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Vertederos: diluvia sobre lo encharcado

El rostro de la mayor urbe cubana, nuestra capital, no sonríe como debiera.

De eso trataba la misiva de la Dra. Yolanda Horta, preocupada por un muladar de más de 50 metros en las calles Fernando esquina a Morris, reparto Fraternidad, Párraga, Arroyo Naranjo. Yolanda, médico de la familia en el consultorio ubicado en la mencionada esquina, denunciaba aquí el 11 de julio pasado que habían pasado más de 15 días sin recoger basura en el punto de marras. Y ya la cantidad de moscas y roedores que pululaban era de cuidado.

Al respecto contesta José Julián Vega Acosta, vicepresidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular (AMPP) en Arroyo Naranjo. Refiere el funcionario que la AMPP, de conjunto con el delegado de la zona y la Dirección Municipal de Comunales visitaron el lugar del problema y comprobaron la veracidad de lo planteado por la galena.

Según apuntan los vecinos del sitio y relata Vega Acosta, en la zona se eliminaron dos puntos de vertimiento cercanos y ahora todos los desechos confluyen allí, lo cual, sumado a las irregularidades en la recogida, da lugar al peligroso desborde.

No obstante— señala el Vicepresidente—, ya al momento de escribirnos (24 de septiembre), los camiones estaban pasando diariamente a recoger, pero algunos residentes del área, al decir de los propios vecinos, «no ponen de su parte y botan los   desechos indiscriminadamente en cualquier lugar y horario que deseen».

Manifiesta el directivo que los presentes en la visita a la zona se comprometieron a dar un giro a la situación: la dirección de Comunales, a mantener la recogida diaria; el delegado y la médico de familia, a realizar charlas educativas y audiencias sanitarias para que la población tome conciencia del riesgo y de la responsabilidad colectiva en evitarlo.

«Es cierto que nuestro municipio en la dirección de Comunales presenta problemas organizativos y de dirección (…) y estos han influido en que aún no se aprecie una estabilidad en la recogida en muchos lugares, pero paulatinamente lo lograremos; ya se van recuperando la técnica propia del municipio por los programas de apoyo, y pronto contaremos con el equipo de dirección», concluye el Vicepresidente.

Agradezco la misiva y, sobre todo, el esfuerzo que desde la dirección del municipio, y específicamente sus trabajadores de Comunales, se lleva a cabo en aras de la limpieza. Sin embargo, este es un tema en el que diluvia ya sobre lo encharcado. Hay decisiones y movilidad de recursos que trascienden al municipio, pero mucho, también, se decide allí: en los métodos y procedimientos de gestión y control permanentes que se empleen.

La historia de las últimas décadas nos demuestra, tristemente, que lo que se deja como «deber y responsabilidad de todos», casi siempre termina siendo «deber y responsabilidad de nadie». Tal vez habrá que pensar en un futuro no muy lejano en que, una vez cumplida la parte que les toca a las instituciones sociales, las personas que incurran en indisciplinas de esta índole sean severamente penalizadas. Por momentos, aunque nos duela reconocerlo, la disciplina debe hacerse cumplir de todas, todas. No es poco lo que está en juego si la falta de higiene puede amenazar la salud de una ciudad entera.

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