Acuse de recibo
«Un cambio tan delicado, que implica disminución del salario de un trabajador, no puede disponerse así como así, sorpresivamente, sin la delicadeza y el deber de informarlo y debatirlo previamente con los afectados. Esos no son métodos para esta Cuba».
Así comenté el pasado 31 de mayo la denuncia hecha por Wilfredo M. González, Jesús Valdés Fernández, Andrés F. Amador y Luis Bárbaro Moncada Gavilán, cuatro serenos de la red farmacéutica del municipio capitalino de Diez de Octubre.
Ellos referían que ocupaban plazas de guardiero dependiente, con salario de 380 pesos. Su contenido consistía en cuidar la farmacia de noche y madrugada, recibir el dinero de la venta diaria, y contar los productos en cada área de despacho, con el consiguiente cambio de las tarjetas de estiba, en caso de que estas se completaran y necesitaran reemplazo.
También participaban en los inventarios mensuales; y eran exonerados de despachar, pues las farmacias en que laboraban no ofrecen servicio de 24 horas.
Cuando el 9 de mayo cobraron su salario correspondiente a abril, descubrieron sorpresivamente que les habían rebajado 48 pesos a cada uno, sin que se les hubiera notificado anticipadamente la medida. Habían trabajado inocentemente durante ese mes por el contenido de una plaza que había sido cambiada y ya no existía.
«Para sorpresa nuestra —señalaban entonces—, al presentarnos ante el jefe de Recursos Humanos conocimos que, ciertamente, nuestra plaza ya no consistía en desempeñarnos como guardieros dependientes, sino como serenos. Entendemos que hemos sido víctimas de una violación laboral, pues realizábamos más funciones que las correspondientes al contenido de trabajo comprendido en la nueva plaza ocupada, al haber sido modificada».
Y la lamentable transgresión la corrobora el doctor Félix Rivera Nodarse, vicedirector de Logística de la Dirección Provincial de Salud de La Habana, quien responde al respecto:
«Se pudo comprobar —señala— que la Empresa de Medicamentos del Este realizó el proceso de compactación de plantillas; y a las reuniones con los trabajadores, en las que la directora de la Empresa explicó este proceder, no asistieron esos compañeros, pues no fueron citados por sus respectivos administradores».
Abunda Rivera que «los trabajadores a los que se les cambió la plaza con afectación salarial no fueron informados formalmente por la administración, y en los meses de abril y mayo continuaron desempeñando las tareas de la plaza inicial, por lo que a los cuatro promoventes les asiste la razón en la queja formulada, toda vez que se demostró en la investigación que hubo deficiencias en el proceso».
Agrega el vicedirector de Logística que «como resultado de las violaciones detectadas, se tomaron medidas disciplinarias con los responsables, y se decidió resarcir el daño salarial provocado a los trabajadores».
Precisa que el 1ro. de junio los directivos del área de Logística y de la Empresa de Medicamentos del Este se reunieron con los trabajadores referidos, se realizó un análisis crítico de las deficiencias que acompañaron el proceso de revisión y compactación de plantillas, así como las medidas disciplinarias aplicadas.
Agradezco la investigación del caso y la información brindada por el doctor Rivera. Solo lamento que, ante una denuncia de violaciones tan irresponsables e indelicadas con los derechos de esos trabajadores, la respuesta institucional no precise cuáles fueron las medidas disciplinarias tomadas contra los infractores; ni tampoco aclare si el justo resarcimiento del daño salarial a los afectados corrió por el bolsillo de los transgresores, o —como casi siempre ocurre— tuvo que costearlo la Empresa, que es decir el Estado, que es decir Liborio.
