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No puede darse de baja

Maikel Aguirre Aneiro (San Germán 509, entre Carnicería y Moncada, Santiago de Cuba) cuenta que es chofer del sector privado, y trabaja como ayudante con el titular de la licencia operativa.

Y fue a la Unidad Estatal de Tráfico (UET) de Santiago de Cuba, la que otorga la Licencia Operativa, a darse de baja por no querer ejercer más esa actividad. «Pues, sencillamente no se puede, manifiesta, en la UET nos dicen que no podemos darnos de baja, solo el titular de la Licencia Operativa puede hacer dicho trámite», refiere.

Aclara que esto a él personalmente no le ha traído dificultades, pero sí ha observado, estando en esas oficinas, historias problémicas.

«Ahí entra la incomprensión humana, afirma, el caso del titular que tiene cualquier desavenencia con el ayudante, y da largas en el asunto de darle de baja, con lo que eso conlleva: que dicho ayudante sigue activo en la Licencia Operativa sin ejercer la actividad, y con la obligación de seguir pagando al fisco, hasta que el titular de la Licencia Operativa desee darle la baja».

Afirma Maikel que ha conocido muchos de estos casos, con violencia en el conflicto por ambas partes. Y sugiere que la UET modifique tal medida, pues cree que «se le está privando a la persona de un derecho ciudadano de pertenecer o no a una determinada actividad».

Sin otra alternativa

Milema Blanco Valdespino (Avenida 45 A, nro. 140606, entre 146 y 148, La Lisa, La Habana) me escribe muy contrariada luego de visitar las oficinas del Carnet de Identidad y Registro de Población en ese municipio, por la inflexibilidad manifiesta de ciertas disposiciones.

Cuenta la remitente que a raíz de que le robaran el monedero con el carnet de identidad adentro, solicitó el nuevo documento identificativo en esas oficinas.Y luego de explicar su situación, la buscaron en la computadora y le dijeron que debe llevar la certificación de nacimiento, la propiedad de la vivienda, y está obligada a ir con el propietario de la misma, con toda la documentación, para la confección de su carnet de identidad.

Milema explicó que el propietario es su abuelo, que tiene 92 años, es impedido físico y visual y tiene secuelas de un infarto cerebral. Y no lo podía llevar hasta allí. Pero no hay otra variante. Ella se pregunta por qué no puede buscarse una alternativa para casos excepcionales como el de ella.

¿Dónde está el módulo?

Hay que tener ojos bien abiertos, y mucho corazón, para mirar hacia los más vulnerables, los que no tienen otra salida ni ningún asidero.

Blanca Nieves Paz (Pío Álvarez 94, entre Enrique José Varona y Jesús Rabí, Máximo Gómez, Matanzas) es una anciana que vive con su hijo, una persona con grandes limitaciones, pues a los seis meses de vida sufrió la meningoencefalitis.

Y cuando todavía eran un proyecto los actuales módulos de cocina que han otorgado subsidiadamente a casos sociales, una trabajadora social visitó su casa y le anunció la inclusión de ese núcleo familiar.

Pasó el tiempo, entregaron los módulos a los necesitados, y a ellos no.  Ya los están vendiendo liberadamente al resto de la población. Y Blanca Nieves fue a ver a la trabajadora social, quien le dijo que debía esperar. Lo mismo le expresó la delegada de la circunscripción.

La presidenta del Consejo Popular le  prometió que lo iba a tramitar, y Blanca Nieves todavía está esperando su respuesta. Le envió un mensaje al presidente del Gobierno municipal, y tampoco le ha respondido.

La anciana concluye preguntando sobre el destino del módulo que, según ella, le corresponde.

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