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Cuenta Cuba con programa eficaz de control de plagas en la agricultura

Lo anunciaron autoridades del Centro Nacional de Sanidad Vegetal. El programa permite minimizar los daños que enfermedades, malezas y ataques de insectos provocan a los cultivos

Autor:

Dora Pérez Sáez

La agricultura cubana posee un eficiente sistema de defensa contra plagas, capaz de mantener bajo el umbral de daño económico las enfermedades, malezas y ataques de insectos y ácaros que existen en el país, con pérdidas menores en los cultivos.

Lo anterior fue expresado por Roberto Sant, jefe del departamento del programa de defensa del Centro Nacional de Sanidad Vegetal (CNSV), quien explicó a este diario que el manejo integrado de plagas se trabaja en Cuba desde los años 70 del siglo pasado, aunque se fortaleció mucho más después del período especial.

«Aquí se realizan las estrategias fitosanitarias de defensa contra plagas y enfermedades en los cultivos principales del país, como la papa, el tabaco y hortalizas como el ajo, la cebolla, la zanahoria, la col y el pimiento, entre otras.

«No puede ser un procedimiento único, porque cada provincia tiene sus particularidades. Las temperaturas de Oriente no son iguales que las de Occidente, entonces, las enfermedades se manifiestan con diferente fuerza».

El funcionario explicó que el CNSV posee un inventario de las malezas que afectan a cada cultivo, y que cada provincia cuenta además con programas específicos de protección.

«Todo eso hay que conocerlo —afirmó Roberto— si no, no podemos trazar estrategias que resuelvan los problemas. También hay que tener en cuenta la susceptibilidad de los cultivos, porque hay herbicidas que al aplicarlos, controlan la maleza pero dañan el cultivo».

El funcionario manifestó que en el manejo integrado de plagas desempeñan un papel importantísimo los medios biológicos. «Aunque nuestra estrategia de defensa está integrada por todos los métodos, cada vez tratamos de perfeccionar más el programa con vistas a usar cada día menos químicos, que agreden tanto al ambiente como al trabajador.

«Una vez que detectamos la plaga empezamos a aplicar el medio biológico. De esa forma reducimos la plaga y no dejamos que adquiera el índice necesario para aplicar el químico. Así, puede ser que una aplicación química esté planificada y no se haga, porque los medios biológicos que aplicamos la han reducido. Siempre tratamos de aplicar agroquímicos, pero que sea un mínimo».

El CNSV tiene una poderosa estructura de 67 estaciones territoriales de protección de plantas diseminadas en todas las áreas agrícolas del país, un laboratorio de sanidad vegetal en cada provincia y el Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal, que es su soporte científico.

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