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Violaciones y errores de procedimiento

El pasado 15 de enero reflejé la historia de Élcida Acevedo, residente en el Consejo Popular Redención, del municipio camagüeyano de Minas, quien llevó más de seis meses tramitando infructuosamente una solicitud de certificación de nacimiento en el Registro Civil de esa localidad.

Élcida solicitó el documento en julio de 2018, y tras esperar el tiempo correspondiente para recogerlo, le informaron allí que se le solicitó al municipio de Nuevitas, por lo que tardaría más de lo común. Y ella siguió haciendo viaje de Redención a Minas (15 kilómetros) y haciendo largas colas, para que le dijeran: No está todavía, venga la próxima semana.

En enero de 2019 le dijeron que no aparecía solicitud alguna a su nombre, y tuvo que volver a hacer todo el trámite…

 Al respecto, responde Yolaidis Rodríguez Cobas, directora provincial de Justicia en Camagüey, que, luego de una entrevista con Élcida, se declaró Con Razón la queja revelada aquí por su hijo Karel Ernesto Garateix Acevedo, «ya que la expedición de la certificación que obra el Tomo 79, Folio 79, correspondiente al Registro del Estado Civil de Nuevitas, perteneciente a su señora madre Élcida Acevedo Díaz, fue expedida fuera del término establecido».

Además, consigna, contenía errores en la transcripción, lo que demuestra que existieron violaciones técnicas en el momento de su confrontación y expedición. Y todo ello, añade, es imputable a la unidad registral de Nuevitas, de manera personalizada a la registradora. A esta última, precisa, ya no se le puede exigir responsabilidad administrativa, por no mantener vínculo con la entidad.

Pero sí se exigirá responsabilidad al Registro del Estado Civil de Minas, y se adoptará la medida disciplinaria que tipifique a la auxiliar de esa institución, que no fue oportuna en imprimir la certificación solicitada.

La unidad de Nuevitas dio respuesta el 6 de septiembre de 2018, manifiesta, y, sin embargo, en las tantas ocasiones en que la señora acudió al Registro de Minas, le mantenían la respuesta de que aún no estaba su certificación. Al propio tiempo, se identifica como responsable a la registradora principal, por no cumplir con sus funciones inherentes al control y seguimiento del servicio que se brinda en la unidad que representa.

«A pesar de que ya en esta fecha la interesada en el servicio registral posee la certificación solicitada, expresa, la institución no se siente satisfecha, pues nuestros trabajadores deben brindar a la población un servicio con calidad, lo que incluye además celeridad.

«Y nada justifica que se generen insatisfacciones, por lo que nos sentimos comprometidos en adoptar las decisiones que se precisen para que situaciones como estas no se repitan», concluye.

Pagar… lo que se consume

Julio Valido Barcia (Calle 304 no. 17503, entre 175 y 179, Reparto Camilo Cienfuegos, Matanzas) manifiesta que existen problemas en esa ciudad con ciertos lectores cobradores del servicio eléctrico.

 Asegura el remitente que a su vivienda no van a leer el contador, y cuestiona a propósito de dónde sale la supuesta lectura que le estampan en el comprobante o recibo de la luz eléctrica.

«No se trata de  no pagar la electricidad, señala,  sino de pagar realmente lo que uno consume y no lo que ellos quieren ponerle a uno», concluye.

Medidas contra los infractores del ornato y la higiene

Lídice Marqués Ravelo (Vives 171, entre Águila y Florida, La Habana Vieja, La Habana) está muy preocupada, porque La Habana no debería arribar a su aniversario 500 con tanto deterioro de la limpieza y la higiene.

Y cuenta que la esquina de Florida y Gloria, en La Habana Vieja es un gran basurero que toma gran parte de la calle. Antes, había allí un contenedor grande y abierto. Un buen día desapareció, y ahora los vecinos siguen arrojando sus desechos allí.

Lídice no comprende cómo, si la ciudad está  batallando por eliminar la destrucción causada por el reciente tornado, y las autoridades del país llaman a aprovechar este impulso para hacerlo todo más bello y ordenado, tengamos que contemplar pasivamente  tales deterioros de la higiene y el ornato sin tomar medidas.

«Esta no es tarea de un día, ni de fechas y celebraciones, es velar porque se cumpla diariamente. Hay que aplicar medidas a los infractores», concluye Lídice.

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