Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

La Revolución Cubana seguirá adelante a pesar de las dificultades

Evitar la guerra equivale a ganarla El Estado cubano trabaja para solucionar problemas domésticos de la población Habrá que introducir cambios estructurales y de conceptos que resulten necesarios

Autor:

Juventud Rebelde

En la Plaza de la Revolución Mayor General Ignacio Agramonte Loynaz, de esta ciudad, el también Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros clausuró el acto nacional por el aniversario 54 de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.

Dijo Raúl que el Comandante en Jefe Fidel Castro se recupera y despliega una actividad intensa y sumamente valiosa, como lo demuestran sus reflexiones publicadas por la prensa, y recordó que ni en los momentos más graves de su enfermedad dejó de aportar sabiduría y experiencia ante cada decisión cardinal.

Recordó que el Gobierno de Estados Unidos declaró su propósito de aprovechar la citada coyuntura para destruir la Revolución, pero se enfrentó a la voluntad histórica de los cubanos de defender a su Patria, a quienes no se amedrentan ante peligros y dificultades.

Subrayó que Cuba aún no ha salido del Período Especial, ya que para lograrlo habrá que profundizar en disciplina, control y productividad en todos los frentes de trabajo, y alertó que no habrá soluciones espectaculares, sino derivadas del ahorro y del esfuerzo real.

El también Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias destacó los resultados integrales alcanzados por las provincias de Granma, Villa Clara, Ciudad de La Habana y Camagüey, a las que felicitó, al igual que a Cienfuegos, Matanzas y Sancti Spíritus y Las Tunas por sus avances alentadores.

Resaltó el buen trabajo de Salvador Valdés Mesa, quien durante larga etapa y hasta hace 13 meses fue el primer secretario del Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba en Camagüey, y el excelente relevo realizado por Julio César García Rodríguez.

Evitar la guerra equivale a ganarla

Convocó a la población para la batalla cotidiana contra errores que agravan dificultades, especialmente las derivadas del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos, y en particular por el actual Gobierno de ese país.

Denunció los obstáculos que interpone la Administración de EE.UU. al cumplimiento de los acuerdos migratorios, con respecto al número mínimo de visas que concede anualmente, lo cual estimula la emigración ilegal y pone en peligro la seguridad de cubanos y de los propios norteamericanos.

No obstante, Raúl afirmó que Cuba continuará honrando sus compromisos con los citados acuerdos migratorios.

Señaló que el pueblo ha continuado preparándose para enfrentar cualquier aventura militar del enemigo e indicó que cientos de miles de milicianos, reservistas y tropas regulares han llevado adelante la operación Caguairán, que permite elevar la capacidad defensiva del país, la que continuará para preparar alrededor de un millón de cubanos.

Esas prácticas tendrán su colofón en el Ejercicio Bastión 2008, a finales de ese año, cuando se habrán realizado elecciones en Estados Unidos y esté concluido el mandato del actual presidente de ese país.

«Evitar la guerra equivale a ganarla», dijo Raúl, y afirmó que para ganarla evitándola hay que derramar mucho sudor e invertir no pocos recursos.

Alertó el dirigente cubano que la nueva Administración norteamericana tendrá que decidir si mantiene la fracasada política contra Cuba o acepta el ramo de olivo que extendimos en ocasión del aniversario 55 del desembarco del yate Granma, cuando expusimos la disposición de discutir el diferendo con el gobierno de EE.UU.

Reiteró que si las nuevas autoridades norteamericanas dejan a un lado la prepotencia y deciden conversar de modo civilizado, bienvenidas sean las conversaciones, y si no es así, Cuba está dispuesta a continuar enfrentando su política de hostilidad, incluso durante otros 50 años si fuera necesario.

Recordó que en su manifiesto el 18 de junio último, Fidel dijo una vez más que no tendrán jamás a Cuba, refiriéndose a las pretensiones del Presidente W. Bush de impedir la continuidad de la Revolución. Reafirmó Raúl que «nuestro pueblo nunca cederá un ápice ante intento de chantaje de país o grupos de países ni hará la más mínima concesión unilateral a nadie».

El Estado cubano trabaja para solucionar problemas domésticos de la población 

Al abordar temas domésticos, el Primer Vicepresidente cubano admitió que el salario aún es claramente insuficiente para satisfacer todas las necesidades, por lo que prácticamente dejó de cumplir su papel de asegurar el principio socialista de que cada cual aporte según su capacidad y reciba según su trabajo.

Reconoció que esa situación ha favorecido expresiones de indisciplinas sociales e intolerancias difíciles de erradicar, y subrayó que el Partido y el Gobierno estudian esos y otros problemas que requieren enfoque integral y diferenciado en cada lugar.

Llamó la atención sobre temas cruciales que no se resuelven con una simple crítica o exhortación, ya que requieren trabajo organizado, control y exigencia, orden y disciplina sistemáticos, desde las instancias nacionales hasta donde se produce o se brinda un servicio.

Aseguró que el país trabaja en ese sentido con premura pero sin desespero ni muchas declaraciones públicas, para no crear falsas expectativas, con la sinceridad que ha caracterizado a la Revolución.

Recordó Raúl que «vivimos en medio de una situación económica internacional muy difícil, en que las guerras, la inestabilidad política el deterioro del medio ambiente y la subida del precio del petróleo se suman a la reciente decisión, fundamentalmente de EE.UU., de transformar en combustibles maíz, soya y otros alimentos».

Habrá que introducir cambios estructurales y de conceptos que resulten necesarios

Precisó que cualquier incremento de salario o descenso de precios en el comercio interno solo pueden provenir de mayor producción o eficiencia que permita disponer de mayores recursos.

Llamó a reducir importaciones de alimentos que se pueden producir en Cuba, poniendo a trabajar tierras que todavía se desaprovechan, y afirmó que «habrá que introducir cambios estructurales y de conceptos que resulten necesarios».

Citó experimentos en seis municipios del país para la distribución de 20 mil litros de leche directamente del productor a 230 establecimientos y al consumo social de esas localidades para eliminar procedimientos absurdos que dilataban esa tarea.

Sobre las inversiones extranjeras, dijo que estudia su incremento siempre que aporten tecnología, capital y mercado, sin repetir errores del pasado, cometidos por ingenuidades, y a partir de experiencias positivas y sobre bases jurídicas bien definidas que preserven el papel del Estado y el predominio de la propiedad socialista.

Expuso la disposición de seguir fortaleciendo la colaboración con otros pueblos, y el respeto al camino escogido por otros países, y recordó avances derivados de los vínculos establecidos con Venezuela, Bolivia y Nicaragua.

Se refirió Raúl a las próximas elecciones del Poder Popular en Cuba, las que, dijo, demostrarán la fuerza de la verdadera democracia, y precisó que con unidad, trabajo sistemático, estudio y previsión se resolverán los problemas, trabajando con sentido critico y creador, sin anquilosamiento ni esquematismos.

Reiteró el Segundo Secretario del Comité Central del Partido la profunda convicción de construir el socialismo, y recordó que el 26 de julio de 1989, Fidel afirmó que aun en el hipotético caso de que se desintegrara la Unión Soviética seguiríamos adelante con la Revolución, dispuestos a pagar el elevado precio de la libertad y actuar sobre bases de principios.

«La historia ha demostrado que esa decisión tiene la firmeza de la roca», -señaló Raúl-, y en consecuencia estamos en el deber de transformar concepciones y métodos, que en su momento fueron apropiados, pero que la propia vida los ha superado».

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