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Las mazorcas gigantes de Martha

En un patio camagüeyano, del reparto Simoni, ha nacido una planta de maíz que no solo ha dado cuatro frutos —hecho inusual en esta especie—, sino que uno de ellos mide 80 centímetros de largo

Autor:

Yahily Hernández Porto

Hasta Juventud Rebelde llegó la noticia singular que tiene a la vecindad del reparto Simoni muy excitada por estos días.

El teléfono timbró varias veces. Al levantar el auricular escuché al tío, José, comentar que había una planta de maíz en el patio de su vecina que le habían brotado cuatro mazorcas y dos de ellas súper grandes.

Tal fue la sorpresa que hasta la morada de Martha Álvarez, ubicada en calle Palomino, número 110, entre Cupey y calle seis, de este sitial agramontino, se trasladó esta reportera.

Cuenta Martha, actual ama de casa y quien trabajó por más tres décadas en el Cárnico de esta ciudad, que la «matica» nació por los granos de maíz que se les echaban a las palomas y a las gallinas de su corral, para comer.

«Fue creciendo y estirándose—recordó Martha—pero no  echaba fruto. Un buen día me dije: "esta mata parece ser macho"».

«La dejé por incorregible—refirió—, hasta que nos asustó, porque no solo le nació esta "mazorcona", de 80 centímetros de largo, sino que luego le nacieron la segunda, tercera y cuarta hija».

No miente Martha, pues ante la cámara insistente de JR hizo comparecer en su patio, al vecino y agrónomo de profesión, Joaquín Miranda, quien con un centímetro en mano midió esta gramínea de más de dos metros de altura y a todos sus frutos de 80, 58, 43 y 38 centímetros de largo, cada uno.

«Nunca he visto nada igual», aseguró el agrónomo Joaquín, mientras explicó que este singular paritorio agrícola se debe probablemente a la permanente humedad de la tierra de Simoni, «que en etapas pasadas llegó a tener los mejores platanales de todo el lugar», aseveró.

Lo anterior pareciera un hecho corriente y sin relevancia, pero no lo es. Otro de sus vecinos, el guajiro de nacimiento, Sergio Recio, quien vive pared con pared con Martha, y la bibliografía especializada referente al tema aseguran, «las mazorcas son generalmente de 15 a 39 cm de largo y se cosecha un fruto por planta».

Para Martha y toda su parentela lo más importante ha sido el cuidado, «mientras crecía la fui cuidando y hablándole muy cerquita. Creo que al confundirla con una planta macho, me sacó la veta con cuatro "mazorcotas" que aún crecen dentro de sus capuchones (hojas que rodean el fruto) en la mata».

Por el momento las preguntas del día son las que se hace reiteradamente su hijo, Reynaldo Yoel, y los amigos allegados del alegre familión: «¿quién y cuándo se comerá el maíz? Porque mami no deja que nadie se aproxime a su mata ni de madrugada».

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