Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Líos de billetes

Hoy se habla de billetes, esos volátiles papeles que se escurren del bolsillo vertiginosamente, y siempre nos tienen en ascuas, haciendo cálculos hasta lo infinitesimal.

Desde Avenida 20 de Mayo 551, entre Emilio Núñez y Marta Abreu, muy cerca de esta redacción, me escribe Digna Ramos Molina para abordar lo que ella considera «una empresa harto difícil»: comprar CUC con pesos.

«En ningún banco brindan este servicio, y tampoco en la mayoría de las CADECAS, apunta. Se ha centralizado en lugares específicos y que no todo el mundo conoce. Ni existe al respecto la debida divulgación».

Digna esgrime un argumento lapidario: el salario de la inmensa mayoría de los cubanos es en pesos, sin adjetivos de convertibilidad. De ahí que comprar CUC sea algo muy recurrente para cualquier familia, pues hay artículos de primera necesidad que solo se adquieren con los populares y no tan accesibles «chavitos».

La lectora tiene razón. Si las más recientes decisiones monetarias han afianzado un tanto la accesibilidad al peso convertible, es un contrasentido que sea tan difícil y aislado realizar oficialmente la operación de compra de esa moneda.

El resultado es, como señala Digna, que «en los pocos lugares donde se brinda ese servicio, se hacen largas colas», por lo cual los interesados en adquirirlo, terminan en manos de los ágiles «transaccionistas» callejeros.

Digna ha querido averiguar la razón de ese vacío, pero se le escapan los argumentos, así como se le esfuman los convertibles. En CADECAS y bancos nadie sabe decirle por qué.

La segunda carta la envía Esther González, de Peñalver 506, entre Franco y Subirana, en el municipio capitalino de Centro Habana. Y es para manifestar una preocupación relacionada también con los escurridizos billetes.

Refiere ella que en el caso de los trabajadores que, además de su salario básico, perciben estimulación en pesos, ya sean convertibles o no, los créditos bancarios para adquirir efectos electrodomésticos tienen en cuenta estos últimos ingresos.

Si la persona percibe, por ejemplo, 12 pesos convertibles, a la hora de hacer la base sobre la cual se hacen los descuentos, esa cantidad se lleva a pesos por la conversión vigente.

Pero puede suceder que en determinados meses no se cobre estímulo —no siempre es por culpa del trabajador, sino que hay factores del colectivo o de garantías externas como materia prima, por ejemplo—, y sin embargo, el descuento mensual es inalterable, y no tiene en cuenta estas contingencias, que son más frecuentes de lo que muchos se imaginan.

En síntesis, que, según la remitente, se da el caso de que el descuento mensual supera el salario del trabajador.

Como que el sistema bancario cubano ha demostrado ser tan ágil y sensible a los planteamientos ciudadanos reflejados aquí, aseguro que pronto se esclarecerá la inquietud de Esther.

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