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La tecla del duende

Dolor compartido

El desenlace fatal para una persona querida se nos puede informar de la manera más inesperada, e incluso en una jornada en la que hemos sido muy felices. Diría el trovador que lo perdonaran los muertos por su felicidad, pero todo se nubla cuando hacemos nuestra la tristeza de otros. Así ocurrió al saber que desaparecía físicamente la madre de un Duende queridísimo, de cuya salud habíamos estado pendientes durante años.

Un abrazo es verbo en esta situación, porque ninguna palabra es consuelo. Menos si es julio, apenas una semana después de la partida del Genio. Momentos de un dolor compartido que jamás cesa, porque las vivencias junto a la autora de nuestros días afloran a diario en centenares de ocasiones.

Allí, donde la palabra no resulta efectiva, llegan nuestras manos, nuestras piernas, nuestro corazón; como en aquel poema de José María Memet. Todavía respiramos, así que nos inventaremos una vida desde el momento difícil, para seguir el camino junto a centenares de personas que andan contigo y sufren junto a ti. ¡Que siga la ruta, poeta! Vamos juntos en esta hora difícil. 

Poblados

Apenas convocamos a los lectores para hablarnos de los territorios cubanos, y de inmediato recibimos mensajes. Saludo así a los entusiastas de Arte Sanfelipeño, en el mayabequense municipio de Quivicán. Saludo también a los entusiastas peloteros de Camalote y Paredes, que año tras año desde el siglo pasado, se miden en fraternales duelos de ida y vuelta, donde realmente ganan todos.

En el tunero San Manuel envío saludos para la profesora Seydel, que no cesa de generar ocurrencias. También en Las Tunas saludo a los trabajadores del campismo Los Pinos.     

Además recibí mensajes de Edelis, Radamés y de la profe Daily, que serán publicados la próxima semana.

Graffiti

LMN: Ya suman seis meses que parecen seis años, ojalá sean seis vidas que nos unan en la eternidad. Perico.

Tecleros: Saludos a todos. Desespero por estar junto con todos ustedes. No me conformo con seguir sin verlos. Cañón.

Semilla

Una madre puede tomar el lugar de todos, pero nadie puede tomar el lugar de una madre (Anónimo).

 

 

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