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Menos respuestas cuando más se necesitan

Aunque pudiera parecer más de lo mismo en materia de lamentos e insatisfacciones, da siempre algo nuevo que pensar cada corte semestral que hace esta columna, acerca del número y la calidad de las respuestas institucionales a los reclamos ciudadanos reflejados aquí.

Si bien desde 2009 nos puso en alerta la muy discreta disminución del porciento de quejas respondidas por las instituciones, luego de haber alcanzado un 87,7 tras muchos esfuerzos durante años; este período analizado, del 16 de octubre de 2010 al 15 de abril de 2011, nos deja un sabor amargo: comparado con el semestre precedente, ha disminuido en un diez por ciento el número de cartas respondidas.

Es imperdonable y paradójico que ello suceda, en momentos de tantos cambios flexibilizadores para el país, no solo en lo económico, sino en las dinámicas sociales que
ello genera; precisamente cuando tanto se debate con el consenso popular, y tanta sensibilidad hacia los estados de opinión promueve la dirección del país.

Aunque hay muchas instituciones impecables en aquello de responder cada caso, los vacíos mencionados revelan el peso que aún tienen los métodos de dirección autocráticos
y verticalistas, casi siempre apegados a concepciones burocráticas de la gestión pública.

La capital, con sus megaproblemas, sigue aumentando su peso en el volumen de la correspondencia, esta vez con el 46,3 por ciento de ellas; seguida, en el mismo orden que el período anterior, por Villa Clara (7,67); Holguín (5, 77); Camagüey (5,19); Matanzas (5,07); Granma (4,61) y Santiago de Cuba (4,56). ¿Serán las que más problemas tienen o donde las personas poseen más cultura del juicio y la crítica?

De los temas más recurrentes, el grave de la vivienda sigue encabezando la lista, hasta ocupar esta vez el 21 por ciento de la correspondencia, seguido por asuntos de Salud Pública (5,7); problemas laborales y de asistencia y seguridad social (5,5); calidad de los servicios públicos en general (5), acueductos y alcantarillado (4,2), electricidad (3,2) y críticas a la indisciplina social (2,6).Y entre los municipios del país que generan más cartas, los diez primeros, en orden descendente, son Plaza de la Revolución, Playa, 10 de Octubre, Centro Habana, La Habana del Este, Cerro, Arroyo Naranjo, Boyeros, La Habana Vieja y Marianao, todos de la capital.

Del análisis cualitativo de las respuestas se desprende que, en el 48 por ciento de los casos, el problema planteado se solucionó tras su revelación aquí, mientras que en un 39 por ciento las entidades se comprometían a resolverlo en lo adelante. Solo un 25 por ciento de las instituciones exponen las medidas tomadas con los infractores, y el 76 por ciento revela los motivos o causas de los problemas denunciados por los lectores.

Pero un análisis riguroso de la calidad de las respuestas, a la luz de los imperativos económicos, sociales y políticos del cambiante presente, muestra que muchos directivos no revelan enfoques integrales en su manera de rendir cuentas, y siguen aferrados a respuestas al paso, a explicaciones puntuales en torno a la queja, sin evaluar los problemas de raíz y con proyecciones hacia el futuro.

Otro elemento preocupante es la impunidad con que se transgreden leyes, normativas y hasta derechos de los ciudadanos, ante los ojos de superiores que entonces descubren en esta columna lo que no detectaron a tiempo. ¿Qué hacían antes? Es evidente que falta mucho control. Y cuando saltan a la luz aquí los fatales sucesos, es que se crean comisiones y se toman medidas disciplinarias hacia abajo, no siempre rigurosas. Pero, incluso cuando se aprieta la mano con separaciones, ¿se habrá resuelto el problema de raíz? Eso siempre me lo pregunto.

 

Respuestas institucionales a quejas más representativas publicadas entre el 16 de octubre de 2010 y el 15 de abril de 2011 (recibidas hasta el 8 de julio de 2011)

 

 

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