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¿Cuándo el agua regresa a esta tierra?

Aunque hace años reside en Venezuela, Ciego de Ávila, cada vez que Gisela Y. Batista visita Quiebra Hacha, su pueblito natal en el habanero municipio de Mariel, siente el peso del deterioro apretándole el alma. Allí, en la calle 190 No. 20507, viven aún sus padres; en una geografía en la que no hay cine, ni círculo social; las vías están deterioradas, se lamenta Gisela.

Pero el punto crítico, que la decidió a escribirnos, es que desde hace casi un año, la cuadra donde habitan sus papás, y algunas zonas aledañas, no reciben agua.

«Se imaginará la situación de estas personas que, como en el caso de mi padres, viven solos, con 70 años cada uno, enfermos y dependientes de sus chequeras. Se preguntará cómo se las arreglan... Pues comprando una pipa de agua en 100 o 150 pesos cada 15 días. Y limitándose hasta de hacer limpieza».

«El presidente del Consejo Popular se ha preocupado, pero al parecer nadie lo escucha», se duele Gisela.

Esperando las pipas

En el kilómetro 14 y medio de la Vía Blanca, reparto Altura de Celimar, del capitalino municipio de Habana del Este, el asunto del agua es también una novela de suspenso. La alarma la da Roberto Díaz Ordaz, vecino de dicha comunidad, que no se resigna a cruzarse de brazos.

Según cuenta Roberto, todo comenzó cuando la tubería principal de abastecimiento, en el tramo del puente de Bacuranao, comenzó a deteriorarse. Allí se conectaba esta arteria central con las tomas de Alamar y Guanabo; pero el óxido fue poco a poco dando cuenta de ella, y finalmente cayó.

«Se decidió taponear en cada esquina del puente, quedando sin instalar un tramo de aproximadamente 50 metros. El acueducto de Alamar siguió abasteciendo hasta la esquina taponeada (...), pero el Acueducto de Guanabo decidió no poner agua por la cantidad de salideros que existía. Además, planteaban que las presas estaban secas y que le habían sustraídos los tubos».

Posteriormente, continúa relatando, se decidió trasladar el agua en pipas. Esto se mantuvo más o menos estable hasta finales del 2007; pero en la actualidad se retrasan desde cinco hasta 14 días.

«Los vecinos hemos llamado por teléfono al Acueducto de Guanabo, donde nos responde la recepcionista, en muy mala forma, que no sabe nada. Cuando le preguntamos por el responsable dice que no está, que ese no es su problema, o que tenemos que esperar».

Una explicación frecuente ha sido la falta de combustible. Si este está asignado para todo el mes, ¿cómo es posible que a los 15 días se acabe?, cuestiona el remitente.

«Hemos ido también a la dirección de Acueducto del municipio Habana del Este a quejarnos por esta situación, y hasta hemos tenido una discusión fuerte con ellos. Es entonces cuando el mismo día, o al otro, mandan la pipa», añade.

«Se solicitó una entrevista con el Presidente del Poder Popular —queja No. 35 del 1ro. de mayo del 2008—, y todavía estoy esperando respuesta y la entrevista. Ya no sabemos qué hacer», afirma Roberto.

Correos de Cuba: llover sobre lo mojado

Y la tercera misiva de hoy vuelve a un tema en el que ya hay demasiada «agua». Aquí más bien llueve sobre lo mojado. Se trata de la ineficiente gestión de Correos de Cuba y es Ana Aleyda Gispert Sol (Blandry No.1, apto. 8, entre Rita y Guadalupe, Juanelo, San Miguel del Padrón, Ciudad de La Habana) quien pone el dedo sobre la gigantesca llaga.

Resulta que el 3 de noviembre de 2008 le expidieron a Ana Aleyda un paquete desde España. Cuando llegó a sus manos, sospechosamente envuelto en un nailon de Trasval, comprobó que había sido violado. «Lo abrí en el correo para revisarlo y me habían extraído un MP3 marca Oasis, que la abuela de mi hija le había enviado. (...) La cajita donde debía estar el MP3 estaba llena de hojas blancas para hacer el peso».

«Hice la reclamación en la sucursal de Correos donde lo recibí y después fui al Departamento de Atención al Público de la Empresa. Allí una empleada me tomó los datos y me dijo que la respuesta se demoraría 60 días, pues eso es lo que lleva un proceso investigativo».

Cumplido ese tiempo, Ana Aleyda llamó a la entidad; le volvieron a tomar los datos y le dijeron que en esa semana la iban a llamar. Aún los espera.

«Mi número de bulto es RR389240904ES. Por favor, yo sé que el MP3 ya no va a aparecer, pero me insulta la falta de respeto y la burla. Espero que otras personas no tengan que pasar por esto».

¿Qué hace falta para quitar un poste?

Desde septiembre de 2008, sobre la familia de Dayamín Mir Gutiérrez (Calle 5ta. No. 103, entre 18 y Final, Rpto. Emilio Bárcenas, Holguín) se inclina el peligro de este poste de concreto.

A raíz de varias afectaciones al tendido eléctrico de la zona, retiraron los cables del mástil de hormigón, pero él quedó allí, cual Torre de Pisa amenazante, sin utilidad artística alguna y con gran riesgo para la casa de Dayamín.

Varios reportes a la Empresa Eléctrica, entrevistas en la oficina de Atención a la Población del Poder Popular, papeles y más papeles, trámites y tiempo invertido. Al final, el poste sigue a centímetros de un accidente y no aparece la solución.

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