Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Joaquín Borges-Triana

Los que soñamos por la oreja

¡Rock y metal del mejor!

Aunque disfruto de toda la música en su sentido más amplio, experimento particular atracción por el rock y el metal, especialmente cuando se trata de trabajos de corte propositivo. Justo con tales características se mueven los discos a los que voy a referirme en esta sección, es decir, The Second Mechanism, de Diagonal; Silverthorn, de Kamelot, y el célebre Concerto For Group And Orchestra, de Jon Lord.

Diagonal es una banda que entre 2008 y 2009 atrajo la atención de la crítica en distintos sitios, en función del alto rigor estético de su álbum debut. Tras una etapa en la que el grupo se desactivó, en el 2012 volvieron a la carga con el fonograma The Second Mechanism, CD editado por Metal Blade Records y contentivo de cinco cortes, dato que ya les puede dar idea de la extensión en duración de estos temas.

Desde que uno escucha la primera pieza del material, Voyage-Paralysis, se percata de que la intención de Diagonal es apostar aquí por una hibridación de elementos procedentes del rock sinfónico, el progresivo, el jazz, la psicodelia, la electrónica e incluso, hasta algo de metal. Dicho proceder es también la línea rectora en These Yellow Sands, Mitochondria, Hulks y Capsizing, temas de amplísimo desarrollo instrumental y abundantes solos a cargo de Luke Foster (batería, percusión y piano), Ross Hossack (sintetizadores y Harmonium), Nicholas Richards (bajo, mellotron y sintetizadores), Nicholas Whitaker (saxofón alto, clarinete y voz principal) y Dave Wileman (guitarra), excelentes instrumentistas con la peculiaridad de que todos hacen voces en la grabación, la cual hará las delicias de los amantes del rock clásico.

El segundo fonograma del que hablaré, se trata de Silverthorn, de la banda estadounidense Kamelot, que fue publicado por el sello SPV/Steamhammer. Estamos ante un disco conceptual, de atmósferas diría que fantasmales, el cual narra la historia de una joven llamada Jolee, cuya vida transcurre en el siglo XIX y que muere en un trágico accidente. A los seguidores del grupo, lo primero que les llamará la atención es que ya aquí no figura como vocalista Roy Khan y su lugar ha sido ocupado por Tommy Karevik, llegado de las filas de Seventh Gonder. Con la nueva alineación, se nos entrega un álbum operístico metal, con fuerte hálito a rock de estética gótica.

Para mi gusto, en el material sobresalen los cortes Manus Dei, deliciosa intro de ritmo vertiginoso; Sacrimony (Angel of Afterlife), muy bien en sus bases rítmicas de power metal melódico; Ashes to Ashes, de lo más metalero de la grabación y con excelente desempeño guitarrero de Thomas Youngblood (líder del piquete); Veritas, pura dinamita y con destaque de la vocalista invitada Elize Ryd; Silverthorn (pieza que da nombre al CD), poseedora de una lograda orquestación, y Falling like the Fahrenheit, ejemplo de la línea operística abordada por el ensemble y donde se disfruta del juego entre las voces de Karevik y Ryd.

Por último, quiero comentar un disco que recoge una nueva versión de una obra que ya puede catalogarse como histórica en el devenir de la música durante la segunda mitad del siglo XX. Se trata del mítico Concerto For Group And Orchestra, ideado por el desaparecido tecladista Jon Lord para Deep Purple y una formación sinfónica (la que lo grabó en 1969 fue la Royal Philharmonic Orchestra bajo la dirección de Malcolm Arnold), composición que ya tiene más de 40 años de haber sido estrenada, el 24 de septiembre de 1969, en el Royal Albert Hall, de Londres. Los seguidores de la historia del rock saben de la importancia de esta pieza en el devenir de la integración de dicha expresión sonora con el más puro lenguaje de la música académica.

Contentivo de tres movimientos, Moderato-Allegro, Andante y Vivace-Presto, en los cuales se alternan pasajes a cargo de la Orquesta Sinfónica, unos por la banda electrónica y otros en los que se unen las dos sonoridades. Como invitados especiales para la grabación aparecen junto a Lord los guitarristas Darin Vasilev, Joe Bonamassa y Steve Morse (la intervención de este en el tercer movimiento es fenomenal), el vocalista Bruce Dickinson, el cantautor Steve Balsamo, Brett Morgan a la batería, Guy Pratt y la cantante Kasia Laska. Tras oír esta maravilla, lo único que se me ocurre es dar gracias por la existencia de la música.

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