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Aclara CUPET sobre petróleo derramado en Cojímar

El pasado 6 de septiembre esta columna reflejó la denuncia de la lectora Maryuris Cabrera, acerca de derrame de petróleo en la orilla de la localidad capitalina de Cojímar, específicamente en el área comprendida entre el círculo social La Costa y el sitio de bañistas Claro de Luna. Y lo acompañaba con una imagen elocuente.

Al respecto, ahora responde Jorge Félix Artea- ga, director técnico de la Unión Cubapetróleo (CUPET), quien aclara que, por estar operando en zonas cercanas al sitio las empresas extractoras de petróleo Occidente y Centro, se hace imprescindible un esclarecimiento del asunto.

Precisa que en la zona de Alamar, a 250 metros de la costa, hay un pozo de perforación, el cual se encuentra encamisado. Y mediante tuberías se envía el petróleo hacia tanques con buen estado técnico, que cuentan con muros de contención impermeabilizados.

«El petróleo es cargado mediante pailas y trasladado hacia Boca de Jaruco, para su tratamiento, prosigue. Las áreas del pozo se encuentran limpias, sin impactos de petróleo. Y no se ha reportado ningún derrame ni averías tecnológicas, por poseer los operadores buenas prácticas y cultura ambiental. Como se puede apreciar, no existe ninguna posibilidad de que el petróleo de esa instalación haya llegado a las costas de Cojímar».

Al propio tiempo, sostiene Arteaga que en recorrido de especialistas de CUPET por el lugar, se pudo constatar que no existía ningún derrame de petróleo crudo, pero sí observaron que en el área del Malecón de Cojímar existen basureros, donde hay piezas, filtros y otros accesorios de vehículos impregnados de grasas y lubricantes.

Manifiesta el director técnico que la actividad petrolera, por sus propias características, tiene elevadas probabilidades de provocar derrames. Y en función de ello se toman las medidas de mitigación necesarias. Y asegura que, en caso de producirse, CUPET se responsabiliza y trabaja por remediar la situación provocada.

Llama a la reflexión de todos, en el sentido de que descuidos como esos no deben producirse en áreas tan sensibles, para poder seguir disfrutando de las bellezas de la Naturaleza. Y reafirma que con CUPET siempre se podrá contar, para seguir trabajando y tomando las acciones necesarias, en pos de lograr el imprescindible equilibrio entre el medio ambiente y las actividades productivas que se fomentan.

Yunieski merece su oportunidad...

Desde El Guayabo de Sabanilla, en Baracoa, provincia de Guantánamo, me escribe Yunieski Guilarte, un joven de 21 años que ha dado tumbos, pero persiste contra viento y marea en su sueño de formarse como profesor de Inglés.

Refiere el joven que luego de graduarse de 12mo. grado en el curso 2004-2005, le fue otorgada la carrera de Sociología en la Universidad de Oriente. Una vez concluido el Servicio Militar se incorporó a esos estudios, pero tuvo que dejarlos por problemas económicos.

Al volver a Baracoa se presentó en la Sede Universitaria Municipal (SUM) y le explicaron que para reincorporarse a los estudios superiores debía esperar por un período de dos años, como está establecido. Así lo hizo, y en septiembre de 2007 se presentó en el Instituto Superior Pedagógico Raúl Gómez García, de Guantánamo, para estudiar la especialidad de Inglés, pero le dijeron que ya había cerrado la matrícula.

En marzo de 2008, en la propia Baracoa abrieron una convocatoria para todo el que tuviera vencido el 12mo. grado y quisiera formarse como profesor. De inmediato, Yunieski se presentó en la Dirección Municipal de Educación y se apuntó para la ansiada especialidad de Inglés. Le hicieron una entrevista, y en mayo convocaron a la prueba de aptitudes, la cual aprobaron tres aspirantes, entre ellos Yunieski.

En septiembre fueron al Pedagógico a hacer su matrícula, y allí les dijeron que no aparecían en el listado. Desde entonces, vive en una espera constante. Desde el inicio del curso les dicen que Baracoa no tiene cubiertas sus necesidades de profesores, al igual que Guantánamo. Y ellos siguen esperando.

«Creo que la prueba a que nos sometimos no haya sido por gusto. Es una falta de respeto que en el tiempo que ha pasado desde el comienzo del curso no se haya solucionado el problema. En la Sede de Baracoa ya me hicieron la matrícula, pero para mí el curso no empieza todavía».

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