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Dietas: elogios de la cordura

Ni poco ni mucho, tampoco limitaciones innecesarias. Todos los expertos consideran que la clave de una dieta está en el balance adecuado de los alimentos

Autor:

Juventud Rebelde

Saber qué comer y cómo hacerlo de la mejor manera posible, debe ser uno de los principios fundamentales a la hora de alimentarnos, porque para «estar en la línea» no hace falta reducir los alimentos que debemos consumir, aumentar excesivamente los ejercicios físicos, o eliminar de las comidas todos aquellos productos que no sean vegetales o carnes.

Para «lucir bien», básicamente es necesario mantener una dieta saludable. Lograrla solo es cuestión de tener en cuenta las recomendaciones dietéticas diarias, afirma el profesor Armando Rodríguez Suárez, investigador auxiliar del Instituto de Nutrición e Higiene de los Alimentos de Cuba.

«Estas orientaciones se basan, fundamentalmente, en el sexo de las personas, pues por su condición de género no necesariamente tienen que comer lo mismo; en el grupo de edades, porque un niño de 11 años no tiene por qué alimentarse de la misma manera que una persona de 18 a 30 años, ni que un anciano; y por la actividad física diaria, divididas básicamente en cuatro categorías: ligera, moderada, intensa y muy intensa, aunque aquí tenemos en cuenta, como una actividad física especial a las madres que lactan y a las embarazadas», agrega Rodríguez Suárez.

La solución es comer lo que nuestro cuerpo necesite, ni más ni menos, pero teniendo en cuenta que «la comida debe ser balanceada, para ello necesita cumplir los requerimientos de proteínas, grasas, carbohidratos, vitaminas y minerales, que deben estar en todas las comidas que se ingieran», alerta Adelaida Rodríguez de Miranda, jefa del Grupo Nutricional del Instituto de Gastroenterología.

Integrar a nuestra nutrición los siete grupos básicos de alimentos: cereales, vegetales, frutas, carnes y leguminosas (en el mismo grupo), lácteos, grasas y azúcares, es fundamental en aras de llevar una vida equilibrada.

Pero conseguir esta integración es lo que a veces más difícil puede resultar, porque precios, gustos y temporadas de producción en ocasiones nos juegan malas pasadas. Por ello, investigaciones y publicaciones del Instituto de Nutrición e Higiene de los Alimentos, como las Guías Alimentarias para la Población Cubana mayor de dos años, han demostrado que la lista de cada uno de estos grupos es bastante extensa, y que muchos de sus componentes pueden ser intercambiados para tener esta dieta balanceada e ideal.

DEVORAR EN PORCENTAJES

La distribución de las comidas es un aspecto que también se debe tener en cuenta a la hora de hablar de dieta ideal. «Nosotros planteamos que en la mañana, no solo en el desayuno, sino también en la merienda, se debe consumir el 33 por ciento de lo que se consume en el día, para dejar al almuerzo y la merienda de la tarde, otro 33 por ciento, y el resto consumirlo en la comida de la noche», explica el doctor Rodríguez Suárez.

Tampoco es saludable salir corriendo de la casa por la mañana, pasarse el día comiendo lo necesario para estar en pie, y cuando uno llegue al hogar por la tarde o la noche, ir a «devorar» el refrigerador.

«Aunque no hemos hecho una investigación con datos al respecto, es común que los cubanos no desayunen y coman la mayor cantidad de alimentos cuando llegan a la casa después del trabajo, los cuales se van depositando en el tejido graso, porque después de esta comida lo que hacen es sentarse frente al televisor a ver la pelota, o la novela. Lo que se debe hacer es una distribución equitativa entre la mañana, el mediodía y la noche».

En Cuba existen una serie de alimentos que tienen como componentes los oligopenos y los antioxidantes, que protegen contra enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión, las infecciones cardiovasculares, y no se consumen por falta de cultura alimentaria, pues estos hábitos también son elementos hereditarios, y no siempre la tradición familiar tiene un buen basamento nutricional.

Aunque la población de hoy tiene mayor conocimiento sobre cómo alimentarse, a veces conocimiento y acción no van de la mano. Alimentos como el brócoli, el yogurt de soya y la proteína vegetal son rechazados por parte de la población a pesar de conocer el valor nutricional que puede tener cada uno de ellos.

«Una cosa es el cambio en el conocimiento y otra en la actitud. Tal vez lleguemos a hacerle la conciencia a nuestra población de que coma brócoli porque es bueno para la salud, pero ahí es cuando los mayores comienzan a decir, “no, pero a mí no me gusta” y entonces al niño no se lo dan», explica el especialista del Instituto de Nutrición.

En esta incertidumbre está insertada también la agricultura, cuando no se atreve a sembrar cultivos que por muy nutritivos que sean se puedan echar a perder en los agromercados sin nadie que los compre.

Pero la solución crece poco a poco, pues en los niños está la esperanza de modificar los hábitos alimenticios de cada una de sus casas, cuando estos les pidan a sus mayores los vegetales, o alimentos que en la escuela le estén dando.

MESA SANA IN CORPUS SANO

En ocasiones, velar por la «figura adecuada», terminar proyectos e incrementar la actividad física ha puesto en peligro muchas vidas, sobre todo cuando para lograr estos propósitos se han visto dañados hábitos alimentarios.

Según investigaciones, perder peso puede verse como una de las causas más evidentes al hablar de inadecuada alimentación o disponibilidad alimentaria.

Ahora, «si la dieta es inadecuada en carbohidratos, puede propiciar una obesidad. Una dieta elevada en grasa, sobre todo en grasa animal, además de proporcionar un exceso de peso, puede traer un aumento de las grasas en la sangre, generando una hipertensión arterial y hasta un infarto», comenta la doctora Rodríguez de Miranda.

En el Instituto de Nutrición e Higiene de los Alimentos, nadie se queda con los brazos cruzados, ellos son uno de los principales promotores de cultura alimentaria del país. «De hecho, somos asesores del programa televisivo Cultura Alimentaria, nos vinculamos a Hablemos de Salud, entre otros».

Pero su trabajo incide también sobre el personal médico de cada uno de los policlínicos y centros hospitalarios. Para ello «ahora estamos filmando un curso de Alimentación y Nutrición que será recibido en video por todos los trabajadores de la Salud, para tratar de aclarar la importancia y los beneficios de la alimentación», añade el especialista del Instituto.

Además, el Instituto de Nutrición e Higiene de los Alimentos ofrece charlas educativas, promociona campañas nutritivas a través de afiches y plegables y propicia investigaciones en escuelas donde se promueve el consumo de vegetales. También trabaja en el desarrollo de juegos didácticos computarizados para la enseñanza de la nutrición en la enseñanza primaria.

Todo ello en aras de crear una conciencia de la necesidad de una alimentación adecuada, fundamentalmente desde edades tempranas pues la clave no está en bajar de peso, sino en evitar engordar con un estilo de vida y nutricional sanos.

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