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No estaba vencido, responde Caracol

Desde Varadero, Roberto Fernández alertaba aquí el pasado 17 de octubre sobre el peligro de comprar alimentos ya vencidos para su consumo, no solo por el engaño comercial que supone, sino también por el peligro para la salud humana.

Contaba que, por ser diabético, el 9 de ese mes fue a adquirir edulcorantes artificiales en el centro comercial Hicacos, de ese balneario, y la caja que regularmente se vende a seis CUC estaba rebajada a tres. Buscó en el envase la fecha de caducidad, y descubrió que el producto había registrado antes una rebaja a 4,20 CUC. Pero —aseguraba— no estaba a punto de vencer, sino que ya era mercancía vencida, pues precisamente caducaba en octubre de 2013.

Roberto se quejó ante la empleada y ella dijo que no tenía culpa de ello. Él arguyó que mucho menos los clientes, pero que sí era responsabilidad de la administración del centro y de la cadena a la que se subordina.

Al respecto, responde María Mercedes Horta, directora general de la sucursal Caracol Varadero Este, que de inmediato se revisó el producto en venta, el cual viene envasado en caja sellada de 150 unidades, y se encuentra registrado con fecha de vencimiento 31 de octubre de 2013.

También se constató que el mismo entró en la tienda en tres ocasiones: 21/04/12, 19/05/12 y 11/06/12. Además se revisó el registro en la contabilidad y sus movimientos. Se verificaron las circulares de precios aplicadas al producto: una con fecha 20 de agosto de 2013, que establece el precio de 4,20 CUC, y otra de 23 de septiembre de 2013, con precio de tres CUC. «En todas esas circulares aparece la fecha de vencimiento 31 de octubre de 2013», precisa.

Explica las regulaciones establecidas para los productos perecederos: antes de que el mismo esté próximo a su fecha de vencimiento, se hacen varias acciones comerciales para propiciar su venta. Y de no lograrse, se cumple con el procedimiento establecido al respecto según las resoluciones V271/96 y V120/97 del Ministerio de Finanzas y Precios.

Basado en ello —añade la directiva—, el grupo empresarial Caracol emitió la Resolución 114/2012, que establece que «para aplicar las rebajas de precios escalonadas a los productos perecederos con fecha de vencimiento próxima, se establece lo siguiente: Comenzar a aplicar la primera rebaja por un 30 por ciento del precio de venta a los 60 días precedentes al vencimiento del producto. Durante los 30 días precedentes a la fecha de caducidad, aplicar la segunda rebaja del 50 por ciento del precio de venta».

Afirma María Mercedes que la administración acudió a la casa del cliente y le explicó en detalle lo antes referido, con la evidencia en la caja del edulcorante. Y este quedó esclarecido. «Se comprobó —concluye— que en este caso no hubo violación de lo establecido. No obstante, se valoró en el colectivo de trabajadores la necesidad de ser más explícitos y profesionales en la atención a los clientes, en especial ante productos que, como ese, transitan por varios precios y los clientes no tienen por qué conocerlo».

Sí, pero no

Leonardo Hernández (calle Central, edificio 60, apto. 8, entre Callejón de los Padres y Belot, Reparto Unión, Guanabacoa, La Habana) cuenta que el pasado 10 de diciembre, en la TRD Variedades Galiano (Galiano esquina a San Lázaro) adquirió una olla eléctrica con precio de 66,35 CUC.

Cuando estaba con el amable dependiente en la revisión del producto y llenado de los documentos de compra, detectó un cartel que anunciaba la rebaja de los productos electrodomésticos hasta un 20 por ciento a partir del 1ro. de diciembre.

Entonces, Leonardo le preguntó al dependiente si antes la olla era más cara, o si la rebajaban al pagar. Y el dependiente, muy solícito, le explicó que la rebaja aún no la habían hecho, y era posible que la efectuaran a partir del 15 de diciembre.

«Por supuesto —manifiesta—, mi interés era adquirir la olla y la compré. Pero no dejó de molestarme lo sucedido. ¿Por qué anuncian la sustancial rebaja de un producto a partir de una determinada fecha y lo prometido no se cumple? ¿Esto no es otra forma de maltratar a los ya maltratados consumidores, que tenemos que “coser” muy bien los bolsillos para poder adquirir un equipo como ese? ¿Tal oferta incumplida no pudiera tener otras interpretaciones, y echar por tierra la buena imagen y correcto trato de los trabajadores de una tienda?».

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