Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Joaquín Borges-Triana

Los que soñamos por la oreja

Siempre será el amor

Siempre he sido partidario de que un concurso como el que llevaba el nombre del maestro Adolfo Guzmán debería mantenerse activo. No sé las razones que llevaron a que esa fiesta de la buena creación musical entre nosotros no se haya vuelto a convocar. De las distintas emisiones de dicho evento han salido no pocas composiciones que figuran entre lo más destacado del panorama de la canción cubana contemporánea. Alguien que resultó triunfador reiteradamente en el certamen fue Lázaro García.

Quien no conozca con antelación la importante obra autoral de este cienfueguero, puede hacerse una idea bastante acertada de la personalidad del otrora miembro del Movimiento de la Nueva Trova, tan solo con escuchar el disco Siempre será el amor, canciones de Lázaro García. Los 14 temas compilados en la grabación dejan claro que Lázaro es uno de los más sobresalientes hacedores de canciones en Cuba en las últimas décadas.

No se trata de que García haya sido una figura popular o que sus temas, ya fuese en su propia interpretación o en las voces de otros cantantes, resulten del dominio del gran público cubano. Lamentablemente eso nunca ha sucedido ni creo que a estas alturas llegue a ocurrir. Empero, quien escuche con detenimiento el fonograma que aquí les presento, no podrá menos que concluir que estamos ante un extraordinario compositor. Lázaro es alguien que domina como pocos las formas del verso al poner texto a sus melodías, las cuales desde el prisma musical poseen una remarcada belleza, con la peculiaridad de que no se aprecian en ellas las repeticiones de giros que se detectan en otros muchos hacedores de canciones, sobre todo cuando han dedicado tantos años a la profesión, como ocurre en su caso.

Por supuesto que mi anterior afirmación no es algo que uno venga a descubrir con la audición del CD Siempre será el amor, canciones de Lázaro García. Quienes siguen con atención el devenir del panorama musical en Cuba saben que ya durante la década de los 80, a propósito del nunca demasiado bien ponderado Concurso Adolfo Guzmán, uno de los nombres que de forma recurrente aparecía entre los finalistas del certamen o, aun más, entre la lista de los galardonados, era justamente el de Lázaro García.

Varias piezas de aquellas surgidas a propósito del desaparecido Guzmán se recogen ahora en este álbum, que de algún modo quiere rendir tributo al sobresaliente trovador cienfueguero.

De ese modo, disfrutamos en el disco de temas como Siempre será el amor (Eduardo Sosa), Soneto al amor (Ivette Cepeda), Como si fuera ayer (Kiki Corona), Inclina el cetro a la flor (Vania Borges), Tejiendo un rostro en la canción (Maureen García) y Si de tanto soñarte (Augusto Enríquez), por mencionar varios de los 14 cortes registrados en el fonograma.

Dos cosas más desearía agregar, antes de finalizar mi comentario. Es de lamentar que un trabajo como este llevado a cabo en torno a la obra de Lázaro García, apenas se promueva por los medios de comunicación, que siguen de espaldas a buena parte de lo mejor que en música se hace hoy en nuestro país.

En segundo lugar, escuchar un disco como este, contentivo de tantas y tantas buenas canciones, me lleva a pensar en lo lamentable de que entre nosotros se haya perdido la figura del repertorista. Si el mismo existiera, de seguro muchos de los temas del presente álbum serían interpretados por no pocos cantantes cubanos, que en la actualidad desgastan sus potencialidades al asumir obras menores por falta de un criterio orientador al conformar sus repertorios.

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