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Foto: Jorge Luis Guilbert Santiago de Cuba.— Con actos en los principales escenarios vinculados con la efeméride, los santiagueros, en representación de todos los cubanos, conmemoraron la víspera el alzamiento de esta oriental ciudad en apoyo al desembarco del yate Granma, el 30 de noviembre de 1956.
Pioneros destacados de la provincia reeditaron los asaltos a la otrora Policía Marítima, en la Alameda Michaelsen, y a la antigua jefatura de la Estación de Policía, en la Loma del Intendente, lugares en los que se hizo patente el compromiso de las nuevas generaciones de continuar la obra de aquella pléyade de jóvenes que apostó por el futuro, vistiendo por primera vez el verde olivo.
Ofrendas a nombre del Comandante en Jefe, del pueblo de Cuba, de los Consejos de Estado y de Ministros y de los familiares, fueron depositadas ante los sitios donde cayeran aquel día Pepito Tey, Tony Alomá y Otto Parellada, mártires de la acción.
«El mismo pueblo de Santiago de Cuba que hace 51 años protegió y ayudó a los participantes en el alzamiento, está aquí hoy ratificando que seguirá defendiendo la Revolución», expresó el combatiente Pedro García Lupiáñez, al intervenir en el acto, que estuvo presidido por las máximas autoridades del Partido y el Gobierno en la provincia y un nutrido grupo de los protagonistas del histórico hecho.
Ernesto Guevara Fernández, presidente de la FEU en la provincia, llamó a los nuevos santiagueros a incorporar a su cotidianidad el gesto ejemplarizante de los participantes en la acción, jóvenes de su tiempo.
Y justo con el legado de aquella tropa como acicate, múltiples actividades patrióticas y jornadas productivas y de superación se suceden entre los militantes de la juventud comunista santiaguera, quienes saludan la efeméride de cara a la asamblea de balance de su organización, prevista para el próximo 8 de diciembre.
