Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Joaquín Borges-Triana

Los que soñamos por la oreja

Entre lo popular y lo académico

Una de mis experiencias más vivificantes en lo que a música se refiere la he vivido en las etapas en las que he sido integrante de coros. La vocación por dicha práctica se la debo a mi tránsito por la Escuela Especial Abel Santamaría. Allí, las profesoras Débora Cabrera y Regla María, además de poner mis manos por primera vez sobre una guitarra y un piano cuando yo era niño, sembraron en mí la motivación por el canto a voces en un colectivo, aprendizaje que debería generalizarse por sus múltiples beneficios. De ahí nace mi gusto por lo coral.

Lamentablemente, los sellos discográficos existentes en Cuba no han resuelto hasta la actualidad, el necesario equilibrio en sus producciones en cuanto a géneros y estilos se refiere. Una de las manifestaciones que más brilla por su ausencia cuando se hace el recuento de los fonogramas editados, resulta sin discusión alguna la música académica. Es por dicha razón que son escasos entre nosotros los álbumes que recojan el quehacer de formaciones corales, por lo que siempre que se edite uno, ese solo hecho ya constituye noticia.

Entre las agrupaciones cubanas que pueden enseñar discos contentivos de su trabajo vocal se destaca el Coro Nacional de Cuba, colectivo que desde hace años está dirigido por Digna Guerra, alguien que de inicio se formó musicalmente en la especialidad de piano, pero que tiempo después comprendió que lo suyo eran las formaciones corales y en dicho terreno se preparó con los ilustres profesores Gisela Hernández y Manuel Ochoa, para graduarse de la escuela coral del Conservatorio Municipal de Música de La Habana y más tarde, del centro Hochschule fur Musik Hanns Eisler de Berlín, República Democrática Alemana.

En la edición de Cubadisco del 2006, en virtud de la calidad sonora y el grado depuradísimo de la interpretación de obras de complejas y diferentes facturas y texturas sonoras, el Coro Nacional de Cuba se alzó con uno de los premios del certamen, gracias al fonograma titulado De todo coro son, una producción llevada a cabo por Colibrí, sello discográfico creado por el Instituto Cubano de la Música.

Uno de los aspectos que sobresale en este CD es la variedad de la propuesta aquí registrada. Tal concepción al elegir el repertorio del álbum tuvo como objetivo principal ofrecer una muestra de las disímiles aristas abordadas en su labor por el Coro Nacional, que asume en su repertorio múltiples estilos vocales, siempre interpretados a partir del principio de la fidelidad e intencionalidad en el montaje de las partituras, las cuales pueden moverse con idéntica soltura tanto en el terreno de las canciones populares, como en el de las composiciones cultas o académicas. A tenor con tales presupuestos, encontraremos una diversidad de géneros musicales en la grabación y que van desde negros spirituals, fragmentos de la Misa de Réquiem, original de Calixto Álvarez, hasta piezas de la música tradicional de nuestro país como, por ejemplo, Pare cochero, tema escrito por Marcelino Guerra.

Una segunda cuestión que me interesa resaltar, es que el fonograma en su conjunto nos permite apreciar la madurez interpretativa del Coro Nacional como formación vocal y que le hace figurar a la vanguardia del muy activo movimiento coral cubano. En ello, sin la menor discusión, ha desempeñado un rol fundamental el trabajo llevado a cabo por la maestra Digna Guerra, alguien que, dicho sea de paso, además de ser una excelente directora de coros, es una formidable cantante.

Igualmente, hay que señalar que este disco perteneciente al sello Colibrí, sobresale por no establecer distingos entre las denominadas música académica y popular, con lo que una vez más se comprueba que las supuestas fronteras que separan a esos dos modos de asumir lo musical son artificiales y no responden a la realidad.

Por último, cuando uno concluye la audición íntegra del álbum De todo coro son, no puede menos que lamentarse porque entre nosotros no aparezcan con mayor asiduidad en el mercado, fonogramas que, como este, evidencian que la música solo se divide en buena y mala y que todo lo demás, obedece simple y llanamente a estrategias comerciales en función de los niveles de venta.

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.