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Teatro Martí, esporádico escenario

Miguel Bu Rentería (Maloja 453, apto. 17, entre San Carlos y Belascoaín, La Habana) escribe preocupado porque después de una costosa reparación capital hace más de dos años, que le recuperó todo su esplendor, el célebre Teatro Martí de la capital vaya a quedar como una pieza de museo, subutilizado y apenas con esporádicas funciones.

El lector, un ferviente asiduo a los espectáculos culturales, considera que es bastante irregular y ocasional la actividad de ese prestigioso coliseo, en una ciudad donde hay tanto potencial para las artes escénicas, al punto de que desbordan las instalaciones para ello.

Expresa que con tantas manifestaciones del arte lírico, como la ópera y la zarzuela, y con tantos exponentes virtuosos del bel canto, la pianística, la música sinfónica y de cámara, era para que el Teatro Martí tuviera una programación sistemática.

Y con más razón, argumenta el lector, cuando se sabe que muchas agrupaciones ni siquiera tienen una sede permanente para presentarse.

Y la expresión de esa subutilización, según Miguel, es que no se hace sentir el Teatro Martí en La Habana. «De sus taquillas han retirado las informaciones, como precios de los asientos, horas de venta de entradas, informaciones sobre espectáculos», concluye.

La inquietud de Miguel puede ser la de muchos habaneros. Sería saludable que las autoridades culturales del país respondieran y brindaran información en lo tocante. Todos lo agradeceríamos.

No muy «operativos» para la licencia operativa

«Desesperado, atado de pies y manos», así describe su sentir Junior Jesús González Guadamuz, residente en calle Final, edificio 6, apartamento 37, entre Camilo Cienfuegos y Rosales, Reparto Eléctrico, La Habana.

Junior Jesús cuenta que, para sacar la licencia como trabajador por cuenta propia en la actividad de transportación de pasajeros, se presentó en la Dirección de Transporte del municipio Arroyo Naranjo para acceder a la licencia operativa. Y le dijeron que el carro debe pasar una inspección en Boyeros y Camagüey, la cual la hacen los inspectores del Ministerio de Transporte.

Pero dicha inspección no se está haciendo hasta nuevo aviso, «sin explicaciones ni motivos», enfatiza. «Y cuando preguntas a los que trabajan en ese lugar, a los inspectores de transporte y a sus jefes, nadie tiene información del porqué, ni cuándo se volverá a hacer la inspección necesaria para sacar la licencia operativa, inspección que es visual y no requiere equipo para eso.

«No puedo entender que la misma solo se esté haciendo a los carros estatales, los ómnibus y los jeeps de ocho plazas. Los carros de cinco plazas no entran en esa modalidad. Al menos es la única información que me han dado, y no entiendo porque unos sí y otros no».

Él apela a la reflexión y que se analice el perjuicio que representa para todos. Al Estado, porque deja de ingresar mediante impuestos por ese concepto. Y a él y otros en la misma situación, sin poder trabajar. ¿Cómo sustenta a su familia? Insiste, porque precisamente quiere cumplir con las leyes y no infringirlas, pues la multa por transportar pasajeros y cobrarles ilegalmente puede llegar a 1 500 pesos, además de quitarte la chapa del auto.

«Ya no sé adónde más dirigirme para que alguien me dé una respuesta. Necesito trabajar, y este trabajo no es para enriquecerse, como piensan algunos. Hay que pagar impuestos. Estos carros son viejos, por ende tienen adaptaciones, y mantenerlos como está establecido para transportar personal, no es tarea fácil. Muchas de las calles principales de nuestra ciudad están en mal estado, lo cual hace que la dirección de estos equipos, de por sí muy pesados, se abra, y los ejes se partan al igual que las esféricas.

«Eso sucede, sin contar el desgaste de las piezas, el filtro, el cloche, las pastillas de freno, la tapicería y la chapistería. Nada de eso es barato y me faltan cosas por enumerar. Entonces, ¿si no trabajo cómo puedo mantener este carro y, por ende, cómo puedo sustentarme? Solo quiero vincularme y ser útil a la sociedad, trabajar y cumplir con lo establecido pagando mis impuestos. Pero, ¿con cuántos obstáculos me tengo que encontrar? ¿Cuánto tiempo tengo que esperar para una respuesta? ¿Por qué el problema es con los carros de cinco plazas?», finaliza.

Todo parece indicar que los mecanismos para sacar la licencia operativa no son muy «operativos».

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