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Foto: Albert Perera Castro. Uno de los rasgos distintivos de nuestra nacionalidad es precisamente la fuerte y honda tradición democrática en el sentido auténtico. Comenzamos a andar en la historia a partir de la lucha por alcanzar ese concepto, que se ha tratado de manipular en el mundo contemporáneo como si ya se hubiese alcanzado, expresó ayer Ricardo Alarcón Quesada, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, durante la presentación de su libro Cuba y la lucha por la democracia.
En el encuentro acontecido en el Parque Central, de la capital, al pie del monumento erigido a José Martí, Alarcón se refirió a la situación compleja que hoy enfrentamos como consecuencia del bloqueo. «No olvidemos que la causa originaria de esa agresión es la democracia, es la pretensión de negarle a este pueblo el derecho a decidir su destino», subrayó el Presidente del Parlamento, quien en apenas unos minutos hizo un recuento del batallar de los cubanos en defensa de la soberanía nacional.
El también miembro del Buró Político significó que la etapa del proceso electoral en que nos encontramos —la elección de los delegados de circunscripción— cumple el esencial propósito de ayudar a que nuestro sistema político «sea cada vez más eficiente y auténticamente representativo de nuestra gente, en una democracia que tiene que buscar no solo la representación formal sino sobre todo la incorporación real a la lucha por perfeccionar la sociedad, por ejercer el gobierno desde abajo».
Cuba... reúne artículos, entrevistas e intervenciones donde Alarcón analiza conceptos como democracia y parlamentarismo, y describe las características de nuestro sistema democrático participativo así como sus antecedentes históricos, e inserción en el mundo actual.
Asistieron a la presentación Julio Martínez, primer secretario de la UJC, e Iroel Sánchez, presidente del Instituto Cubano del Libro, entre otras personalidades.
