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No desaparece la medicina natural

El pasado 22 de octubre, la lectora Danet Pichardo, residente en el barrio de Alamar, del capitalino municipio de La Habana del Este, bendecía aquí el excelente y humano trabajo de la Clínica de Medicina Natural y Tradicional de ese reparto, y se inquietaba por la noticia de que la misma iba a ser cerrada por las autoridades de Salud Pública.

Al respecto responde la licenciada Yanet Noda Espina, vicedirectora de Salud en Ciudad de La Habana, que Danet fue visitada en su hogar. Y se le ofreció una información pormenorizada del proceso actual de regionalización, compactación y reorganización de los servicios de salud, lo cual permitirá su sostenibilidad y el uso racional y eficiente de los recursos.

Además, se le explicó a Danet que las modalidades de tratamiento que se brindaban en la clínica se ofrecen en los departamentos de Medicina Natural y Tradicional de los Servicios Integrales de Rehabilitación, existentes en los policlínicos del país. Y en el caso del municipio de La Habana del Este, los especialistas que laboraban en la clínica de Alamar serían reubicados en las ocho áreas de salud del territorio.

Agradecemos que la Dirección Provincial de Salud haya dado respuesta y explicaciones ante la inquietud de una ciudadana. Así se hace.

¿Regaños escolares?

La Vicedirectora de Salud de Ciudad de La Habana también responde la denuncia de la lectora Marta Domínguez —reflejada aquí el pasado 21 de octubre— acerca del abandono total del consultorio médico de la familia de avenida 47 y calle 74, en Marianao.

Señalaba Marta la indignación de los vecinos ante tal desamparo, que ha convertido el consultorio en baño público de los transeúntes. Y testimoniaba las acciones de higienización y de protección mínima de los vecinos, insuficientes para contener lo que ya era una burla pública.

Aseguraba que el asunto ha sido punto permanente en las asambleas de rendición de cuenta, y motivo de informes por parte de los vecinos al policlínico del área y a Higiene y Epidemiología. Pero todo seguía igual, sin respuestas efectivas.

Al respecto refiere Noda que, «en visita al consultorio, perteneciente al policlínico Carlos Manuel Portuondo, se apreció las malas condiciones higiénicas y estructurales del inmueble a pesar de estar tapiado, por ser un consultorio cerrado hace más de cinco años, por las condiciones estructurales que presenta su carpintería e instalación hidrosanitaria».

Y agrega que «en estos momentos es uno de los inmuebles que se recuperan, en el proceso de reorganización de la atención primaria. Ya se realizó la defectación para recuperarlo, que será asumida por la Microbrigada Social municipal, con apoyo del Gobierno y la Dirección Provincial de Salud. Mientras tanto, se tomaron medidas de conjunto con la comunidad para el saneamiento y el cuidado del inmueble».

Agrega la Vicedirectora que «en el análisis se realizó una fuerte crítica al Consejo de Dirección del policlínico por el descuido de ese consultorio».

Me disculpa la Vicedirectora de Salud en Ciudad de La Habana, pero debo hacer algunos comentarios adicionales:

El consultorio llevaba más de cinco años cerrado por problemas estructurales, y los vecinos, irritados con el abandono, se quejaron al policlínico del área, responsable de preservarlo al menos hasta tanto se decidiera repararlo. Si los afectados nunca tuvieron una respuesta efectiva, suena a un regaño al paso —espoleado por la revelación pública— la «fuerte crítica al Consejo de Dirección del policlínico». ¿Fue o no una indolencia y una insensibilidad? ¿Hasta cuándo vamos a seguir con reprimendas escolares por asuntos tan serios, que hieren el sentir popular?

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