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Encuentran en un teatro cubano fragmentos de cerámicas aborígenes

El hallazgo tuvo lugar en el Teatro Sauto, de la provincia de Matanzas, luego de excavaciones realizadas en ese importante recinto cultural

Autor:

Juventud Rebelde

Matanzas.— El Sauto vuelve a robar más de un comentario de sus admiradores, pues un grupo de arqueólogos hallaron recientemente cientos de fragmentos de cerámicas y otros objetos pertenecientes a la comunidad aborigen de los siglos XVIII y XIX.

El buen tino aglomeró primero a nuestros aborígenes agroalfareros en una comunidad denominada Yucayo, donde luego se asentaron los fundadores oficiales de la ciudad de Matanzas. En esos parajes se erigió el Teatro Sauto, precisamente en el siglo XIX, enorme edificación que adquirió notoriedad por ser, junto a la Catedral, uno de los recintos más altos de la época.

Según el licenciado Leonel Pérez Orozco, arqueólogo y uno de los conservadores del recinto cultural, se trata de un proyecto arqueológico de esta institución, que nace ante los inusitados descubrimientos en el parque exterior, mientras se construía la cisterna, y cuando los constructores cavaron debajo del piso de uno de los fumaderos, debido a su peligroso hundimiento.

Orozco, junto a los también arqueólogos Ricardo Viera, Cándido Santana y Marcelino Seovane, se dieron a la tarea de averiguar las causas del hundimiento del piso, que en conclusión era producido por la rotura de una de las tuberías hidrosanitarias colocadas en la reparación de 1969, la que durante mucho tiempo drenó al subsuelo los desechos líquidos.

«Determinamos que el relleno del fumadero procede de las zanjas de los cimientos del teatro, al aprovechar los escombros para rellenar ese local a una altura mayor que el nivel de la calle», precisa Orozco.

Hasta el momento se han encontrado piezas aborígenes y de los siglos XVIII y XIX. Entre ellas, consideradas como las más importantes, se aprecian los 20 fragmentos de mayólicas.

Viera agrega que los estudios preliminares arrojaron que los caracoles Strombus perforados en su parte media y muchas cerámicas pertenecen al período aborigen: «Nunca pensamos que fueran aborígenes, pero el granulado y el desgrasante de la cerámica ratifican su origen».

Estos especialistas encontraron puntas de flechas, cuchillos de sílex y un pedazo de teja colonial producida con la misma materia prima de la cerámica aborigen.

Un cristal pequeño de la época de la colonia, trabajado al parecer por los primitivos, y una teja de la cultura española, con técnica aborigen, corroboran el elemento de transculturación en ambos casos.

También se hallaron dos botones de hueso, un fragmento de pitillo de pipa inglesa, muy común en la época; una punta de bronce correspondiente a la funda de una espada; una botella de bebida, huesos de animales procedentes de la dieta de los constructores, entre ellos restos óseos de pescados, aves, ganado equino y vacuno; así como una hebilla de bronce, presumiblemente de un zapato de la época, y una piedra de amolar metales.

«Los materiales encontrados están ligados al mismo nivel de la excavación», asegura Orozco, quien explica que se recopilaron fragmentos de vajilla barata con los dibujos al borde de las fracciones de platos y tazones, y una rara pieza con la pintura en el borde interior.

Llaman la atención dos trozos de roca pizarra, una de color negro y otra rojiza, que se supone usaran los constructores como pequeñas tablillas durante la edificación del teatro, además de rescatarse una cuchara de concha y un pulidor, ambos aborígenes.

Estos investigadores coinciden, con certeza por las consideraciones de los cronistas ibéricos, quienes hablan del poblado de Yucayo, en que el lugar donde se levantó el Sauto fue un área aborigen de habitación.

Asimismo, Diego Velázquez le comentó al Rey que habían muerto castellanos en una matanza en una comunidad. El hecho que destaca al poblado fue el ahogamiento de un grupo de españoles en la bahía, hecho perpetrado por los habitantes de esa comunidad agroalfarera.

Orozco especifica que la Plaza de la Vigía, donde está asentado el Sauto, posee características especiales por su declive hacia el mar y que se supone existió una zona de marisma cenagosa, hacia donde vertían todos los arrastres de la ciudad producto de las lluvias e inundaciones de los ríos, además del uso del área de la plaza como zona abierta con mucho movimiento de personas y actividades.

Daneris Fernández, historiador del Sauto, comenta a JR que el proyecto de crear una sala de arqueología en el teatro lo convertirá en la única instalación de su tipo con esas características, lo que le brindará un valor agregado al ya bien merecido de mecenas de la cultura matancera.

«Se pretende continuar la excavación en el fumadero, y posteriormente en la platea y el sótano, buscando las letrinas originales y la caja de plomo que se enterrara el día de la colocación de la primera piedra, la cual debe contener monedas, periódicos, actas, documentos con la firma de los constructores...», relata Daneris.

Los arqueólogos emplean para la excavación la técnica de la estratigrafía natural, siguiendo el relieve del estrato, usando brochas y cerniendo toda la tierra.

Ya han abierto una fosa de poco más de dos metros de profundidad en el fumadero para elaborar la Matriz de Harry, método moderno de interpretación arqueológica.

El descubrimiento fue posible por las obras que se acometen como parte de la reparación del teatro; y por supuesto, los conocedores esperan que afloren más objetos centenarios, para consolidar las pruebas de la existencia del poblado Yucayo.

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