Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

El Duende

La tecla del duende

Pablo y Charly

Pablo de la Torriente Brau es uno de esos héroes jaraneros que alguna vez todos, o casi todos, soñamos ser. Asistía a la vida con el hambre y el desenfado con que iba al cine o recorría kilómetros para visitar a su novia Tete o se embarcaba en una travesía para morir por otros. Periodista. Revolucionario. Hombre. Con él —libros mediante—, el amigo Charly Morales sostuvo hace años un ocurrente diálogo imaginario del que comparto fragmentos…

¿Cómo es para Pablo la vida?

La realidad es solo un sueño pobre, y la vida, si la vida es algo que quiera valer la pena, es de veras el huracán de sueños de los primeros años impetuosos, locos, vehementes y desaforados. Te digo que es bello vivir.

¿Qué piensas de José Martí?

Fue grande y será eterno, solo porque toda su vida no fue más que la versión hecha hombre de un pueblo entero; porque simboliza como ningún otro toda la vida y la historia y las penas y los sacrificios y las luchas siempre inconclusas del pueblo cubano. A mí nadie puede darme lecciones de cubanismo, porque aprendí a leer en La Edad de Oro.

¿Y de [Raúl] Roa?

Cabeza desordenada de Beethoven hambriento y figura de Hamlet estilizado. ¿Qué museo guardará su lengua?

¿Crees en la perfección humana?

Ni me interesa, ni creo en el hombre perfecto. Para eso, para encontrar eso que se llama el hombre perfecto basta con ir a ver una película del cine norteamericano.

¿Algo te presionó alguna vez?

Las 24 horas miserables que tiene el día.

¿Cuál ha sido tu mayor satisfacción?

Lo mejor y más noble de toda mi vida es haber sido amigo, haber merecido el cariño fraternal de dos hombres tales como Rubén Martínez Villena y Gabriel Barceló.

¿Estás satisfecho del deber cumplido?

No estoy satisfecho de nada. Ni siquiera con el deber cumplido. Porque por más sofismas e hipocresías que se empleen, cuando el cumplimiento del deber no conduce a otra cosa que a la vanidad personal «de haber quedado bien», después de esto a nada conduce. Debiera existir el «deber del triunfo», y entonces si daría gusto…

Por último, ¿nunca has temido haber adoptado una postura incorrecta en la vida?

No tengo nunca miedo de escribir lo que pienso, con vistas al presente ni al futuro, porque mi pensamiento no tiene dos filos ni dos intenciones. Le basta con tener un solo filo bien poderoso y tajante que le brinda la interna y firme convicción de mis actos. No me importa nada equivocarme en política porque solo no se equivoca el que no labora, el que no lucha. (Tomado del blog Fufú con empellas…).

Regalo de jueves en Holguín

Hoy, a las 2:00 p.m., en la escuela tunera Rita Longa, los profes y alumnos conversarán sobre el amor a primera vista // Este sábado en la Casa de la Prensa de Holguín, a las 10:00 a.m., los tecleros develarán la cultura de la unión.

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