Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Sin pagar la leche

Una vez más irrumpe aquí el inquietante problema de las deudas de entidades estatales con los agricultores pequeños: Orestes Llanes Delgado (Avenida 5 número 1609, Pozo Redondo,c) denuncia que a su cuñado Francisco Navarro, integrante de la Cooperativa de Crédito y Servicios Juan Benito Ruiz, de Pozo Redondo, hace dos meses que no le pagan la leche que vende para su distribución directa en las bodegas, como parte del programa de sustitución de importaciones de alimentos en el país. La deudora es la Empresa Municipal de Comercio de Batabanó, y no es la primera vez que esta es morosa en el cumplimiento de sus compromisos. «¿Cómo puede resolver el campesino Francisco sus problemas? ¿Qué tienda te da nada sin antes pagar lo que vas a adquirir?», señala el remitente.

Ni agua ni respuesta: Son apenas 60 familias en la comunidad de la cantera La Moderna, kilómetro 27 y medio, en la localidad habanera de San José de Las Lajas; y merecen atención esmerada a su reclamo. A fin de cuentas, todos somos cubanos. Lo cuenta Annia Dávila, residente allí: ese barrio siempre tuvo problemas con el abasto de agua, pero hizo crisis total cuando la Empresa de Canteras de San José, por razones desconocidas, retiró la turbina que prestaba servicio. Ya llevan más de tres meses en una situación angustiosa y solo en dos oportunidades han recibido una pipa de agua enviada por Hidrología. Sin embargo, la Empresa de Canteras envió una sola para los vecinos que laboran en esa entidad, como si el agua no la merecieran todos. Y fue por una gestión de la presidenta del CDR que recientemente ese servicio se extendió a toda la comunidad. El resto de las ocasiones en que han podido abastecerse, ha sido por gestiones de otros. Refiere Annia que en varias ocasiones han intentado reunirse con alguna representación del Gobierno, para sugerir posibles soluciones, pero no lo logran. Tal situación la conocen las autoridades de San José de las Lajas e Hidrología en el municipio, pero todo sigue igual. «Nos sentimos olvidados y desamparados», sentencia Annia.

Cuidar la joya: María Magdalena Coca y René Ricardo Cintas (Avenida 35 número 24016, San Agustín, La Lisa, Ciudad de La Habana) son dos padres agradecidos hasta conmoverse. El pasado 9 de abril su hija fue sometida a cirugía por un carcinoma papilar de tiroides, en el Hospital Oncológico de la capital. El equipo de especialistas fue conducido por el doctor Paredes como cirujano y la doctora Miosotis como anestesióloga, con resultados satisfactorios. «No existen palabras para agradecer las atenciones del personal médico, de enfermería y servicios. No tenemos el costo de ese servicio, pero estamos seguros que en cualquier país resultaría impagable para la mayoría de sus habitantes», afirman, y manifiestan que el Oncológico no ha dejado de prestar sus servicios en medio de un proceso inversionista de reparación. De hecho inauguraron la Sala C, a la cual califican como «una bella joya, con todas las comodidades para sus trabajadores, pacientes y familiares». Y alertan sobre la necesidad de cuidar lo que es de todos. «En esta ocasión fue nuestra hija, mañana puede ser la de cualquier otro cubano».

Hoyo «Colorao»: Así habrá que denominar al barrio El Hoyo, de la ciudad de Santiago de Cuba, si no se les ponen freno a las prácticas degradantes que allí se generan. Resulta que los repartos Municipal, Chicharrones, Dessy y Artes y Oficios rodean a El Hoyo, y la basura acumulada de tanta población se arroja tradicionalmente allí. Ahora se acostumbra a quemarla diariamente y los residentes respiran toda clase de tóxicos. Suscribe la queja Karel Aroche Rodríguez, residente en calle 8 número 159, en el reparto Dessy de esa ciudad, quien agrega que existe allí, además, un zanjón que conduce de todo y no se limpia nunca. Karen hace un llamado a las autoridades a que asuman este grave problema medioambiental.

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