal en las leyes tailandesas que permite la venta de colmillos de elefante de ese país, para blanquear grandes cantidades de marfil ilegal africano, gran parte del cual se vende a los turistas. El kilo de marfil puede tener un precio de hasta mil dólares.

Si la Primera Ministra de Tailandia cumpliera su promesa, sería una muy buena noticia para la especie, teniendo en cuenta que mueren cada año más de 30 000 paquidermos para extraerles sus colmillos, según han denunciado en reiteradas ocasiones la WWF y la Red de vigilancia del comercio con vida salvaje Traffic.

A pesar del compromiso verbal de Bangkok, Carlos Drews admite que están a la espera de que «Tailandia presente un plan con plazos concretos, y que existan mecanismos para que puedan verificarse el progreso y la implementación de las medidas para prohibir la comercialización».

Según un comunicado de prensa de Cites, «se modificaron, actualizaron y fortalecieron» las reglamentaciones del comercio de elefantes y los productos derivados de estos. Sin embargo, la XVI Conferencia no logró que se impongan sanciones comerciales a los países que no regulan sus mercados de marfil, como Camerún, República Democrática del Congo, Egipto, Etiopía, Gabón, Mozambique, Nigeria y Uganda.

La situación de los elefantes africanos cada día se torna más crítica e incierta. Un informe publicado simultáneamente a la XVI Conferencia, por expertos de la Sociedad de Conservación de la Vida Silvestre de Estados Unidos (WCS, por sus siglas en inglés), confirmó que estos mamíferos podrían desaparecer para la próxima década.

Los autores de estudio analizaron 12 875 kilómetros de los bosques en Camerún, la República Centroafricana, la República Democrática del Congo, Gabón y la República del Congo.

Los resultados, publicados en la revista científica PLoS One, sugieren que la población de elefantes africanos del bosque en África Central disminuyó un 62 por ciento en los últimos diez años. En Gabón, por ejemplo, las autoridades estiman que entre 50 y cien elefantes mueren cada día.

Pocas esperanzas para los osos polares

El intento por prohibir el comercio internacional de osos polares fue rechazado por una parte de los delegados de la reunión internacional, aun cuando solo en Canadá se exterminan anualmente unos 600 ejemplares.

Estados Unidos dijo que la prohibición de comercialización ayudaría a salvar a los osos, cuyo hábitat está amenazado por el deshielo provocado por el cambio climático.

Pero Canadá, Groenlandia y Noruega se opusieron con fuerza a la propuesta, argumentando que la información científica demostraba que la especie no está amenazada, sus poblaciones eran estables y existe un control efectivo sobre la caza de subsistencia que realizan las comunidades inuit con cupos científicamente fundamentados. Una piel de oso polar está valorada en más de 12 000 dólares.

En el encuentro tampoco fueron aprobadas las propuestas para proteger al cocodrilo, presentadas por Colombia y el país sede, ni las rayas de agua dulce sudamericanas, solicitadas por Colombia y Ecuador, por la oposición en bloque de la Unión Europea y de otros Estados.

También buenas noticas

Con vistas a preservar y asegurar un comercio legal y sostenible de sus recursos naturales, la Conferencia acordó por unanimidad llevar un exhaustivo control de algunas especies de la flora como maderas preciosas.

La tala indiscriminada del ébano de Asia, América Central y Madagascar será seguida muy de cerca por la Convención, de conjunto con la Organización Internacional de Maderas Tropicales (ITTO).

Otro punto importante en el debate fue la matanza y explotación de rinocerontes, las cuales están alcanzando niveles críticos.

Los grupos criminales organizados cazan furtivamente a estos animales para extraerles sus cuernos, ya que en algunas culturas, especialmente de Vietnam y Mozambique, se cree que tienen propiedades medicinales. Por este motivo, en 2012 se asesinaron en Sudáfrica 668 ejemplares.

La conferencia instó a los Estados miembros a iniciar procedimientos legales contra estos grupos criminales, con sanciones lo suficientemente rigurosas como para disminuir la caza furtiva y el comercio.

Tras varias sesiones de trabajo, los participantes también aprobaron incrementar la protección de cinco especies de tiburones, tres de estas en peligro crítico, y que todo su comercio sea registrado y regulado. Se estima que alrededor de cien millones de ejemplares mueren cada año con el fin de preparar la sopa china de aleta de tiburón.

Además se votó a favor de mejorar de situación con las mantarrayas, a las que asesinan por sus peines branquiales, de gran valor en la medicina tradicional china. Los activistas aplaudieron la medida y dijeron que la votación representó un gran avance para la conservación marina.

El secretario general de la Cites, John Scanlon, declaró en un comunicado oficial que «se requiere un enorme esfuerzo para negociar estos tratados y que luego funcionen; sin embargo, la comunidad internacional ha decidido hacer el mejor uso de este acuerdo pragmático para ayudar en el camino hacia la sostenibilidad de nuestros océanos y bosques», dijo.

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