Acuse de recibo
El pasado 11 de octubre, y desde Centro Habana, en la capital, el lector Kariel González se quejaba de constantes interrupciones del servicio eléctrico en su barrio.
«Se llama al 18888, afirmaba, y explican que hay averías, disparos en el circuito, vía libre, mantenimiento programado, y más. Pretextos que pueden ser ciertos, pero que no eliminan el malestar. No estoy en contra de los mantenimientos, refería, pero ¿por qué no existe un mecanismo de compensación o indemnización? Si me paso un día sin pagar la factura, enseguida me cortan el servicio; pero si la Empresa me afecta, no hay responsabilidad. ¿Somos clientes para algunas cosas y para otras no?».
Al respecto, responde Ricardo Mangana, director general de la Empresa Eléctrica de La Habana, que en 2005, las redes eléctricas de la capital presentaban un 70 por ciento de envejecimiento, y un alto deterioro en la parte estructural que soporta las líneas (cerca de 52 672 postes dañados). El 25 por ciento de las subestaciones principales del sistema y las líneas de 110 kilovatios soportaban grandes sobrecargas; todo unido a la obsolescencia del equipamiento tecnológico.
Apunta que el sistema presentaba un 55 por ciento de descapitalización, lo que provocó que los niveles de interrupciones fueran exageradamente altos, con gran cantidad de zonas de bajo voltaje y con valores de pérdidas de energía eléctrica inaceptables.
Ante ello, se aprobó un plan integral de rehabilitación del sistema eléctrico de la ciudad, que incluía la ejecución de 174 402 acciones de mejoras (cambio de postes dañados, de calibres primarios y secundarios, sustitución del ciento por ciento de la medición obsoleta, construcción de subestaciones de transmisión, entre otras), a ejecutar entre el 2005 y 2016.
De las 174 402 acciones, anota, se ha ejecutado el 57 por ciento. Los trabajos realizados redujeron las pérdidas de energía eléctrica en 177,8 gigawatt hora. Se eliminaron las zonas de bajo voltaje. Los índices de interrupción en las redes de transmisión, subtransmisión, distribución primaria y distribución secundaria, han disminuido en un 35 por ciento.
Se construyeron y energizaron ocho subestaciones de 110 kilovatios, propiciando mayor calidad y confiabilidad del servicio eléctrico. Y el índice de transformadores dañados disminuyó en un 31 por ciento. El tiempo de interrupción a los clientes se redujó de 25 horas en el 2006 a 4,52 horas en 2012.
Reconoce que, a pesar de lo hecho, aún queda el 43 por ciento de las acciones planificadas por ejecutar, situación que provoca afectaciones necesarias del servicio, para trabajar en la normalización de las redes.
Aclara que las interrupciones por manipulaciones son indispensables, —aunque se trata de garantizar la energía eléctrica a los clientes de secciones de los circuitos que no estén comprendidas dentro de los trabajos a realizar en un mismo alimentador; para no afectarlos innecesariamente—. Y se fundamentan en medidas de seguridad, para evitar accidentes de los trabajadores de la Empresa.
También hay afectaciones involuntarias, agrega, por averías que provocan constantes aperturas y cierres de los circuitos por tiempo relativamente corto. «En la medida en que el programa avance hacia el 2016, precisa, el grado de automatización y confiabilidad de las redes se incrementará, y disminuirán considerablemente las afectaciones eléctricas».
Acota que las afectaciones programadas se informan diariamente por el Canal Habana; por Radio Metropolitana, en su noticiero De buena tinta, de lunes a viernes de 3:30 a 4:00 p.m.; por Radio Ciudad de La Habana, en su revista Buenos días, ciudad, de lunes a viernes, de 6:00 a 9:00 a.m.; y en Radio COCO, en su revista Impactos, de lunes a viernes de 3:30 a 6:30 p.m. También se envían diariamente por correo electrónico a la Agencia de Información Nacional, a Tribuna de La Habana y a Radio Reloj, entre otros medios.
No obstante, señala Mangana que valoran altamente la preocupación sobre la necesaria información, y a través del Grupo de Comunicación de la Empresa Eléctrica Provincial, se ha previsto ampliar las acciones de divulgación a la población.
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