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Correcto el decomiso, afirma CENCOP

Fue correcto el decomiso del caballo de José Ramón Campano, afirma Roberto Eliades Acosta, director del Centro Nacional de Control Pecuario del MINAGRI (CENCOP), en respuesta a lo revelado aquí el pasado 27 de agosto.

Campano, pequeño agricultor capitalino, contaba que su hijastro, Osmani Mederos, viajó en una araña halada por dicho animal desde Regla al municipio mayabequense de Batabanó, con los papeles de la propiedad del équido. Y allí, la Directora de Control Pecuario decomisó el caballo e impuso una multa por compraventa ilegal, pues el animal era conducido por un comprador.

Osmani apeló a la Directora Provincial de Control Pecuario, quien dispuso la devolución del animal y retiro de la multa. La de Control Pecuario en Batabanó se negó a cumplir, y plasmó su inconformidad al dorso del documento.

Osmani apeló de nuevo a la Directora Provincial, quien en otra resolución declaró «con lugar en parte» el recurso de apelación interpuesto por aquel para la anulación de la multa, pero el animal debía llevarse hacia donde está registrado en La Habana.

La Directora de Batabanó no aceptó la segunda resolución, y decidió decomisar el caballo por compraventa ilegal del mismo, esta vez dirigiéndola al propietario, Campano, quien la apeló. Esta vez la Directora Provincial declaró sin lugar el recurso de Campano, quien plasmó su inconformidad con el Director Nacional de CENCOP.

¿Qué explica este en su respuesta? Tras la investigación, se le respondió a Campano que era correcto el decomiso, ante infracciones cometidas y comprobadas:

El 1ro. de febrero de 2011, agentes de la PNR condujeron, después de ser interceptado y darse a la fuga, un vehículo tirado por caballo, ocupado por cuatro personas, ninguna de ellas propietaria de ganado mayor o con avales de la propiedad del animal. Ninguno resultó ser Osmani.

Tras los trámites de la PNR para determinar si el caballo fue reportado como robado, se decidió multar con 200 pesos a cada uno de los cuatro, y ocupar la «araña» y el équido.

Uno de los cuatro declaró que compró el caballo, pero no había tenido tiempo de hacer los trámites de traspaso. «Es una ilegalidad —precisa Roberto Eliades— pues no es propietario de ganado mayor ni tenía autorización del Delegado de la Agricultura en San Miguel del Padrón (donde reside) para realizar la compra. Ello lo ratificó la Directora del CENCOP en Batabanó ante la PNR. Se multó al comprador, basado en el Decreto 225 sobre contravenciones personales de las regulaciones para el control y registro del ganado mayor.

Ese día, en la estación de la PNR de Batabanó, y en presencia de la Directora Municipal de CENCOP, Osmani declaró que el caballo era de su padrastro, y estaba autorizado a circular en todo el país por un documento dado por la PNR en su municipio; el cual no constituye garantía oficial para trasladar ganado mayor entre provincias.

Osmani adujo que aún no lo había vendido, y solo lo probaban, con autorización del dueño, lo cual es otra violación, precisa.

Ante reclamo de Osmani sobre decomiso y multa, la Directora Provincial emitió dos resoluciones: una «con lugar», a pesar de evidentes violaciones; y otra, con iguales fecha y número, transfería el caso incorrectamente a otra provincia: una violación técnico-legal.

El 21 de febrero, Campano firmó el acta de decomiso en el Registro Pecuario de Batabanó y reclamó. Fue cuando la Directora Provincial de CENCOP rectificó y emitió resolución, declarando sin lugar, por no existir los documentos requeridos para la compra, que acreditaran la posesión del animal por la persona a la cual se le ocupó. Esta decisión —remarca Roberto Eliades— «sí es un acto conforme a lo establecido en la legislación». El caballo, dice, se envió a una entidad estatal, como se dispone en esos casos.

«Ante el actuar inconsecuente de la Directora Provincial de Control Pecuario, por las violaciones técnico-legales y la superficialidad, se le aplicó, por este y otros errores, la medida de democión por ocho meses, a un cargo de menor salario y sin derecho a recibir estímulos adicionales, con un período de rehabilitación de dos años».

A la Directora Municipal de Control Pecuario, «a pesar de actuar consecuentemente con lo legislado, por anotar incorrectamente al dorso de un documento legal su negativa ante lo que consideraba improcedente, se le realizó una amonestación privada», apunta.

Agrega Roberto Eliades que el traslado del caballo entre La Habana y Batabanó se hizo sin el pase de tránsito del Registro Pecuario, y sin autorización del Instituto de Medicina Veterinaria, que certifica la salud del animal, «indisciplinas estas que también conllevan el decomiso».

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