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Más explicación, y más asequible

El pasado 7 de septiembre, y desde la comunidad La Ratonera, del municipio santiaguero de Contramaestre, Rafael Rosales denunció aquí la morosidad en todo el proceso de su jubilación por enfermedad, luego de una vida entregada al trabajo, en la unidad básica de producción cooperativa (UBPC) Domingo Portela.

Contaba que inició el proceso el 6 de marzo del presente año. Y tras meses de espera, y de preguntar constantemente en Seguridad Social de su municipio, todavía no se le había entregado la chequera. «Y solo se me ha informado que no tienen respuesta aún», refería el afectado.

Rafael afirmaba que llamó al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y la respuesta fue que ningún expediente de esa índole había llegado a sus manos. Y en el municipio le aseguraban que el expediente se había enviado a La Habana.

«Para colmo, señalaba, se me dijo en Seguridad Social que el atraso no se va a pagar retroactivamente. Y, además, no soy el único en esta situación. Somos 35 jubilados de UBPC en el municipio, desesperados y sin saber a quién recurrir. Mientras tanto, ¿cómo vivo y alimento a mi familia?».

Al respecto, Caridad Real Gutiérrez, jefa del departamento de Trámite de Pensiones del Instituto Nacional de Seguridad Social (INASS), envía copia de la respuesta remitida a Rafael, en la cual afirma que «al entrar en vigor el Decreto-Ley 351 de 2017 en febrero de este año, se determinó, hasta tanto concluya el proceso para su implementación, tramitar las pensiones que se soliciten al amparo de la Disposición Especial Primera de la mencionada norma».

Y añade que ello trae como consecuencia que el trámite de estas pensiones, que se solicitan en todo el país, se hagan en la oficina central del INASS, y se incumpla el término para ese tipo de trámite.

Además, informa a Rafael que el trámite suyo fue concluido, y la pensión por invalidez total le fue concedida por la cantidad de 400 pesos; y en la primera mensualidad del medio de pago se incluye el pago retroactivo por lo dejado de recibir.

Agradezco la copia de la respuesta a Rafael y la solución definitiva de la demora en su jubilación. Y solo lamento que no se haya aprovechado para esclarecer una situación de muchos otros cooperativistas, mencionada por el remitente.

Además, ante tan moroso proceso de jubilación, algo tan sensible, la respuesta de la funcionaria al afectado no explica cuál es la naturaleza del mencionado  Decreto-Ley y por qué su entrada en vigor provoca tal retraso. Es una explicación muy técnica para Rafael, un hombre de campo que lanza un SOS de impaciencia, desde un sitio tan distante como La Ratonera.

Le negaron la placa de rayos x

Osmel Feria Martínez (calle Camilo Cienfuegos no. 18, Levisa, Mayarí, provincia de Holguín) cuenta que el pasado 31 de octubre tenía fuertes dolores de cabeza, y fue a ver a la doctora de la familia, quien le indicó un tratamiento y que se hiciera una placa de Rayos X.

Al siguiente día, Osmel se personó en el policlínico de Levisa, y le explicaron que el equipo de Rayos X estaba roto, al tiempo que lo remitieron al policlínico 26 de Julio, de Mayarí.

Cuando arribó a este, la técnica de Rayos X le dijo que como él era de Levisa, no podía atenderle. Osmel se dirigió a la directora del centro asistencial, quien le expresó lo mismo que la técnica. E incluso llegó a expresarle que quizá hasta era falsa la indicación que él llevaba.

«Cuando una persona necesita atención médica, ¿debe atenderse solo en su área de salud específica?», pregunta Osmel, y ruega que le digan si él es quien está equivocado. «¿Qué hago mientras se arregla el equipo de Rayos X de Levisa?», insiste el remitente.

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