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Realizan audiencia pública por el centenario del canciller Raúl Roa

Autor:

Yailé Balloqui Bonzón

Amigos y discípulos rememoraron episodios memorables de la vida del Canciller de la Dignidad  Raúl Roa García, el Canciller de la Dignidad, estuvo hoy en el Palacio de las Convenciones. Estuvo junto a sus amigos, compañeros de trabajo y alumnos, reunidos para rememorar anécdotas y episodios memorables de su vida como dirigente estudiantil, profesor universitario, intelectual, periodista y diplomático.

En una Audiencia Pública convocada por la Presidencia de la Asamblea Nacional del Poder Popular, dedicada a homenajear el centenario del nacimiento del destacado revolucionario, se debatió y analizó el recuerdo, las proyecciones y los aportes que hizo Raúl Roa a la historia de la Revolución cubana con el estilo original que lo caracterizaba y lejos de todo formalismo.

Al decir de uno de sus discípulos y amigo, Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional, rendirle tributo al «Doctor», como se conocía a Roa por los pasillos del Ministerio de Relaciones Exteriores, nos convoca a mantener vivo y seguir su legado y su obra.

Tras señalar su participación en la llamada Revolución del 30 y en el derrocamiento de la dictadura de Gerardo Machado, Alarcón precisó que Roa defendió magistralmente la posición de Cuba ante los principales organismos internacionales, muchas veces sin tener acceso a medios para recibir instrucciones de la dirección de la revolución.

Más que discursos y elogios formales, agregó, debemos aprovechar a Roa García como fuente de educación para nuestros jóvenes y cuadros dirigentes, sean diplomáticos, del poder popular o de cualquier otra esfera, pues él es una fuente de inspiración.

Eusebio Leal Spengler, historiador de la Ciudad de La Habana, recordó con orgullo que fue Roa quien le dio su aval para poder acceder a la Universidad de La Habana, y elogió «al amigo que un día tuvimos como maestro, que decía lo que pensaba con el corazón, que se expresaba como un cubano raigal, al inventor de palabras, al creador de un espacio real para el idioma de los cubanos».

«Poner un poco de locura en la cordura fue quizá su mensaje», según destacó Leal al evocar el verbo efervescente, chispeante, mordaz y martiano en toda línea de quien es considerado una de las figuras de mayor trascendencia en el siglo XX cubano.

Para Armando Hart, director de la Oficina Nacional del Programa Martiano, no se podrá escribir la historia de la diplomacia cubana sin mencionar a Roa y rememoró los días históricos de Girón cuando este hizo temblar la Asamblea General de la ONU al reafirmar allí la decisión del pueblo cubano de vencer o morir.

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