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Turnos para el detalle

Siempre habrá que bregar por la cultura del detalle, que tanto necesitamos para no caer en la tentación de las cómodas generalizaciones y las tábulas rasas cuando de seres humanos se trata.

De alguna manera, Bárbara Scull fue víctima de un descuido, cierta especie de desaliño en el proceder de una institución de salud a la cual, al propio tiempo, ella le agradece el haberle salvado la vida.

Bárbara, quien reside en la ciudad de Manzanillo, provincia de Granma, revelaba aquí el pasado 22 de abril que desde 1997 se atiende en el Instituto de Oncología y Radiobiología, en la capital, y debe asistir a consultas que se programan anualmente.

Ello representa reservar con tiempo pasaje en ASTRO, ida y vuelta. Es toda una empresa monetaria y de tiempo para Bárbara, desde tan lejos.

La última consulta se la programaron para el 18 de marzo. Ese día la paciente arribó al Oncológico. Fue entonces que le comunicaron que era martes, sencillamente, y el doctor que la atiende solo consulta los lunes. Le dieron entonces turno para el 24 de marzo. Y eso, que pudiera parecer una bagatela para quien reparte los turnos, es una seria complicación para una paciente que debe trasladarse desde el otro extremo del país, con no pocos sacrificios.

«Hace falta más tacto y seriedad a la hora de dar un turno», señalaba entonces este redactor, quien conoce cuantas tribulaciones representan para un paciente de una provincia tan lejana el acceder a un turno para atenderse una enfermedad tan delicada.

A propósito, responde el doctor Esteban García Alzola, director del Instituto de Oncología y Radiobiología, quien reconoce que «realmente se cometió un error al darle el turno de un año a la paciente Bárbara Scull, de Manzanillo, pues la persona encargada de hacer la planificación de los libros no consultó un almanaque, y no se percató de que este año era bisiesto».

El doctor García Alzola relata que, a consecuencia del descuido, Bárbara tuvo que esperar una semana más para ser atendida, por lo cual le ofrece disculpas en nombre de la institución.

Para que tal desaguisado no vuelva a repetirse, a la trabajadora culpable se le aplicó la medida disciplinaria de cambio de puesto de trabajo. Y a partir de ahora, se le exigirá a la jefa de Departamento que realice la revisión de la planificación de los turnos con el correspondiente almanaque, refiere el director.

El detalle es el detalle, para evitar molestias y contratiempos.

La segunda carta es la respuesta de Ernestina Arrechea Peña, directora de la Empresa de Gas Manufacturado de Ciudad de La Habana, a propósito de la denuncia de Manuel Pérez Valle, reflejada aquí el pasado 10 de junio.

Entonces, Manuel contaba en nombre de los vecinos del edificio sito en Masó 154, entre Enrique Villuendas y Aranguren, en el municipio capitalino de Cerro, que dos meses atrás una brigada de Aguas de La Habana hizo excavaciones en la acera y en la calle para solucionar una tupición exterior.

Pero dicha brigada, al retirarse, dejó tras sí los huecos, donde se acumulaban aguas estancadas y desechos.

Además, en sus trabajos, los de Aguas... perforaron accidentalmente una tubería del gas manufacturado. La Empresa de Gas Manufacturado se presentó entonces y restableció el servicio con una acometida nueva; para ello picó la calle. Igualmente se retiró sin sellar la perforación.

Y mientras tanto, los vecinos sufriendo, esperando a que ambas entidades se pusieran de acuerdo.

Al respecto, la directora de la Empresa de Gas Manufacturado reconoce que los vecinos llevaban razón ante la demora de ambas entidades en el restablecimiento de lo perforado. Y manifiesta que el 10 de junio, en la reunión provincial de Redes Técnicas, se acordó que la Base de Alcantarillado de Aguas de La Habana y Gas Manufacturado trabajaran de conjunto en la solución del caso.

Los días 11 y 12 de ese mes eliminaron lo pendiente de cada una.

Así, se establecieron las bases entre ambas entidades para que casos semejantes no se repitan, asegura la funcionaria, y solucionado el problema, los vecinos manifestaron su conformidad por el trabajo finalmente realizado.

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