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La luz que desafió a la dictadura batistiana

Cuando el 27 de enero de 1953 la colina universitaria se llenaba de antorchas, las mejores fuerzas del país se unían en torno a los ideales de Martí para enfrentar a sus opresores

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Marcha de las Antorchas de 1953. Foto: Archivos Marta Jiménez, viuda de Fructuoso Rodríguez Escalinata de la Universidad de La Habana. Veintisiete de enero de 1953. Once de la noche. En el ambiente hay una sola convicción: ofrecer al Apóstol el homenaje que merece en el centenario de su natalicio.

Desde días antes, las calles están convulsas. Nadie tiene una idea certera de lo que puede sobrevenir. En la Clínica del Estudiante agoniza el joven Rubén Batista Rubio, considerado el primer mártir frente al tirano Batista.

Las rústicas antorchas iluminan la marcha de miembros de la Federación Estudiantil Universitaria, el Frente Cívico de Mujeres Martianas, los futuros moncadistas y todo un pueblo identificado con la causa.

«Queríamos organizar una marcha: la Marcha de las Antorchas», recuerda José Joaquín (Quino) Peláez Canellada, presidente de la FEU en la Universidad de La Habana por esa época.

«Algunos compañeros me dijeron: “Oye, Peláez, el problema es que esto de las antorchas es una cosa fascista”; a lo que respondí: cuando tú haces un acto, este adquiere tu firma; por tanto, a partir de ahora, la Marcha de las Antorchas es Revolución, es libertad, es antibatistianismo».

Encender las llamas

Rosita Mier guarda con orgullo una carta de Fidel y otra de Raúl en las que ambos reconocen el papel del Frente Cívico de Mujeres Martianas en contra de la dictadura de Batista. A 55 años de la arriesgada acción, Rosita Mier López evoca el suceso como si fuese ayer, cuando andaba con paso apresurado junto con el Frente Cívico de Mujeres Martianas.

«Manolo Carbonell, Alfredo Guevara y otros compañeros propusieron a Conchita Portela la idea de efectuar el recorrido con antorchas. Después en el Frente decidimos elevar la decisión a la Dirección de la FEU. Era la única institución que podía, por su trascendental historia, convocar a esa manifestación».

La preparación fue muy dinámica en la mañana del 27, recuerda Juan Nuiry Sánchez, líder estudiantil en esa etapa.

«Empezamos a buscar madera para las antorchas. Todo se hizo, concibió y construyó en el estadio universitario. A los palos les pusimos un clavo grande. Esa sería nuestra defensa ante las balas. Avanzamos con las antorchas, sabiendo que cualquier cosa podía pasar. Sin embargo, todo el mundo mostró entereza mientras recorríamos las calles. Aquello era muy grande».

Los jóvenes conocían el carácter represivo de las fuerzas de la dictadura, aunque no tenían conciencia de lo que realmente iba a significar para la historia este suceso.

Rosita Mier rememora: «Nosotros nos preparamos pensando que ese día iba a haber una confrontación con la policía. Algunos recién nos estrenábamos en el enfrentamiento a la represión policial y otros ya habían sufrido sus consecuencias. En esa marcha, el que participaba sabía que iba a arriesgarse a cualquier cosa».

Con la primera antorcha

Según Quino Peláez, la noche del 26 prepararon las condiciones para la manifestación, en el local de la FEU.

«Por la escalinata de la Universidad bajamos el día 27, a las once de la noche, unos 500 o 600 muchachos hasta el Rincón Martiano (actualmente Fragua Martiana). Éramos alumnos universitarios, del Instituto de La Habana, estudiantes en general y gente de pueblo.

«Al llegar pronuncié un discurso. La policía nos rodeó, pero no ocurrió nada. Para sorpresa de todos no hubo golpes, aunque íbamos preparados. Estábamos dispuestos a enfrentar las consecuencias. Aquella fue una marcha de luz».

Otro suceso extraordinario dentro de la manifestación quedó recogido en la memoria de todos los que estaban allí: una masa compacta marchaba con disciplina y firmeza.

«Yo pregunté y me dijeron: “Esos son los comunistas”. Después nos enteramos que eran los compañeros del Centenario martiano, con Fidel al frente, recuerda Juan Nuiry.

«Ellos desempeñaron un papel importantísimo. Fidel desfiló con futuros atacantes al Moncada, el 26 de Julio. Esos jóvenes estuvieron junto al pueblo en aquella Marcha de las Antorchas».

Tributan las martianas

Joaquín Peláez, presidente de la FEU en el año 1953. El Frente Cívico de Mujeres Martianas fue creado en noviembre de 1952. «Nosotras nos damos a conocer el 10 de enero de 1953 y el 23 caímos presas. Estábamos todos los jóvenes tratando de ver qué hacíamos», recuerda Rosita Mier, una de las integrantes de la organización.

«Teníamos una reunión en casa de Tomasa Crespo para ultimar los detalles de la jornada. En el camino fuimos arrestadas. Íbamos cantando el himno y gritando: «¡Abajo Batista! ¡Abajo el asesino!

«Fidel, que iba invitado a la cita, ve la jaula de traslado y nos sigue al Buró de Investigaciones. Gracias a su gestión, todas salimos libres. Era ya de madrugada».

Muchas mujeres estaban incluidas en la lucha mediante el Frente, pues este simbolizaba la mano de las cubanas defendiendo su Patria.

Alba Martínez, con solo 18 años, era una de ellas. «Las Martianas éramos un apoyo fuerte para la FEU. Realizábamos mítines contra Batista, recaudábamos dinero, escondíamos a los perseguidos... Lo que hicimos la noche de la Marcha de las Antorchas fue distinto a todo lo que habíamos hecho antes. Y por suerte salimos ilesas. La cooperación de todos, incluso de los que no eran estudiantes, fue fundamental».

Vestigios en la historia

«Creo que uno de los más grandes orgullos de mi vida es haber presidido la Marcha de las Antorchas», afirma Joaquín Peláez.

Juan Nuiry, líder estudiantil de esa etapa.

Rosita Mier recuerda: «Nosotras ya estábamos organizadas, por eso la FEU nos da ese lugar preferencial junto a ellos. Éramos mujeres y vivimos un episodio sin antecedentes.

«Es muy grande saber que las nuevas generaciones continúan el mismo homenaje, sin pasar los sustos que nosotros transitamos. No viven aquellos crímenes ni atropellos.

«Nosotros desagraviamos a Martí. Hoy los que participan en la Marcha de las Antorchas lo hacen para defender este sueño, la obra de la Revolución.

«Ya no es solo para honrar al Maestro, sino también para decirle al imperialismo que este pueblo y la juventud están unidos, que esta luz nunca se apagará y cuando pase esta generación vendrán otras».

¿Sabes cómo hacer una antorcha?

--- La tapa de la lata la utilizarás para proteger la llama. Dóblala y colócala encima de la estopa mojada de forma que esta no pueda salirse.

---Cualquier pedazo de estopa o tela te servirá.

----En el fondo de la lata y hacia fuera clavas dos puntillas. La decoración exterior es a tu gusto.

----A un trozo de madera, o palo de escoba, le clavas la lata

ya tienes tu antorcha

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