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Un caso bastante complicado

EL pasado 3 de septiembre, y desde Veguitas, en el municipio granmense de Yara, Ileana Gloria Crespo contaba aquí que en 2002, por encontrarse muy enfermo su esposo (ya fallecido) le hicieron las autoridades locales una casa de madera, con cubierta de fibrocemento y sala comedor, portal, dos cuartos y una letrina en el exterior.

La vivienda, que, según le prometieron, más adelante se sustituiría por una de mejores condiciones, fue pagada por la familia, para que les entregaran la propiedad de la misma.

Pero la vivienda, según Ileana, ya estaba en condiciones críticas. La madera se abrió porque entonces la utilizaron verde. El techo tiene hoyos, pues las grampas no se pusieron correctamente. Y las vigas de cubierta se pudrieron. Ya ni tenía paredes ni ventanas. Las tablas no se podían clavar porque estaban podridas, al igual que los horcones. E Ileana manifestaba su temor de que el techo se viniera abajo.

Ileana afirmaba que gestiones suyas no habían faltado en cuanto a solicitar un subsidio; pero no había tenido respuesta satisfactoria aún. La habían visitado trabajadores sociales, quienes tomaban datos, pero no volvían con solución alguna.

Y para colmo, la caída de un gajo de una mata de mango empeoró su techo. Y nadie se había personado para ayudar a la anciana, quien solo ingresa su pensión de viuda y el salario de su hija, que es madre soltera.

La remitente clamaba desesperada e impotente, sin dinero para arrostrar el desastre que vaticinaba cuando miraba el techo y solo veía un inminente derrumbe.

Al respecto, responde Fernando Enrique Baliño Ballester, presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular de Yara, que una comisión local comprobó que, a raíz de lo publicado aquí, la trabajadora social que atiende la circunscripción se personó urgente en el hogar de Ileana.

Y en la nueva caracterización que se le hizo, se comprobó que Ileana recibe una pensión de 300 pesos por viudez, y su hija devenga un salario de 480 pesos. La nieta, quien estudia en el Instituto Superior Pedagógico Blas Roca Calderío, recibe un estipendio de 213 pesos, para una entrada familiar de 993 pesos.

Precisa que, según los directivos de la Vivienda que la visitaron, el estado constructivo de la casa es crítico, con peligro de derrumbe en componentes principales como muros y cubierta. Las paredes de madera presentan elevado deterioro. Hay tablas desprendidas y horcones hundidos.

La cubierta de fibrocemento presenta abundantes filtraciones y el soporte de madera está podrido. Había una cocina rústica, que fue destruida por la caída de parte de una mata de mango. Y lo que quedó de ese árbol amenaza la seguridad de la vivienda.

Afirma Baliño que, según se le explicó a Ileana, el expediente de subsidio promovido por ella el pasado 7 de febrero, refleja ese estado constructivo crítico, y se encuentra en el Consejo de la Administración Municipal (CAM), en espera de la evaluación que se le realiza a cada expediente según los requisitos establecidos, y siempre y cuando exista financiamiento en el territorio.

Agradezco la respuesta. No conozco por qué las evaluaciones de casos críticos como este demoran tanto en las autoridades que deciden la aprobación de los subsidios. Ojalá la de esta familia no demore tanto, y la maltrecha vivienda de Ileana pueda clasificar antes de que la casa se desplome, con el consiguiente peligro para sus moradoras.

No precisa la respuesta qué grado de prioridad tiene este caso con respecto a otros del territorio, ni tampoco cómo se obtiene el financiamiento para atender tales urgencias. ¿Llega de arriba o hay que crearlo con los recursos y potencialidades del territorio?

Al menos, por lo que se expresa en los chequeos del programa de la Vivienda en el país, que preside en persona el presidente de la República, los municipios deben ser muy proactivos en atender los casos más sensibles y urgidos. Y este de Ileana está bastante complicado.

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