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Las Tunas avanza en la recuperación de daños por tormenta tropical

Noel fue uno de los eventos meteorológicos más devastadores en los anales de esa oriental provincia

Autor:

Juan Morales Agüero

LAS TUNAS.— La tormenta tropical Noel caló hasta los huesos buena parte de la anatomía tunera. Esta vez no se trató de ráfagas huracanadas ni de vientos intermitentes. ¡Agua todo el tiempo y por todas partes! Sobre la ciudad cabecera, por ejemplo, el inefable San Pedro exprimió sus excesos durante varios días consecutivos. Otras comarcas se anegaron con similar persistencia. Faltó poco para que Noel forzara a los vecinos a construir una nueva Arca.

Tan pronto el «diluvio» cesó, las autoridades tuneras evaluaron los daños provocados por lo que se considera ya uno de los eventos meteorológicos más devastadores en los anales del territorio.

Los principales estragos se localizan aquí en la red de viales, pues la provincia registra 2 414 kilómetros de carreteras y caminos con diferentes rangos de afectación. Los accesos a zonas rurales son los más comprometidos. Tanto que en los momentos más difíciles de la tormenta se reportaron 76 asentamientos totalmente incomunicados. A pesar de la intensidad del trabajo que se realiza en esa dirección, todavía quedan 24 con problemas, la mayoría en la periferia de la capital provincial y en el sur de Jesús Menéndez.

Una de las sendas más resentidas por la inclemencia de Noel fue la llamada carretera nueva, que enlaza a Las Tunas con el municipio de Manatí. Los daños fueron tan grandes que se hizo necesario cerrarla y recurrir durante algunas jornadas a una decrépita vía que conecta con la carretera central a través de 42 kilómetros de ruta irregular, asfalto venido a menos y baches recurrentes. Para beneplácito de choferes y viajeros, la recuperación devolvió al tránsito los tramos perdidos. La vieja carretera también resultó beneficiada.

El problema de la vivienda

Contra la vivienda igualmente arremetió Noel. En el territorio tunero sufrieron afectaciones 5 120 casas, algunas con carácter total. Las acciones de respuesta no se hicieron esperar, y hoy suman casi 2 000 las que han recibido recursos variados para ser restauradas por sus propios moradores y familiares. La estrategia es avanzar rápido, con calidad y sin dejar casos pendientes.

En un recorrido por el municipio de Manatí, donde se dañaron 883 viviendas, Juventud Rebelde apreció sobre el terreno la intensidad de las labores de recuperación. Hombres, mujeres, niños y hasta ancianos dan su aporte, resueltos a que sus casas emerjan del drama aún más bonitas. Vi a muchos fabricar bloques a pie de obra y a otros fijar estructuras con los materiales entregados por los consejos populares. Percibí mucho entusiasmo y ningún abatimiento.

Realmente, la solidaridad no escasea. Las Tunas ha recibido de otros territorios millares de tejas infinitas y de fibrocemento para sustituir cubiertas dañadas y madera aserrada para rehabilitar paredes y puertas. En solidaria correspondencia, la Empresa de Estructuras Metálicas Paco Cabrera remitió 75 000 planchas de zinc galvanizado al resto de las provincias afectadas.

Un vistazo a la agricultura

La agricultura tunera no consiguió escabullirse plenamente de los temporales asociados a Noel. Si bien muchos platanales permanecieron en pie y preservaron en alguna medida sus frutos, tubérculos como la yuca y el boniato no corrieron con igual fortuna, pues quedaron sumergidos.

En consecuencia, las autoridades agrícolas han determinado reactivar lo cultivos de ciclos cortos, de manera que en tres o cuatro meses se pueda disponer de alimentos suficientes. Ya comienzan a apreciarse los efectos de la recuperación en algunos organopónicos. Una buena noticia, sin dudas.

Los embalses sufrieron también la embestida de Noel. La mayoría está al tope técnico, pero varios exigen atención para prever contingencias en caso de repetirse eventos de esta naturaleza. Ya existe un plan para que nueve embalses de la agricultura y seis del MINAZ reciban atención diferenciada.

Realmente, se acaba de comenzar la recuperación. Y en algunos casos, como el de los viales, habrá que persistir durante varios meses, pues se trata de tareas costosas y complejas que exigen recursos y tiempo.

Los territorios de Jesús Menéndez, Puerto Padre, Manatí y Las Tunas, que fueron los más afectados por la tormenta tropical, tienen por delante un gran reto. El pueblo sabrá ponerse a su altura, como ya lo ha hecho otras veces. Y sus directivos seguramente tendrán en cuenta entre otras cosas importantes, una de las lecciones dejadas por Noel: las zonas rurales necesitan mayor atención y presencia.

Todo, empero, tendrá solución a su debido tiempo. Porque, como les dijo a un grupo de damnificados en Manatí Jorge Cuevas Ramos, primer secretario del Partido en Las Tunas, «la Revolución no abandona jamás a nadie. Ha sido así a lo largo de casi medio siglo. No quedará vivienda por restaurar ni daño por resarcir. La dirección del país y la solidaridad de los cubanos se los garantizan».

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