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Incomprensible dilación

Hay casos de humanidad que no merecen dilaciones ni demoras burocráticas, como el de Fernando Manuel Sánchez, un hombre que ha laborado como cabillero en la Empresa Constructora de Obras de Ingeniería 19 (ECOA), tiene 61 años y reside en el central Fernando de Dios, de Tacajó, en la provincia de Holguín.

Cuenta él que tiene un hijo de 27 años con serios problemas de salud. El joven es Síndrome Down, hidrocefálico, tiene una cardiopatía, no habla y hay que auxiliarlo en todas sus necesidades. No se le puede dejar solo ni un momento.

Hace siete meses que el joven perdió a su mamá, y desde octubre de 2013, Fernando Manuel está a su cuidado. El padre solicitó la jubilación para cuidarlo a tiempo completo y desde entonces no devenga salario alguno. En la empresa le dicen que ya enviaron su expediente para La Habana, pero él sigue sin recibir respuesta. Ha acudido al Sindicato, a los trabajadores sociales, al Gobierno municipal… Todos —cuenta— le dicen que van a ayudarlo a resolver su problema, pero él continúa sin respuesta efectiva.

«No puedo seguir sin devengar ingresos, ya que por todas las patologías que padece mi hijo, tengo que alimentarlo, y se toma diariamente 22 tabletas. Todo se me agrava al no percibir salario alguno. He tenido la ayuda de una hermana, vecinos y de mi actual esposa, la cual está jubilada por enfermedad», expresa. Fernando, quien se considera un buen trabajador, cree que ha sido maltratado por parte de quien atiende Recursos Humanos en su empresa.

La guía que espera Manuel

Otro que reclama atención es Manuel Campa Tamarit, residente en Hotelero, apartamento 4, Zona A-3, en Ciudad Sandino, provincia de Pinar del Río. Él es técnico de nivel medio y promotor cultural, y con un salario de 340 pesos, se vio precisado a pedir la baja de su centro laboral ya que cuida a su hermano sordomudo, con retraso mental severo y enfermo de una úlcera en un ojo, entre otros inconvenientes de salud. La Asistencia Social le pasa una ayuda económica de 190 pesos.

Manuel es un trabajador estatal y con años acumulados de labor, que tuvo que asumir el cuidado de su hermano, huérfano de padre y madre. Él desea saber si el período percibiendo la ayuda económica no puede acumularse como tiempo de trabajo para su jubilación posterior, y qué dice al respecto la legislación vigente.

«¿Por qué razón no existe otra solución (...) para una persona que trabajaba, y que ha tenido que asumir el cuidado y custodia de un familiar que no puede valerse por sí mismo?», pregunta.

El absurdo de un cajero

Enrique Echeverría (calle 184, edificio BEE-1, reparto Flores, La Habana) cuenta que recientemente se dispuso a realizar una compra en una tienda en divisas de la capital, y al intentar pagar con la tarjeta magnética, la operación no pudo realizarse. El equipo emitía el mensaje de «operación denegada», a pesar de que en la tarjeta había dinero suficiente para cubrir el precio del artículo.

Al final, tuvo que recurrir al cajero automático más cercano para extraer el dinero en efectivo. Pero el mismo no le permitía sacar de una sola vez el dinero requerido. «Increíblemente —señala—, había que hacer la misma operación varias veces, para poder contar con la cantidad que necesitaba». Precisa que eso le ha sucedido en innumerables ocasiones, y no entiende el porqué.

«Si usted intenta hacer una operación de cambio de Cadeca en un cajero, y el monto es de más de 40 pesos, el equipo se lo impide. Cualquiera pudiera pensar que es para evitar que una sola persona pueda extraer todo el dinero del mismo cajero. Sin embargo, si usted extrae varias veces menos de 50 pesos, pues entonces puede sacar el dinero que quiera, al menos hasta el límite que permite el cajero.

«¿Por qué obligar a un cliente a realizar una misma operación tantas veces, haciéndoles perder tiempo a él y a los que esperan en la cola? ¿Cuál es la explicación “científica” para eso?».

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