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«Hay que planificar bien y trabajar con orden y disciplina, que son fundamentales para mejorar las producciones y el nivel de vida del pueblo cubano», aseguró Raúl Castro Ruz, en su discurso luego de ser elegido en la VII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, como presidente del país.
En su intervención, Raúl reconoció que hay limitaciones objetivas en la economía cubana, las que se conocen bien por sufrirlas cada día, pero que la única solución es fortalecer la economía, premisa imprescindible para avanzar en cualquier otro ámbito de la sociedad, frente a la verdadera guerra que libra el imperialismo contra nuestro país.
La intención del imperialismo es la misma: hacer sufrir a nuestro pueblo hasta que decida dejar de ser libre, dijo, pero esto no puede ser excusa para los errores.
Producir más y brindar mejores servicios, así como ajustar los mecanismos y vías para eliminar cualquier traba frente al desarrollo de las fuerzas productivas, y las que surjan en la organización del trabajo, serán las palabras de orden, según Raúl.
Más exigencia, disciplina y unidad se requieren, pues el desorden, la impunidad y la falta de cohesión han estado siempre entre los peores enemigos de un pueblo que lucha, aseguró el nuevo Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros.
Raúl definió como una de las principales prioridades del gobierno satisfacer las necesidades básicas de la población, tanto materiales como espirituales, partiendo del fortalecimiento de la producción nacional y de sus bases productivas, sin lo cual es imposible el desarrollo.
Al respecto citó como ejemplo las medidas adoptadas paulatinamente para incrementar la producción agropecuaria, analizadas provincia por provincia, incluso con los propios productores.
Así se continuará haciendo en cada asunto de importancia cardinal para el país, dijo, al hablar del método y estilo de trabajo que predominará.
En ese sentido señaló también como ejemplos los análisis que deben hacerse para la implementación de las ideas de Fidel sobre la progresiva y gradual reevaluación del peso cubano, para lo cual se debe a su vez profundizar en el fenómeno de la doble moneda en la economía.
Estas cuestiones son sensibles y complejas, pues en nuestro caso existe la firme voluntad de proteger e ir incrementando los ingresos y ahorros de la población, en especial de quienes reciben menos, explicó.
Cualquier cambio debe hacerse con un enfoque integral, en el que se tengan en cuenta el sistema salarial, precios minoristas, las gratuidades y los millonarios subsidios que actualmente suponen numerosos servicios y productos, que en las actuales condiciones resultan irracionales e insostenibles, especificó en su discurso Raúl.
Hoy es un objetivo estratégico avanzar de manera coherente sólida y bien pensada para que el salario recupere su papel, y el nivel de vida de cada persona se corresponda con los ingresos legales, o sea, con la importancia y calidad del trabajo que aporta a la sociedad, expresó.
Al anunciar que estas medidas se analizarán cuidadosamente, pues tampoco debe regalarse nada a los que pueden producir o producen poco, ratificó que la premisa de las reformas en el plano económico será premiar el mérito de los que trabajan con sus manos o su inteligencia.
