La tecla del duende
Cuando se acerca el Día Internacional de la Mujer, tomo prestada esta reflexión, compartida por la espirituana Yanelis Madrigal González. Versiono:
No todo el mundo puede tener la suerte de estar con una mujer complicada. Suerte, sí, porque las mujeres difíciles son como el agua limpia de una cascada: son fuertes, brillantes, sinceras.
Las mujeres complicadas no se conforman; pueden ser tan crueles como el diablo o adorables, como el más bello de los ángeles. Huyen a menudo, se enfadan. Pero siempre te miran a los ojos. Siempre.
Tienen los ojos a menudo felices, a menudo tristes, casi siempre las dos cosas. Saben amar, pero amar duro, amar fuerte, sin límites…
Junto a las mujeres complicadas se abraza la locura, y estar loco atiza la pasión del amor. Las complicaciones no se olvidan, porque cada una que logres resolver, hará crecer el amor. Con ellas es difícil vivir, pero sin ellas es imposible estar. Las mujeres complicadas son una edición limitada. ¡Aprovéchalas!
Te has ido desarrollando / con grandes logros, mujer / y al fin lograste obtener / lo que estuviste soñando. / Te seguirás esforzando / paso a paso, cada día, / tu figura merecía / una reivindicación: / fue esta Revolución / quien descubrió tu valía.
Hoy, en nuestra sociedad / tu brillantez nos asombra, / porque se apagó la sombra / de tu marginalidad. / Disfrutas tranquilidad / ¿el pasado? fue un error, / eres un ser superior / capaz de muchas acciones / y de tener mil razones / para prodigar amor (Julia Hernández Santayana).
Las ocurrentes espirituanas se citan para una de sus sedes habituales, el restaurante Yang Tsé. El sábado 7, a las diez de la mañana, tendrá lugar allí un encuentro muy especial en saludo al Día Internacional de la Mujer.
Loyda: Rumbo a la felicidad quiero seguir tus huellas, compartir el trayecto, tener un sendero conjunto. El soldado.
Uno se va, pero no se va. Cuando uno se va se queda, como circundando. Hugo Rafael Chávez Frías.
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