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Nuevo proyecto para utilizar el aserrín de forma ecológica

Científicos cubanos investigan el posible uso de este y otros residuos forestales en la producción de energía

Autor:

Zenia Regalado

Del aserrín (1), uno de los residuos forestales de mayor impacto ambiental, se obtienen, entre otros productos, las brinquetas (2) y los pellets (3).

PINAR DEL RÍO.— Los residuos forestales, sobre todo el aserrín, son altamente contaminantes para el medio ambiente. No son pocos los expertos y las instituciones a nivel global y local, incluida la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) que, de un tiempo a la fecha, advierten sobre el impacto del aserrín como agente contaminante del suelo y del agua.

Sin embargo, todavía se acumulan en los patios de los aserríos o son vertidos en los alrededores de comunidades rurales, con el consecuente perjuicio para todos. Téngase en cuenta además que la degradación natural de los residuos de la industria maderera es casi nula.

Pero hay más por lo que preocuparse. Estos subproductos reducen el espacio disponible en los centros de elaboración de la madera y con ello la movilidad necesaria para la producción; generan y acumulan polvo en el aire, que conlleva otro mal, el de la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera, y perjudican la salud de los trabajadores y de los habitantes de zonas cercanas a los aserraderos, a la vez que suponen otros problemas ambientales por incendios y autocombustión.

El aserrín acumulado en el bosque o en los aserraderos constituye un depósito y un foco para la propagación de hongos (especialmente de los géneros Fomes, Schyzophylum y Polyporus, entre otros) que provocan la podredumbre de árboles moribundos o muertos con un contenido de humedad relativamente alto. Los residuos pueden ser un medio ideal para la propagación de plagas y enfermedades.

La cuestión del uso de los desechos madereros es muy compleja, sobre todo en los países en desarrollo, y depende de consideraciones económicas y de medios de transporte.

¿Cuál es la experiencia de Cuba en el manejo de sus recursos forestales? ¿Se está al tanto de la necesidad de un uso sostenible y racional de las materias primas de la industria maderera, así como de sus derivados y sus residuos? Ahora que hablamos de Revolución Energética ¿Es posible utilizarlos desde los puntos de vista ecológico, económico y energético?

Desandando pinares y aserríos

Los cuatro aserríos más grandes de Pinar del Río son La Jagua, La Paloma, Pons y Macurije, en los que se procesan unos 30 000 metros cúbicos de madera al año, y hay otros dos significativos, en el municipio cabecera provincial. Son estos Lazareto y el de la carretera a San Juan y Martínez.

La madera de pino es la más empleada, pues este árbol constituye la mayor formación boscosa en el centro-norte de la provincia.

Según fuentes consultadas, uno de los problemas de contaminación más importantes de Vueltabajo es la acumulación de aserrín por más de 20 años.

Un proyecto investigativo sobre cómo usar de una forma ecológica y económicamente sustentable los residuos de la industria maderera está en fase de inicio por parte del Centro de Investigaciones y Servicios Ambientales (ECOVIDA), en Vueltabajo. Su nombre: Desarrollo de un producto aglomerado o densificado a partir de residuos de la industria forestal en Pinar del Río.

Según el doctor en Ciencias Ecológicas César Figueroa Sierra, investigador de ECOVIDA y uno de los autores del proyecto dirigido por el máster Iván Relova Delgado, la acumulación de esos residuales provoca diversos problemas, como los citados anteriormente, «aunque hay dificultades indirectas que aún están por evaluar, entre las que se encuentran la contaminación de acuíferos, y la acidificación de los suelos, según evidencias recogidas en estudios anteriores y que son empleadas en nuestro trabajo».

Con anterioridad, en Cuba se han realizado estudios muy fructíferos sobre el empleo del bagazo de caña, por ejemplo en la elaboración de tableros y como fuente de energía en los propios centrales azucareros.

Lo mismo se ha hecho con residuos de la industria tabacalera (tallos de la planta de tabaco), para tableros y muebles.

Con el aserrín se han tenido experiencias similares, pero debido a los excesivos costos de transportación y la falta de tecnología para los diferentes procesos, son insuficientes las cantidades para tales usos.

Igual tendencia existe, según los autores, con las producciones artesanales para la obtención de energía (fogones eficientes de aserrín, bloques aglomerados y tableros de baja densidad, con baja calidad).

Todo esto conlleva a un estudio a partir de las variables que presenta el aserrín para entrar en un proceso de compactación a escala piloto o industrial.

Los autores del nuevo proyecto territorial, que todavía no ha concluido, se basaron para su trabajo en esos vacíos que aún quedan por precisar.

Su objetivo específico es la evaluación y aprovechamiento de los residuos del aserrín de coníferas procedentes de las industrias forestales en Pinar del Río, como elementos aglomerados para la industria del tablero o la generación de energía.

¿Qué ventajas traerá el proyecto?

El doctor César Figueroa Sierra explicó a JR que con la ejecución de varias acciones se pretende llegar a un producto, ya sea aglomerado para la industria del tablero de partícula de madera, o densificado para usos energéticos, como briquetas (combustible para chimenea, en forma de bloque o ladrillo, que sustituyen a la leña para las calderas de los centrales), o los pellets (un tipo de combustible granulado, alargado a base de madera).

La resina que tiene el pino sirve de aglutinante natural para cohesionar dichas briquetas, las cuales se obtienen en otros países mediante una planta de peletizado, que cuesta alrededor de 50 000 dólares; pero nuestro entrevistado afirma que podría usarse una variante menos costosa, mediante un «gato» o prensa hidráulica para hacer las planchas.

Según la misma fuente, el pellet es más eficiente, por estar más concentrado y ocupar menos espacio: 30 metros cúbicos de aserrín pueden convertirse en un metro cúbico de pellet.

Las briquetas y pellets pueden, en la primera opción, estar destinados a diferentes tipos de mobiliario, como puertas interiores. En la segunda, podrían ir al mercado, tanto nacional como internacional, para la generación de calor en el sector residencial o como una contribución al sistema electroenergético en la red primaria del área industrial.

Para procesar todo el aserrín que sea posible y los demás residuos forestales y convertirlos en estos nuevos productos, los estudiosos tendrán en cuenta la tecnología adecuada, costo del equipamiento, montaje y lugar apropiado. Ellos recomiendan una planta de porte pequeño, que sea móvil y de fácil manipulación para los operarios.

En varias naciones europeas se han identificado plantas pequeñas de peletilizado —donde se compactan los pellets, previa mezcla de los diferentes ingredientes—, con una producción de 300 kg/h, con un costo en el mercado de 53 000 euros.

Sustentabilidad

En Pinar del Río, en ECOVIDA y en otras instituciones del territorio existen las bases fundamentales para el desarrollo del proyecto: personal técnico capacitado y con experiencia en la rama forestal y en el aprovechamiento de residuales en aserríos, además de los medios y equipos necesarios para la investigación.

La creación de una planta de aglomerados o de fabricación de briquetas aportará empleos y la generación de artículos útiles para la población y la industria nacional, a la vez que contribuirá a la disminución del consumo de combustibles convencionales, así como de madera y otros materiales constructivos.

Además de los usos ya citados, los autores del proyecto Desarrollo de un producto aglomerado o densificado a partir de residuos de la industria forestal en Pinar del Río, proponen la introducción en las líneas de calor de los centrales azucareros de material densificado a partir del aserrín y corteza.

Este proyecto, aprobado por el CITMA en julio de 2006, corresponde al Programa de Energía y deberá concluir en julio de 2008.

La investigación incluye evaluación y caracterización de los subproductos, su preparación para el proceso de compactación y la identificación de otras fuentes de residuos leñosos y agrícolas; la evaluación económica y ambiental que reporta el pobre empleo de los residuos; y la propuesta de la tecnología más apropiada a escala piloto.

Si tenemos en cuenta que los aserríos más grandes están enclavados en la más occidental de nuestras provincias, donde anualmente se procesa una cantidad nada despreciable de metros cúbicos, valdría la pena pensar no solo en una estrategia nacional, sino también en una regional en Latinoamérica para darles una solución a los residuos de las industrias madereras que hoy están subutilizados y carecen de valor de uso comercial.

Otras fuentes consultadas: Utilización racional de los residuos forestales, de las investigadoras Esther Álvarez Godoy, Susana Díaz Aguirre y Marta Alessandrini Díaz, del Centro de Estudios Forestales de la Universidad de Pinar del Río, Cuba.

Residuos forestales

Los residuos de la madera se han definido de diversas maneras, según sus usos. La FAO (2000) ha definido así los residuos de la madera:

«Madera en rollo que queda después de la producción de productos forestales en la industria de elaboración forestal (es decir, residuos de la elaboración forestal) y que no ha sido reducida a astillas o a partículas (definiéndose las astillas y partículas como «madera que ha sido reducida deliberadamente a trozos pequeños durante la manufactura de otros productos madereros»). Se incluyen los desechos de aserradero, tapas, despuntes, recortes, duramen de trozas para chapas, desechos de chapa, aserrín, corteza, residuos de carpintería y de ebanistería, etc. Se excluyen las astillas de madera obtenidas directamente (es decir, en el bosque) de la madera en rollo o de residuos (es decir, ya contabilizadas como madera para pasta, rolliza y partida, o astillas y partículas de madera)».

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