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¿Por qué unos fósforos sí y otros no?

El pasado 22 de septiembre, y desde Jobabo, Las Tunas, Camilo Rodríguez Aguilar censuraba la pésima calidad de  las cajas de fósforos producidas en las fábricas Capitana Cristina Pérez Pérez, de Manuel Tames, en Guantánamo, y Paquito Borrero Labadí, de Palma Soriano, en Santiago de Cuba.

Refería que de cada diez fósforos, encienden dos como promedio; prácticamente no tienen cabeza, y cuando se frotan sobre la lija, esta se les cae. En ocasiones, agregaba, tratan de encender, pero se apagan en el acto. Y en cuanto a la lija la calificaba como un desastre.

Al respecto, responde Yurelkis Noda Triana, directora de la Empresa Nacional de Fósforos, que la queja fue objeto de análisis en ambos colectivos, y visitó personalmente a Camilo una directora de la Unidad Empresarial de Base para dar respuesta a sus inquietudes, al tiempo que se tramitó con la Dirección de Atención a la Población del Gobierno Provincial.

Añade que a Camilo se le explicó cómo se controla la calidad en el proceso de producción, y cuáles son las causas que la afectan, asociadas fundamentalmente al estado técnico del equipamiento, calidades de las materias primas y condiciones de almacenamiento.

Igualmente, añade, se les explicaron las acciones que se realizan para estabilizar la calidad de las producciones, vinculadas principalmente con la fabricación de partes y piezas de repuesto.

Agradezco la respuesta, pero aún así, con las explicaciones dadas, no se detiene en si hay perspectivas de mejorar o superar tales problemas. Y uno no tiene la idea de si, en medio de esas circunstancias, los fósforos producidos allí pueden mejorar en algo. ¿Por qué, entonces, en una misma caja de esas respectivas fábricas hay fósforos que prenden y otros no?

Responde Empresa Eléctrica

El pasado 4 de octubre, y desde Luyanó, en el municipio capitalino de 10 de Octubre, Raúl Díaz Martín mostraba su inconformidad con la Empresa Eléctrica de La Habana.

Primero, denunciaba la demora en la indemnización del daño producido a equipos electrodomésticos de su propiedad, como consecuencia de la actuación de esa entidad el 3 de junio de 2017: un teléfono inalámbrico y un televisor. Y en segundo lugar, por el retiro en su domicilio del metro contador instalado, diferenciadamente, en el local donde realiza su trabajo por cuenta propia, a pesar de que había sido instalado por la  Empresa Eléctrica en 2013.

Al respecto, responde Jesús Samón Leyva, director general de la Empresa Eléctrica de La Habana, que, tras investigaciones realizadas, se confirmó en el Centro Integral de Atención al Cliente que la afectación a equipos de Raúl fue por irregularidades en el suministro de energía eléctrica.

El 7 de octubre, precisa, se recogieron en el hogar de Raúl Díaz los equipos y los llevaron a reparar a los talleres de Copextel. Luego de defectados el 13 de octubre, fueron dictaminados como «equipos no reparables», por no contar con las piezas para ello. Y entonces se verificaron sus precios para proceder a la indemnización monetaria.

Precisa que se le entregará un cheque a Raúl con el importe total de los equipos, pero no especifica cuándo.

En cuanto a la segunda inconformidad, plantea que se corroboró que en el hogar de Raúl Díaz había instalados dos metros contadores, los cuales no arrojaron ninguna anomalía, pero se emitió orden de retiro de uno de los servicios eléctricos, pues por cada domicilio corresponde un contador de energía eléctrica.

Aclara que a los clientes que ejercen el trabajo privado en su propio domicilio deberán facturárseles los consumos a través del contador instalado. Añade que la presencia de dos contadores en el domicilio de Raúl Díaz impedía la correcta facturación de la energía consumida en el inmueble, pues al distribuirse la carga conectada, no se aplicaba correctamente la tarifa escalonada, que repercute en el importe de la factura.

Al retirarse uno de los metros, agrega, el consumo de la vivienda aumentó: En el último año, antes de retirar uno de los contadores, se facturaron un total de 3 853 kilowatt/hora, con un importe de 745,60 CUP, cuando realmente debió ser con un solo metro contador 1 844,90 CUP.

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