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Imperdonable tropelía

Desde Los Reynaldo, en el municipio santiaguero de Songo La Maya, Yndenis Milán denunciaba aquí el pasado 13 de marzo que le fue expoliado un bulto postal enviado desde Brasil por su esposa, colaboradora en ese país.

En el paquete que le fue entregado el 4 de noviembre de 2014 en el correo de  La Maya, contaba, venía una torre de computadora con todos sus componentes, que le costó a su esposa 1 529 reales, con ingentes sacrificios.

Cuando se abrió, el bulto presentaba señales de violación: estaba apenas el chasis de la torre, pero faltaban todos los componentes electrónicos. Y al siguiente día Yndenis hizo la reclamación en Atención a la Población de Correos de Cuba en la provincia, y le dijeron que tendría respuesta en un plazo no mayor de 30 días.

Pero el 26 de enero pasado le entregaron una carta, fechada el 29 de diciembre de 2014, de Rafael Leopoldo Ramos, director general de la Empresa Correos de Cuba en Santiago de Cuba, donde se responsabilizaba a la UEB (correo) La Maya por incumplimiento de las normas técnicas establecidas, al no verificar y plasmar en su recepción el peso del envío. Además, lamentaba lo sucedido y ofrecía disculpas, pero sin esclarecer si se pagaba o se reponía el equipo, acotaba Yndenis.

«Me pregunto si es justo que un ciudadano pague a una entidad estatal por un servicio, y cuando este presente pérdida de contenido, solo reciba disculpas. ¿Acaso el haber abonado 70 CUC, más el importe por servicio postal en CUP,  no me otorga el derecho a recibir resarcimiento por la pérdida de contenido de mi paquete?», concluía Yndenis.

Al respecto, responde el propio Rafael Leopoldo Ramos que, «en la oficina de Correos de La Maya se produjeron graves violaciones de los procedimientos del correo, al no entregarle al reclamante el envío debidamente pesado. Por ese motivo, Correos de Cuba es responsable del faltante del contenido del envío».

Precisa Rafael Leopoldo que se procederá a indemnizarlo según la norma vigente, y adicionalmente le rembolsarán la tasa de imposición cobrada a la remitente en Brasil, previa presentación del comprobante de imposición; así como el derecho arancelario pagado por Yndenis en el momento de la entrega.

Informa también que se separó definitivamente de la entidad a la trabajadora Alina Fabie Acosta, quien se desempeñaba como gestora postal en la oficina de Correos de La Maya. Y a la subdirectora de Operaciones de la unidad, Donelis Kindelán Vázquez, se le aplicó una amonestación pública, por la falta de control y fiscalización de los procedimientos de entrega establecidos.

«Conscientes de que lo anterior no resarce el daño causado al reclamante por el mal servicio, le ofrecemos nuestras más sinceras disculpas por todos los inconvenientes y molestias que Correos de Cuba le ocasionó. Y aprovechamos para informar a todos los clientes de Correos de Cuba que, al recibir un bulto postal en las oficinas e inmuebles postales, exijan que le sea debidamente pesado el envío antes de retirarse de nuestras instalaciones», concluye  Rafael Leopoldo.

Agradezco la respuesta, y a la vez uno se pregunta por qué en la primera carta del director a Yndenis no se le explicaban los mecanismos de resarcimiento e indemnización que ahora se mencionan, al punto de que el cliente, angustiado por la incertidumbre, escribiera a esta sección.

También deja insatisfacción el limbo en que queda el principal problema: el imperdonable robo que deja en entredicho lamentablemente a Correos de Cuba, y a muchos honestos trabajadores de esa entidad.

¿Dónde fueron vilmente sustraídos los componentes electrónicos? ¿Al llegar a La Habana en la Gerencia de Cambio Internacional de Correos de Cuba, en el trayecto de la distribución o en el correo de La Maya? ¿Por qué no puede identificarse el punto de la cadena donde se cometió la imperdonable tropelía?

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