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Autoclaves de la consecuencia

Hace 20 días esta columna reflejó la angustia del lector Manuel Martínez, quien, según sus propias palabras, llevaba dos semanas tratando de resolver una molestia en sus piezas dentales —hasta el dolor— en la clínica estomatológica 28 de Septiembre, de Tejar, entre Lawton y San Anastasio, en el barrio capitalino de Lawton.

En dos discretos párrafos prodigados al drama de un ciudadano que lanza un S.O.S., nos hicimos eco de la queja: la causa era que se encontraban rotos los equipos de autoclaves de la clínica. Y el remitente atestiguaba que la administración de la misma había hecho todas las gestiones posibles, sin solución.

Ahora me escribe la doctora Damaris Naya Rodríguez, directora de la clínica estomatológica, quien precisa que, a raíz de lo publicado, visitaron a Manuel, y comprobaron que él no visitó el centro para solicitar que se le atendiera, sino que toda gestión la hizo por teléfono con una compañera de Admisión; por lo cual no contactó con ningún responsable administrativo.

Aclara la Directora que dos días después de aquella llamada de Manuel, y ya enviada la carta a esta sección, el demandante volvió a comunicarse telefónicamente con la clínica, y se le informó que el problema se había solucionado.

Pero como Manuel no avisó ni siquiera por teléfono a esta sección, adonde había carenado y se le había acogido —como han hecho otros que de súbito encuentran la solución—, es que la queja aparece a la larga como un problema añejado. Y no era así.

Cuando la Directora se entrevista con Manuel, él le manifiesta que «no pensó que la reclamación alcanzara la dimensión que ha tomado, y rompió la copia de la carta». E, incluso, les manifestó que «es un asiduo seguidor y colaborador de esta sección».

Afortunadamente, cuando la doctora nos visitó en JR, sensibilizada por el asunto, nosotros teníamos la misiva de puño y letra del remitente, lo que comprueba que todo se ajustó objetivamente a su queja.

Y uno se pregunta cómo un ciudadano que escribe a una sección, luego se asombra con el impacto de lo que desencadenó. Hay que ser consecuente con lo que uno sostiene, salga el sol por donde salga. Lo otro es que, de acuerdo con la infalible justicia de nuestra base de datos, donde se registra cada carta, jamás Manuel escribió antes a nuestra columna. Y tampoco alentamos aquí movimientos de «colaboradores». Nuestros destinatarios son desconocidos, y nuestra gestión, imparcial.

Y lo más importante: la Directora aclara que el 14 de septiembre se afrontaron dificultades con las autoclaves. Se reportó urgentemente al Departamento de Electromedicina municipal y los especialistas se presentaron para solucionarlo, al punto de que en la mañana del viernes 15 continuaron brindando el servicio, y ante nuevos contratiempos, lo reportan a la provincia.

Ese día acudieron los electromédicos, que detectaron el percance: variación de voltaje. Ya el sábado 16 todo era normal.

Al final, las autoclaves del caso son el hecho de que, como exigimos siempre la precisión, consecuencia y veracidad en quienes responden, también las esperamos de los quejosos.

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