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Ballet Nacional de Cuba, entre los primeros en la vigilancia revolucionaria

Autor:

Juventud Rebelde

Alicia Alonso ha dado pasos para gloria de su arte, y otros menos conocidos que la elevan a la altura de su pueblo

Aunque muchos lo desconozcan, Alicia Alonso guarda con el mismo cariño y nostalgia algunos pasos de su vida que dio más allá de las tablas.

Uno de esos lo hizo público por estos días en que los CDR cumplen su aniversario 47. La Prima Ballerina Assoluta entregó al Coordinador Nacional de esa organización valiosos documentos que guardan la historia de sus inicios, cuando vecinos y miembros de la compañía se unieron para fundar el Primer Comité Pro Defensa de la Revolución.

Días después nos contaría, junto a Pedro Simón, director del Museo Nacional de la Danza, las motivaciones de aquellos días fundacionales, en diálogo íntimo y emotivo en su despacho del Ballet Nacional de Cuba.

«En aquella época vivíamos con mucho cuidado. Crear el CDR se convirtió en una necesidad, porque descubrimos que en algunas casas cercanas al Ballet se realizaban reuniones en contra de la Revolución», recuerda la artista.

«Entonces decidimos que había que organizar la guardia; los vecinos de la cuadra se acercaron a nosotros con la misma preocupación, y así fue cómo surgió el Comité. En aquel entonces el Ballet estaba en la mirilla; tanto, que nos pusieron una bomba. Esa fue la gota que desbordó la copa».

El 14 de mayo de 1960, a una hora que Alicia olvidó, nació entonces el Comité Pro-Defensa de la Revolución Cubana en la sede del entonces Ballet de Cuba.

Días antes, mientras Alicia revisaba el vestuario de la función que ofrecerían esa noche en la planta alta, explotó un artefacto debajo de la silla en la cual estuvo sentada momentos antes. Afortunadamente no murió nadie. Raúl Castro visitó el lugar inmediatamente. Alicia le explicó lo sucedido y le detalló las normas de seguridad que tenían implementadas, entre estas la existencia de un encargado de vigilancia en el inmueble de quien habló maravillas a Raúl.

Pero el entonces Comandante del Ejército Rebelde no resistió la tentación. Giró hacia el compañero y dijo: «¿Encargado de la seguridad y dejas que te pongan una bomba?». Emilio jamás olvidaría aquel suceso.

El CDR del Ballet, como se le conocía, estaba constituido por miembros de la compañía y vecinos del lugar. Alicia rememoró que entre los primeros estaban las hermanas Ramona y Margarita de Saá, Josefina Méndez, Loipa Araújo y Mirtha Pla, después conocidas como las Joyas del Ballet Nacional de Cuba, además de Fernando Alonso.

Entre los vecinos se integró Fructuoso Barreiro, el presidente del primer CDR en Cuba y albacea de las actas constitutivas del mismo hasta que las envió a Alicia, poco antes de su muerte.

La Prima Ballerina fue designada vocal del Comité Pro Defensa: «Recuerdo que en vez de elegirme presidenta decidieron asignarme como vocal. Por mi seguridad y las características de trabajo. Había como una especie de orgullo, una conciencia de que era el primer Comité de Defensa de la Revolución», contó Alicia.

«Lo más interesante fue cómo el ballet se integró inmediatamente a la Revolución. En definitiva los CDR surgen a partir de una necesidad revolucionaria, una necesidad popular de participar en la defensa de la Revolución. Fidel la establece y le da una forma cuando convoca a la creación de la organización, cuatro meses más tarde», explicó.

«La Revolución tiene su cabeza, pero la Revolución es el pueblo. Las fuerzas unidas son las que vencen, es importante la unidad», subrayó la artista.

En el Museo cederista inaugurado ayer en La Habana Vieja se encuentran ahora, en depósito legal, las actas y documentos constitutivos de dicho comité.

Las relaciones del Ballet Nacional con la organización de masas se mantuvieron. La compañía organizó durante muchos años funciones gratuitas para sus miembros, en coincidencia con sus aniversarios, algunas de las cuales se realizaron en el interior del país. Los CDR reciprocaron estos gestos con diversos reconocimientos.

El compromiso de los integrantes de la compañía con la causa de su pueblo se inició antes del triunfo de la Revolución. Los antecedentes los contó Pedro Simón.

«En tiempos de Aureliano Sánchez Arango como ministro de Educación, durante la etapa de los auténticos, el gobierno de Cuba le asignó una exigua ayuda al Ballet Alicia Alonso. La suma fue retirada luego del golpe de Estado de Batista, en 1952, quien aspiraba a una estatización de algunas instituciones culturales como fachada para la dictadura», precisó Simón.

En el caso del Ballet, y para evitar mayor escándalo, la estrategia sugería compensar a Alicia con una pensión vitalicia a cambio de entregar la dirección de la compañía al régimen de facto. La Alonso declinó la oferta. La FEU se solidarizó con el Ballet de Cuba, e inmediatamente organizó un acto de desagravio en los predios de la Universidad de La Habana.

Durante la lucha en la Sierra Maestra la compañía organizó pequeñas funciones a puertas cerradas en su sede de K número 156, en el Vedado, cuyas ganancias se donaron al Movimiento 26 de Julio para la causa revolucionaria.

«Soportamos registros y malos tratos de la policía, pero jamás encontraron los bonos del 26 escondidos debajo de las losas de mármol de la escalera del edificio. Tampoco hallaron un libro dedicado por el dirigente comunista Juan Marinello, que enterramos solemnemente en el patio del inmueble momentos antes de un registro policial.

«¡Había que ver las caras de las Cuatro Joyas delante de la policía! Muy vestiditas, con caritas de ángeles. Eran muy revolucionarias», narra Alicia.

La Revolución Cubana encontró al Ballet de Cuba en su sede de K. «Fue una etapa donde se polarizó mucho la sociedad cubana —explicó Pedro Simón—. Son los momentos de los inicios de la emigración, cuando se aprobaron las primeras leyes revolucionarias y las reacciones eran muy violentas.

«En mayo los vecinos de la cuadra, en respuesta a una orientación de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), decidieron crear un Comité de Defensa. Aún no se había realizado el llamado del Comandante en Jefe. Esto sucedió espontáneamente, por la necesidad de proteger al Ballet de Cuba y a la cuadra en general», evocó el Director del Museo Nacional de la Danza.

En estos años aumentaron las responsabilidades y compromisos de Alicia al frente del Ballet Nacional. Ello no le impidió mantener una relación especial con su CDR, y cumplir con el pago de la cotización.

«A propuesta de la Dirección Nacional de los CDR estamos proyectando rescatar las funciones del Ballet Nacional en saludo a los aniversarios de la organización», concluyó Simón.

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