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El precio y la demanda

Cartas como la que envía la Doctora en Ciencias Gilda Vega Cruz, Profesora de Mérito del Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría (ISPJAE), me ratifican que hay rumbos y esencias que  no se deberían perder bajo ninguna circunstancia; pero sobre los cuales, se ciernen graves peligros.

«El sábado 25 de marzo nos acercamos mi esposo y yo al Buró de Turismo que se encuentra en el Hotel Capri, para conocer de una oferta no cara con vistas a la semana de receso docente de abril, llamada Semana de la Victoria. Allí fuimos muy bien atendidos», evoca Gilda.

«La compañera investigó y la propuesta más barata era en el hotel Sun Beach de Varadero, a 35 CUC la noche en una habitación triple. Después de un momento de deliberación acerca del dinero con que podíamos contar, la compañera nos pide disculpas y nos informa que la Cadena Gran Caribe había decidido que aunque esa semana estaba en temporada baja, por la alta demanda que tenía (de niños cubanos con sus padres y abuelos), semana que no coincide ni con Semana Santa ni con otra festividad donde podría haber una atracción especial para extranjeros, repito la Cadena había decidido que se cobrara como temporada alta a 39 CUC la noche. Es decir, que esa cadena, cubana, en vez de ofrecer otros servicios para los niños cubanos que se alojen esa semana en sus instalaciones, por ejemplo, un módulo de golosinas o una fiesta de payasos, toma la decisión de —porque hay más demanda— aumentar el precio...», apunta angustiada la maestra.

Y cierra su misiva señalando que decisiones de este tipo, que afectan a la población nuestra, son incomprensibles, por lo cual confían en que la Cadena repiense tal medida.

En calle 118 edificio 4, apto 27, Microbrigada Cujae, Marianao, La  Habana, la pareja de profesores espera respuesta.

Sin agua y sin información

Desde hace aproximadamente un año, según cuenta el artemiseño Yosvani Fuentes Núñez (calle Guillermo Castillo, No. 91A, esquina a Circunvalación, San Cristóbal), la situación del agua en su municipio viene presentando dificultades.

En diciembre de 2016 «el municipio estuvo 18 días sin el preciado líquido», recuerda el remitente. Y agrega que incluso las escuelas tuvieron cierres temporales  por falta de higiene, en ese y otros momentos del año. «Quienes resuelven una pequeña parte del problema son los particulares con sus pipas, y en lo que va del 2017, en enero no hubo agua, y ya en este mes (la carta es del 29 de marzo) llevamos siete días en algunas partes, en otras hasta 15 días y mucho más».

Y otra vez, relata el lector, Salud Pública ha debido recomendar el cierre de algunas instituciones educativas. «Me pregunto: ¿qué es mejor, arreglar un pozo o que falten los niños a las escuelas?», añade. Asimismo se duele de que, de estos problemas no se da, en los espacios y vías correspondientes del municipio la información oportuna.

Epifanio Rojas y Herminio Cuervo

En las últimas líneas de hoy, ofrezco públicas disculpas por una pifia que cometí al reseñar la carta del pinareño Jorge Luis Salas Hernández (calle Juana Romero No. 189, San Luis), el pasado día 21.

Agradecía Jorge Luis el celo con que ha sido atendida su madre durante siete años en varias instituciones médicas. Al transcribir textualmente las palabras del lector, este tecleador se saltó un renglón y se refirió al Hospital Epifanio Cuervo Cuervo, de San Luis, cuando en realidad se trata de dos instituciones municipales: el policlínico Epifanio Rojas y el hospital Herminio Cuervo.

Ruego me disculpen los trabajadores de ambos centros, el remitente y los demás lectores. Solo algo bueno tiene el error: me da la posibilidad de volver a homenajear públicamente tan meritorio trabajo de centros de la salud cubana. Gracias.

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