La tecla del duende
Lo que fuimos y lo que seremos. Ese es el motivo central que nos unirá este sábado en el patio del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), a las 2:00 p.m. para festejar los 17 febreros de esta columna y los 13 de las peñas de afecto compartido que pueblan el Caimán con el color de JR. Ya hay ocurrentes «montados» en esta expedición al rencuentro desde Holguín, Las Tunas, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Santa Clara, Artemisa, Pinar del Río... aparte de los anfitriones capitalinos. Entre los invitados especiales que nos acompañarán está el periodista y editor Mario Cremata, director de la Editorial Boloña, quien presentará a los asistentes algunos de los títulos especialmente dedicados en la Feria del Libro al Leal Eusebio de la imperecedera Habana.
(Para Massiel Besú, niña del Caribe)
La noche y el mar sostienen/ un devaneo a la antigua./ La noche le obsequia al mar/ su luna de calamina,/ y lo escolta con su negra/ legión de sombras anfibias./ El mar le regala peces,/ espuma, corales, islas…/ y le cuenta dónde guarda/ pecios de piraterías,/ antiquísimos tesoros,/ naufragios célebres, ruinas,/ restos de viejas batallas/ y otras historias hundidas.
La noche ilumina al mar/ con sus estrellas más nítidas,/ y le embadurna su niebla/ de seducción imprecisa./ El mar, con los fluorescentes/ besos de sus olas cíclicas, / le unta a la noche un salitre/ de bondades curativas/ que le va sanando insomnios,/ soledades, pesadillas...
El mar encuentra en la noche/ su vocación sensitiva./ La noche sacia en el mar/ su pasión naturalista./ Pero no todo es armónico./ También tienen sus rencillas,/ —aunque nunca el sol se pone/ sobre sus intensas iras—./ Si al amanecer se enojan/ con sus furias primitivas,/ en el flamante crepúsculo/ se indultan, se reconcilian.
Amor de yodo y relente,/ de claroscuro y salina./ La noche y el mar, fundidos/ como un romance a la antigua. (Alexánder Besú Guevara)
Iba yo tranquilita caminando por la calle, sin meterme con nadie, y cuando paso frente a un timbiriche, cinco croquetas chacalistas empiezan a meterse conmigo: «Tú no eres tan leona ná», «Tú no tienes ningún cementerio aparte», me gritaban. Me dije: «Calma, ya tú estás quitá de bulla», pero ellas siguieron, eran croquetas muy presidiarias. Mira, muchacho, les fui pá’ arriba... Yo sola contra ellas cinco y nadie nos desapartó —la gente se ha vuelto tan indolente— y me las tuve que comer... Porque yo no le aguanto graciecitas a nadie. De la última croqueta que se metió conmigo ¡no se ha vuelto a saber jamás! (Yuliet Calaña)
Las manos amorosas de Nancy remiten estas «frases de oro», que circulan en la red atribuidas a ese genial autor: Anónimo.
* Aprende del pasado, vive el presente y trabaja para el futuro.
* No midas tu riqueza por el dinero que tienes, mídela por aquellas cosas que tienes y no cambiarías por dinero.
* Un hombre inteligente jamás se irritaría, si tuviera delante un espejo y se viera cuando discute.
* Si quieres algo que nunca tuviste, debes hacer algo que nunca hiciste.
* Las arrugas son hereditarias (a la inversa). Los padres las reciben de los hijos.
* El que busca un amigo sin defecto se queda sin amigos.
* El victorioso tiene muchos amigos; el vencido, buenos amigos.
* En la vida algunas veces se gana, otras veces se aprende.
* El tigre y el león pueden ser los más fuertes, pero el lobo no trabaja para el circo.
* El orgullo es el único veneno que te puede intoxicar...si no te lo tragas.
* Todos queremos obtener felicidad sin dolor, pero no se puede tener un arcoíris sin un poco de lluvia.
* No importa cómo caes, sino cómo te levantas. No importa el fracaso, sino volverlo a intentar. No importa el largo del camino, sino lo que está al final. No importa el sudor que cueste, sino lo que quieres lograr.
