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Ventosas ¿olímpicas?

La ventosaterapia o cupping, muy utilizada por deportistas y artistas famosos, es un método terapéutico indoloro de la medicina tradicional china, ampliamente extendido en el mundo y en Cuba

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

¡Moretones en los hombros y la espalda! A no pocos se les despertó la curiosidad cuando el nadador estadounidense Michael Phelps, el atleta más laureado en Juegos Olímpicos, hizo su aparición en competencia durante estos días de agosto con llamativas marcas circulares en su cuerpo.

Algunos pensaron en una enfermedad, otros sospecharon alguna artimaña de dopaje o síntomas de alergias, pero ni lo uno ni lo otro. El atleta hizo uso de una modalidad terapéutica basada en la antigua medicina tradicional china con el objetivo de mejorar el flujo sanguíneo y reducir el dolor muscular.

Por cierto, la ventosaterapia o cupping, como se le conoce a este método terapéutico, no ha sido privativo de Phelps y de otros nadadores en Río de Janeiro, como el estadounidense Alex Naddour y el bielorruso Pavel Sankovich. Diversas publicaciones en Internet refieren su uso tiempo atrás por las actrices Jennifer Aniston y Gwyneth Paltrow, y más recientemente, por Justin Bieber, Chris Martin, David Arquette, Victoria Beckham, Jessica Simpson y Lena Dunham, a quienes también se les veía en su piel esas manchas rojas.

¿Cuánto de beneficioso tiene la ventosaterapia, más allá de mitos mediáticos? ¿Se encuentra esta alternativa terapéutica al alcance de los cubanos? ¿Cuáles son sus contraindicaciones?

La leyenda de phelps

Las ventosas constituyen un método de tratamiento de la terapéutica externa de la medicina tradicional china y, al igual que la acupuntura, su historia es milenaria, al utilizarse en sus inicios cuernos de animales para aspirar el pus.

Las referencias en la medicina árabe las sitúan en un lugar privilegiado en el tratamiento de disímiles enfermedades bajo el nombre de hijhamas y se registran evidencias en investigaciones recientes que avalan su uso en Egipto y a principios del siglo XIX en Europa y América.

El doctor Johann Perdomo Delgado, especialista en Medicina Natural y Tradicional y jefe del Departamento de esta disciplina en el Ministerio de Salud Pública de Cuba, asegura que de acuerdo con los principios de la medicina tradicional china, este tratamiento calienta y promueve el libre flujo en los canales y colaterales de la acupuntura, eliminando el frío y la humedad, así como la inflamación y el dolor.

«Las ventosas se utilizan con frecuencia, desde la perspectiva tradicional, en el tratamiento del Síndrome Bi, el cual se relaciona con los diferentes diagnósticos de la medicina occidental que cursan con dolor del sistema osteomioarticular como síntoma principal o relevante. También se utilizan en el abordaje de trastornos gastrointestinales como el dolor epigástrico, vómitos y diarreas, al igual que en las neuralgias y en afecciones respiratorias como el asma bronquial», destacó.

Perdomo Delgado insiste en que, como erróneamente muchos han pensado, no es este un proceder doloroso ni para el que se necesita quemar al paciente obligatoriamente.

«Se enciende un algodón previamente empapado en alcohol para calentar la ventosa y, sujetado con pinzas, se introduce en su interior, dándole vueltas para luego extraerlo y colocar la ventosa sobre la piel. La combustión del oxígeno crea un vacío de aire dentro de la ventosa que, al colocarla sobre la piel, hace que la succione. Se deja aproximadamente unos diez minutos, y se retira cuando la piel adopta un color violeta o morado intenso, el cual desaparece luego de unos días».

Explica el especialista que las ventosas pueden dejarse retenidas o fijas; quitarse y ponerse rápidamente; moverse una vez aplicadas, y sacudir o girar, en dependencia del material con que estén confeccionadas.

Para su aplicación actualmente existen de plástico con bomba de aspiración, magnéticas o con pera de goma. Las tradicionales son de bambú y de cristal, que resultan las más utilizadas en las consultas de Medicina Natural y Tradicional de los Servicios de Rehabilitación Integral de la Atención Primaria de Salud, y en los servicios y consultas de la especialidad en hospitales de nuestro país. Ambas funcionan con fuego para la creación del vacío que permite la succión de la piel, agrega.

«A nivel mundial se cuenta también con ventosas plásticas de succión, cuyo uso se incorporará gradualmente en Cuba, y más recientemente en China se han creado ventosas de silicona que permiten la movilidad articular mientras el dispositivo está adherido a la piel».

Insiste el también máster en Medicina Bionergética y Natural que no provoca dolor alguno la aplicación de las ventosas, «y ningún profesional cubano que haga uso de esta modalidad terapéutica en nuestros servicios de salud, sobre todo en la rehabilitación de algunos pacientes, quema la piel».

Por el interés que despierta la medicina tradicional china en el mundo moderno, numerosas investigaciones y ensayos clínicos se desarrollan actualmente en torno a las diferentes modalidades terapéuticas que agrupa.

«En Irán se estudió por primera vez en 2012 el efecto cardioprotector de las ventosas en un modelo de laboratorio utilizando ratas Wistar, cuyo resultado se publicó en un artículo en el Chinese Journal of Physiology. El uso de estos dispositivos, asociados a la técnica de sangría, generó un efecto protector sobre el tamaño del infarto y la incidencia de arritmias.

«Luego de haber revisado 77 ensayos clínicos con un total de 11 077 pacientes, una revisión sistemática con metaanálisis sobre el valor de la medicina tradicional china en el tratamiento del dolor cervical y lumbar, publicada en febrero de 2015 en la revista PLOS ONE, concluye que las ventosas (al igual que la acupuntura y la digitopuntura) podrían ser eficaces en el tratamiento del dolor y la discapacidad en pacientes con dolor cervical crónico y dolor lumbar, sin grandes riesgos de reacciones adversas».

Destaca Perdomo Delgado que se estudia actualmente el valor de las ventosas en el tratamiento de otras enfermedades como el herpes zoster, la osteoartrosis, el dolor del hombro y el dolor lumbar posparto, entre otras.

«De cualquier manera, debido a que la consistencia de las evidencias no es de alta calidad metodológica, solo es posible recomendar estos tratamientos como complementarios de la terapéutica tradicional para estos diagnósticos.

«Para ello, es vital llevar a cabo una correcta evaluación médica del paciente para la prescripción o no del tratamiento, pues no es aconsejable para todas las enfermedades ni para todas las personas», advierte el experto, quien precisa que la ventosaterapia o cupping tiene limitaciones en pacientes con úlceras cutáneas, edemas, trastornos de la coagulación, fiebre y convulsiones, así como en las regiones abdominal y sacra de mujeres embarazadas.

No son las ventosas la causa de los triunfos acumulados de Michael Phelps en los Juegos Olímpicos pero, sin duda, su aparición mediática ha impulsado el interés por su conocimiento y su uso, no ajeno a nuestro país.

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