«A Cuba no la van a tener... nuestro pueblo se unirá más ante la prepotencia y las amenazas», aseguró hoy el ministro de Relaciones Exteriores de la Isla Felipe Pérez Roque, en la sede de ese ministerio.
Pérez Roque calificó al discurso de Bush como « una invocación a la violencia y un llamado al uso de la fuerza para derrocar a la Revolución e imponer sus designios en Cuba».
El Canciller cubano exigió el cierre del centro de torturas que mantiene Estados Unidos en la ilegal Base Naval de Guantánamo y el cese de las presiones para que la comunidad internacional apoye la política hostil de ese gobierno contra la Mayor de las Antillas.
«No hay fuerza humana ni natural en el mundo capaz de hacer desistir a los cubanos de sus sueños de justicia, igualdad e independencia. Somos un revolución victoriosa, nos hemos ganado el respeto del mundo», enfatizó.
Reiteró su confianza en que se levantará el bloqueo y dijo además, que la Revolución no podrá ser derrotada. «Tenemos el apoyo consciente, voluntario, firme y la confianza de un pueblo que no puede ser engañado, amenazado ni rendido», precisó.
Pérez Roque envió un mensaje de amistad y respeto al pueblo norteamericano, a quien consideró víctima de la política de su gobierno.
«Sabemos que se van a liberar de esa tiranía, que manda a sus hijos, por ser pobres, a tierras lejanas a morir, para robarles a otros pueblos sus recursos naturales, para satisfacer intereses mezquinos de una oligarquía», manifestó.
Dirigiéndose al presidente estadounidense sentenció: «Sus amenazas no nos sacaran de nuestro curso de construcción de una sociedad más justa, libre y de más socialismo».
Asistieron a la conferencia de prensa los familiares de los Cinco cubanos prisioneros injustamente en cárceles norteamericanas por luchar contra el terrorismo.
