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Se restituyó el módulo en Santiago

De un golpe, y tras la infeliz visita de una trabajadora social, a la casi nonagenaria mamá de la santiaguera Mirtha Salgado Barroso le fue retirado el módulo de aseo que para estos casos destina el Estado cubano.

La anciana, postrada desde 2013, según narró aquí su hija el 2 de agosto último, padece además de demencia y enfermedad de Párkinson, no camina, no avisa de sus necesidades fisiológicas, y hay que alimentarla con mucho esfuerzo, pues se queda dormida constantemente.

Sin embargo, la trabajadora social de marras, en aquella rápida valoración, decidió que no procedía el módulo, pues el criterio para determinar si alguien estaba postrado era que moviera únicamente boca y ojos, evocaba la remitente.

¿Cómo es que esta evaluadora podía desestimar el criterio médico respecto a la paciente y no la visitaba en presencia del médico de la familia y la enfermera que sí conocen a fondo el caso, se preguntaba la santiaguera?

Al respecto, contesta el doctor Guillermo Mora García, director de Salud en Santiago de Cuba. Para la investigación correspondiente, apunta Guillermo, la doctora Mayra Esparraguera Bonet, jefa de la Sección de Adulto Mayor y Asistencia Social de la Dirección Provincial, visitó la vivienda de la promovente con un equipo multidisciplinario; evaluaron el estado de salud de la anciana, revisaron su historia clínica individual y entrevistaron al personal que la ha asistido.

Como resultado de la indagación se evidenció que la paciente se encuentra postrada desde 2014, ha sido evaluada por el equipo básico de salud y genética como corresponde y ha recibido su módulo sin dificultad. «No es hasta mayo de 2016, que se visita por la trabajadora social del Grupo Básico de Trabajo, sin estar acompañada del Equipo Básico de Salud y se le retira este, decisión que no está dentro de sus funciones, e inconsultamente tomó.

«Estas insuficiencias —enfatiza el galeno— motivaron un análisis en el Consejo de Dirección del Policlínico, derivándose medidas organizativas como la incorporación inmediata de la paciente en el registro de postrados para la entrega del módulo correspondiente, y disciplinarias, a la trabajadora social del policlínico América 1, consistente en traslado a otra plaza de menor remuneración o calificación, con pérdida de la que ocupaba, por demostrar superficialidad en el actuar cuando realizó la visita al hogar de la promovente, además de una multa de importe del 25 por ciento del salario al médico de la familia del Consultorio 14, por incumplir con la evaluación del estado de salud de la paciente en el mes de abril, según lo planificado en la dispensarización».

La queja se calificó con razón, señala el Director, cuya respuesta agradezco mucho. Y narra finalmente que Mirta y su familia mostraron conformidad con el proceder de los representantes del Minsap.

¿Y la dieta?

En embrollos parecidos al de la longeva santiaguera anda la villaclareña Dailin Herrada Valdez, quien escribe desde Ave. 21 No. 1808, Caibarién, para expresar su desacuerdo tras haber perdido una de las dietas de carne y pollo que el país asigna a las embarazadas, por malos procedimientos de la Oficoda en su territorio.

«Me presento en la Oficoda con la primera dieta el 26 de enero y veo que ponen fecha de vencimiento 25/04/2016. Le pregunto que si así de esa forma no pierdo una dieta; me responden que no, que eso está coordinado (…); sin embargo, otra era la amarga realidad», cuenta la remitente.

En la segunda vez que se presenta, refiere, el vencimiento se colocó para el 25/07/2016. «Me dan la dieta de la siguiente forma: primera dieta, en marzo; segunda, en abril; tercera, en mayo; cuarta, junio; quinta, julio. Cuál sería mi sorpresa el 30 de agosto cuando voy a la casilla y me dicen que no tengo el derecho, que la dieta venció el 25 de julio».

Dailin explica ante la negativa que le tocan seis dietas y solo le han entregado cinco, que le falta una; pero le responden que «ellos no tienen nada que ver y que visite la Oficoda». Al volver a esta instancia y conversar con la administradora, la contestación fue tan simple y desconcertante como: Eso es lo que está establecido.

«Entonces, ¿de quién es el problema? ¿Mío, que me falta una dieta y estoy embarazada y la necesito?», se cuestiona la villaclareña.

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