Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

En ustedes tiene la Revolución su continuidad

Discurso pronunciado por Esteban Lazo, miembro del Buró Político del Partido, en la clausura del XI Congreso de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media

Autor:

Juventud Rebelde

Foto: Roberto Suárez Compañero Raúl, Segundo Secretario de nuestro Partido;

Delegadas y delegados:

Compañeras y compañeros:

Este evento ha sido como la dirección del Partido esperaba: una fructífera jornada juvenil pero madura, caracterizada por su espíritu crítico y autocrítico.

Los temas que aquí se discutieron no son solo los de los estudiantes de la enseñanza media, son los más importantes de nuestra sociedad.

Les confieso que debo sumarme a lo dicho aquí por el estudiante del Sahara Occidental. Parte de los asuntos que tenía previsto abordar en estas conclusiones ya fueron dichos —y con gran calidad— por ustedes.

Quiero expresarles que me siento muy honrado, y agradezco de todo corazón a esta organización, el haberme elegido Delegado de honor a este Congreso.

Cuando el Partido me designó para concluir este evento, me detuve mucho tiempo a meditar.

Pensé que no podía dejar de mencionarles cuatro momentos cruciales para ustedes y para nosotros.

El primero está asociado a la importancia del estudio de la historia, tema que ustedes analizaron profundamente.

A partir de ello quisiera recordarles un hecho histórico. En el año 1991, Cuba conoció, en un documento desclasificado por el gobierno de los Estados Unidos, que el 6 de abril de 1960 —quizás muchos de sus padres no habían nacido—, se discutió en una reunión presidida por el Presidente de ese gobierno, referido a la naciente Revolución Cubana, que cito textualmente: “No existe una oposición política efectiva en Cuba; por tanto, el único medio previsible que tenemos hoy para enajenar el apoyo interno de la Revolución, es a través del desencanto y el desaliento, basados en la insatisfacción y las dificultades económicas. Debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba. Negarle dinero y suministros a Cuba, para disminuir los salarios reales y monetarios, a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno revolucionario”.

Así concluye aquella decisión que, desde entonces, aprobó el gobierno norteamericano contra Cuba, hace ya casi 48 años, y que todavía hoy mantienen.

Las generaciones de cubanos, han demostrado hasta hoy, un espíritu de resistencia, de ejemplo y de soberanía que no ha permitido a nuestros enemigos, alcanzar sus propósitos.

La segunda idea, que quería expresarles a ustedes, vanguardia de una generación de jóvenes cubanos muy importantes y valiosos para la continuidad de la Revolución es que nuestros enemigos depositan su confianza en que podrán debilitar a la generación de ustedes y lograr los objetivos, que nunca han podido, y que nunca podrán: de adueñarse de Cuba. El pueblo de Cuba no está dispuesto, y ustedes como parte de ese pueblo, tampoco lo están, de cambiar nuestro presente por el pasado oprobioso capitalista.

Sería traicionar a un país que conquistó el derecho a la vida, pues ha aumentado en más de 20 años la esperanza de vivir. Es cambiar los 5.3 de mortalidad infantil que Cuba muestra hoy al mundo por los 60 que morían antes del triunfo de la Revolución.

Sería traicionar a un país que conquistó el derecho a la educación para todos, pues dejó atrás un 40 por ciento de analfabetos y la inmensa mayoría de la población posee ya un promedio educacional cercano a los 12 grados de enseñanza.

Que tiene ya más de 800 000 graduados universitarios y hoy estudian en centros de enseñanza superior más de 700 000 en todos los rincones del país; entre muchos otros resultados sociales y económicos que valen la pena defender, y seguir avanzando en lo que nos falta, y que solo podrá ser posible bajo el socialismo.

La tercera idea está determinada por el papel que le asigna la historia a ustedes como continuadores de nuestra obra revolucionaria, por el respeto que se han ganado los jóvenes de todas las generaciones de cubanos, desde los integrantes del Ejército Libertador, de la Generación del Centenario, de los expedicionarios del Granma y de la sublevación del 30 de noviembre, el 5 de septiembre y las acciones del 13 de Marzo. De los jóvenes Cinco Picos, de los que combatieron en Playa Girón, de la juventud que representó a todo el pueblo de Cuba en las misiones internacionalistas.

Ejemplos sobran en la historia de Cuba, para creer en ustedes, en su amor a la Patria, en su apoyo a la independencia y soberanía, en seguir las tareas que las generaciones anteriores les han legado, y convertirlas en convicciones, conciencia y motivaciones de lucha y autodeterminación responsable colectiva e individualmente.

Del magisterio del compañero Fidel hemos aprendido que creer en los jóvenes es una actitud, un pensamiento, determina una conducta, y nuestra conducta no sería la misma si no tuviésemos fe en los jóvenes.

Creer en ustedes no es verlos como la parte del pueblo, simplemente entusiasta e irreflexiva, llena de energía, pero incapaz, sin experiencia, sino verlos con capacidad de pensar, de crear y de transformarse para mejorar, llenos de pureza, de heroísmo, de carácter, de voluntad, de amor a la patria y a la Revolución, y con mucha confianza en sí mismos.

Y el cuarto momento va dirigido a quienes respondemos por la educación de ustedes; se trata de recordar la crítica que el compañero Raúl hiciera a los que con frecuencia, entre las generaciones mayores, hacen generalizaciones falsas, fundamentaciones superficiales y cometen errores en sus apreciaciones, como consecuencia de una reflexión insuficiente, y con ello crean una “barrera” entre el joven y el adulto, añorando los tiempos pasados.

Y yo me pregunto: ¿de qué tiempo hablan? Qué teníamos, qué tenemos y qué podemos lograr, solo bajo un sistema como el nuestro, que lucha por conquistar toda la justicia y legarles a ustedes esta obra, con la seguridad que la sabrán defender y desarrollar.

Y luego el compañero Raúl nos recalcó que cada generación necesita de sus propias motivaciones y sus propios valores, nadie será hoy revolucionario solo porque le narremos las penurias de sus padres y abuelos, por importante y útil que sea esta labor.

El recuerdo y la evocación del triste pasado en que vivieron otras generaciones de jóvenes, tiene que ir acompañado por el precepto que les indique a los de hoy qué deben hacer en esta hora y qué les depara el porvenir. Es erróneo pretender llegar a los jóvenes mediante formas esquemáticas, con recursos banales y argumentos insustanciales.

En estos días hemos estado al tanto de lo que ustedes discutieron en sus asambleas provinciales y en las comisiones de trabajo del Congreso.

Ahora cada uno de ustedes, al llegar a sus respectivos centros, no solo han de transmitir a su colectivo lo aquí tratado, sino aplicar de inmediato los acuerdos adoptados e imbuir el espíritu que en este Palacio primó, no solo a todos los miembros de la organización, sino a los integrantes de su seno familiar.

Por la calidad, profundidad e importancia para el futuro en el trabajo de la FEEM, se debe hacer un material con las intervenciones en vivo, que hicieron aquí los delegados, para que sirva como base a la discusión y continuación del Congreso en cada uno de los grupos, para que en los mismos se concreten las acciones a tomar para el cumplimiento de los acuerdos.

Conocemos muy bien la responsabilidad en la educación de ustedes de la familia, la escuela, las organizaciones de masas, la UJC, el Partido y que además en ello juega un papel muy importante el ejemplo personal de los mayores.

Sin embargo, ustedes tienen una cuota alta de responsabilidad en la urgente e imprescindible tarea de formar y fortalecer cualidades revolucionarias en los jóvenes de la enseñanza media.

En todo el proceso del Congreso ha quedado evidenciado que la FEEM no podría continuar fortaleciéndose si no resuelve los problemas que afectan el desarrollo, con calidad, de sus Asambleas de Grupos, tal como ustedes, con mucha razón y objetividad, discutieron esta mañana.

Ustedes están obligados a convertir las asambleas en un espacio para esclarecer, debatir, discutir, reflexionar, combatir y transformar los problemas relevantes, asociados al cumplimiento de los deberes estudiantiles, a los requerimientos de su participación activa en la sociedad y a los asuntos que reflejan preocupaciones e inquietudes de sus miembros.

Pero hacerlo con oportunidad, con rigor, tomarse para ello el tiempo necesario y cuando la asamblea concluya, sus miembros tienen que salir esclarecidos de los temas debatidos o tener un plan de acción que les permita concentrar su atención hacia los problemas principales que afectan a la organización o al centro.

Este XI Congreso ha retomado con fuerza el tema del estudio consciente, como el primer deber social de cada estudiante; en las discusiones desde los grupos hasta el evento nacional, hemos apreciado un reconocimiento autocrítico de que todavía es insuficiente el tiempo dedicado al estudio y a la preparación personal del estudiante, se sigue asociando este al examen, no se aprovechan los medios con que hoy se cuenta, ni se tiene conciencia de la importancia de adquirir conocimientos duraderos, que se acompañen con los valores que permitan a cada joven ser mejor patriota y revolucionario, y estar a la altura de los retos que nos impone el desarrollo de la ciencia y la técnica. En los seis años que mediaron entre el anterior Congreso y este, se ha ido produciendo una profunda transformación en los distintos tipos de enseñanza, la cual ha ido acompañada de la asignación de medios que permiten una participación mucho más activa de cada estudiante, en la construcción de su propio conocimiento.

Si a los trabajadores les exigimos aumentar la producción y mejorar los servicios, ustedes tienen que exigirse más resultados docentes y más compromisos.

Asociado a lo anterior, es oportuno reiterar que la FEEM debe emplear como uno de sus argumentos políticos en la lucha diaria el esfuerzo que hace la Revolución con el objetivo y el fin social de desarrollar integralmente al joven. No podemos confundirnos, o permitir que existan jóvenes que identifiquen estas posibilidades, con fines muy personales, egoístas. No pensar que los recursos millonarios que se emplean, en cada una de sus escuelas, alguien nos los regala, o caen del cielo.

Se requiere trabajar, producir con eficiencia para desarrollar la economía en los diferentes renglones; requiere esfuerzo, sudor e inteligencia de muchos; y requiere que ustedes empleen estos recursos con efectividad y lo cuiden con amor y dedicación.

Esta es una parte importante de la batalla ideológica que la organización tiene que seguir librando, para que cada joven posea profundas motivaciones que lo anime, para servir a la Patria, allí donde se requiere de su aporte y para que no se establezcan fronteras insalvables entre vocación y necesidades, y asuman de manera consciente, el porqué la primera vocación de un revolucionario es hacer la Revolución.

En ustedes tiene la Revolución su continuidad, todos serán muy útiles e imprescindibles, desde los que continuarán dignificando la profesión de maestro, hasta los que permanecerán produciendo las riquezas materiales y ofreciendo los servicios, que nuestro pueblo aspira, en condición de obreros calificados, técnicos, agrónomos, médicos, economistas, y en muchas otras importantes profesiones u oficios.

Y aquí cabe una pregunta: ¿Podremos seguir desarrollando el país si no tenemos los suficientes maestros y profesores, con una formación integral, y sobre todo, con una gran capacidad para educar y contribuir a la formación de la cultura general e integral que aspiramos?

La máxima martiana nos enseña el camino, cuando dijo: “el verdadero hombre no mira de qué lado se vive mejor, sino de qué lado está el deber”.

Nos alegró mucho conocer que al tema de la Defensa de la Patria, le dedicaron ustedes especial atención en todas las discusiones efectuadas como parte del proceso del Congreso, ello nos enorgullece y nos dice que ustedes han situado con claridad, la responsabilidad que comparten, con el conjunto de nuestras organizaciones revolucionarias, en la preservación de la Revolución.

En los debates se enfocó la defensa en su sentido más amplio.

Se analizó cómo se incorporan nuestros jóvenes al llamado del Servicio Militar y, más importante aun, qué le corresponde a la FEEM para lograr cada vez un resultado superior, que se materializa con el diálogo, el convencimiento y la persuasión individual con cada joven para que comprendan la necesidad del papel que le corresponde desempeñar en cada momento en la defensa de la patria.

En esta ocasión, existió un elemento nuevo y ha sido el pronunciamiento de la Organización porque se haga un trabajo de explicación, razonamiento y convencimiento, de la importancia en nuestras condiciones actuales, de la incorporación de las muchachas al Servicio Militar Voluntario Femenino, proceso en el cual como era de esperar, marchan delante un grupo de dirigentes de la FEEM, algunas de las cuales estuvieron presentes y transmitieron sus enriquecedoras experiencias en las Asambleas Provinciales; y hoy están aquí presentes en esta sala.

El análisis no abordó solamente el aporte estudiantil a la defensa militar de la nación, abordó también la defensa y el conocimiento de nuestra cultura, de nuestras raíces históricas, la importancia de que nuestros jóvenes estén informados de los problemas cruciales de nuestro tiempo, que dominen los fundamentos de nuestra política y, en particular, de la larga historia de resistencia y enfrentamiento, al enemigo jurado de nuestra Patria, nuestra independencia y nuestra Revolución, el imperio yanqui.

No solo se trata de estar al tanto de los problemas cubanos, ustedes están obligados a divulgar entre sus jóvenes lo que sucede en el mundo, para que comprendan que Cuba, no obstante nuestras conocidas dificultades, es un oasis en el planeta Tierra, donde cada día se le hace imposible la vida a la absoluta mayoría de la humanidad; que conozcan que unos tres mil millones de personas viven hoy en la pobreza, 100 millones de niños viven en la calle en absoluta indigencia, y ocho millones de ellos mueren cada año.

Que sepan el porqué en el mundo hay 876 millones de analfabetos, más de 189,9 millones y 4 de cada 10 personas tienen empleo vulnerable desempleados y miles y miles de personas que mueren de enfermedades curables.

Otras amenazas se ciernen sobre nosotros y debemos ser capaces de identificarlas y enfrentarlas con tanta firmeza como inteligencia, sobre las cuales han llamado nuestra atención los compañeros Fidel y Raúl, y que pueden provenir de nuestros propios errores e inconsecuencias y como resultado del deterioro de valores en una parte de nuestra población.

Por tanto, corresponde a la FEEM junto a la UJC y a la FEU y a todas las organizaciones de masas y sociales, ante todo para que ningún miembro de la Organización pueda ser partícipe de cualquier acto, que vaya en contra de la tranquilidad y seguridad ciudadanas por un lado, y por otro, sumándose, desde cada escuela, desde cada barrio, con el empuje que los caracteriza, a la batalla común contra los que así proceden. Martí, también nos enseña con mucha fuerza que la disciplina significa VICTORIA.

Quiero aprovechar este momento en que hablamos de la defensa integral de la Revolución, para pedirles que no olviden nunca la Reflexión del compañero Fidel del pasado 14 de enero, que tituló Regalo de Reyes, y donde escribió:

“A los revolucionarios más jóvenes, especialmente, recomiendo exigencia máxima y disciplina férrea, sin ambición de poder, autosuficiencia, ni vanaglorias. Cuidarse de métodos y mecanismos burocráticos. No caer en simples consignas. Ver en los procedimientos burocráticos el peor obstáculo. Usar la ciencia y la computación sin caer en lenguaje tecnicista e ininteligible de élites especializadas. Sed de saber, constancia, ejercicios físicos y también mentales”.

Más adelante, dice Fidel: “En la nueva era que vivimos, el capitalismo no sirve ni como instrumento. Es como un árbol con raíces podridas del que solo brotan las peores formas de individualismo, corrupción y desigualdad.

“Si hemos universalizado los estudios superiores —sigue Fidel—, debemos universalizar el trabajo físico simple, que ayuda por lo menos a realizar parte de las infinitas inversiones que todos demandan, cual si existiera una enorme reserva de divisas y de fuerza de trabajo”.

Y termina el compañero Fidel con un párrafo que ustedes tienen que convertirlo en razón de su existencia, como lo deben hacer la FEU y la UJC, el Partido y todo nuestro pueblo, y es cuando escribe: “Mientras no se tome conciencia de esas realidades, ningún esfuerzo puede realizarse para “impedir a tiempo”, como diría Martí, que el imperio al que vio surgir por haber vivido en sus entrañas, destroce los destinos de la humanidad”.

Queridos estudiantes:

Recuerden que cada día, el enemigo usa métodos y recursos de todo tipo para mentir, para confundir, para debilitar la unidad.

Por eso es tan importante el debate diario para esclarecer, para imponer la verdad sobre la mentira y esclarecer a los confundidos para demostrarles que, detrás de cada farsa, están los deseos de apoderarse de Cuba.

Recuerden siempre las razones por las cuales en una de sus reflexiones Fidel criticó a los súper revolucionarios en cuyas proposiciones muchas nos llevaban al final a ideas no socialistas.

Presentes también en las reflexiones del Congreso y en el cumplimiento de la responsabilidad de continuar nuestra obra, están los estudiantes de Arte y del Deporte, miembros de esta organización, y que deben exigirse cada día una mejor calidad en su formación integral, como instructores, artistas y deportistas, para con su desempeño contribuir, hoy y mañana, al alcance de nuevos y mejores logros en el Deporte y la Cultura; y en el noble propósito de que nuestro pueblo sea más culto y más sano, más libre y más revolucionario.

Es preciso fijar en estas conclusiones, muy en particular, que los estudiantes de la enseñanza técnica y profesional se preparan como técnicos medios y obreros calificados para contribuir decididamente con la recuperación y el desarrollo económico del país

Recordamos como en el VIII Congreso de la FEEM en 1991, en condiciones de extrema complejidad, después de desaparecido el campo socialista, el Comandante en Jefe precisó la necesaria conversión de preuniversitarios en politécnicos agrícolas, la creación de condiciones para su funcionamiento, así como el desarrollo de las escuelas de oficios, la atención a sus necesidades materiales y de personal docente y la cobertura de sus matrículas.

Y durante los últimos años se ha venido trabajando por el MINED y el resto de los organismos responsabilizados en la atención a estos centros.

Es justo señalar, que siempre existió la voluntad de mantener y preservar nuestros centros de la enseñanza politécnica, los cuales no pudieron contar con la base material especializada que en el orden técnico los mismos requerían, a lo cual se unieron problemas para el desarrollo de la práctica preprofesional en centros de trabajo y con la ubicación laboral de sus egresados, así como limitaciones en el completamiento y calidad de sus claustros.

Sin embargo, recientemente, la Dirección de nuestro Partido y del Gobierno analizó las acciones que regulan las responsabilidades de los organismos de la Administración Central del Estado en la atención a la formación profesional de los estudiantes, así como las condiciones técnico-materiales en los talleres y centros de trabajo, cuestiones planteadas por ustedes en el proceso de este Congreso.

Quiero dejar sentado que la FEEM en estos lugares debe ejercer una mayor influencia en cada uno de los alumnos, en concordancia con el esfuerzo y las acciones que hoy se realizan para la revitalización de los politécnicos.

No puedo dejar de mencionar los Cursos de Superación Integral para Jóvenes, que desde octubre del 2001 se generalizan en todo el país, con un nuevo concepto revolucionario del estudio como empleo, el que solo es posible en un país como el nuestro.

Este programa de la Revolución, que es expresión de su justicia social, ha tenido una masiva incorporación de jóvenes entre 17 y 29 años, que estaban desvinculados del estudio y el trabajo, los que han tenido la posibilidad de graduarse de la Enseñanza Media Superior e incluso, ingresar a una carrera universitaria, después de pasar un curso de nivelación y ser avalados por la organización estudiantil. Por eso les pedimos a ustedes lograr un análisis más crítico y responsable de estos avales, implicando e integrando a cada miembro del grupo y a las estructuras estudiantiles de cada centro educacional.

Teniendo en cuenta los objetivos planteados para la creación de los Cursos de Superación Integral para Jóvenes, podemos afirmar que se han logrado resultados positivos, con la incorporación de más de 418 106 jóvenes, que se preparan para seguir aportando a la economía de nuestro país.

En las asambleas provinciales y las comisiones, se abordó, de manera profunda, el necesario aporte al desarrollo económico del país que hoy se les pide a los jóvenes que forman parte de estos cursos, a partir de la participación en una actividad laboral que pueda conjugar con la continuidad de su superación cultural.

De ahí, la responsabilidad de la FEEM de elevar la influencia en un trabajo preciso que garantice una mayor permanencia de los jóvenes en los cursos.

Esto sin duda, debe ser parte del compromiso de la Organización por eliminar las causas que generan nuevos jóvenes desvinculados del estudio. Hay que librar una batalla cotidiana por la asistencia y retención de los estudiantes de preuniversitario y politécnicos, garantizando que una vez graduados continúen estudios superiores o se incorporen a una actividad laboral.

La labor política e ideológica cotidiana de la FEEM no puede convertirse en un trabajo rutinario e improvisado. No olviden nunca que la rutina, según calificó nuestro José Martí “es un vicio cobarde de la mente que depaupera pueblos y hombres”.

Por eso quiero traer a este Congreso unas palabras que el compañero Raúl pronunció hace muchos años pero siguen vigentes:

“El pilar fundamental sobre el que se asienta la creación y el desarrollo de las motivaciones en el hombre es el trabajo político-ideológico, cuya realización requiere de una labor paciente, meditada y profunda, sistemática y perseverante, encaminada a desarrollar en los jóvenes sus mejores virtudes, limar sus deficiencias, convencerlos y persuadirlos de la importancia y las tareas y misiones que cumple, por sencillas que puedan parecer. Se trata del diálogo franco y abierto que supone conocer sus opiniones, estado de ánimo y necesidades, o sea el trabajo directo con el hombre. Ahora, si algo debemos acabar de comprender es que esta labor no puede ser eficaz si se reduce a exhortaciones abstractas, a generalidades marginadas de la situación concreta, de las realidades que condicionan la conducta de los hombres.”

En este sentido, les recomiendo que conviertan en su plataforma ideológica, las veinte ideas que contiene el concepto de Revolución dado por el compañero Fidel, y que el compañero Raúl denominó como la “quintaesencia del trabajo político e ideológico”. Esa definición contiene nuestros objetivos de lucha y nuestros propósitos, son principios que garantizan la propia existencia de la Revolución y las virtudes y valores que deben tener los hombres y mujeres que la defienden.

No se trata de aprenderlos de memoria, se trata de comenzar a debatir, una por una, en cada organización de base para comprenderlas, asimilarlas y convertirlas en una guía para la acción diaria de cada uno de ustedes, como deben serlo también para cada uno de nosotros.

Y me refiero a nosotros, no como algo formal, sino, porque nos sentimos responsables: el Partido, la UJC, los ministerios y sus sindicatos por la calidad del trabajo de ustedes.

Por último, compañeras y compañeros, no quiero que pase inadvertido la significación que tiene el estudio de la historia. Y no para aprobar un examen, me refiero al estudio para que se apropien de lo más hermoso del pasado, que son el heroísmo que aportó cada generación a favor de la Revolución, a aquellos les correspondió derramar su sangre por alcanzar la independencia, a otros por defender la soberanía conquistada y la independencia de otros pueblos; a muchos entregar su sudor en la construcción de la obra de la Revolución, que es lo más sagrado de este pueblo. Es la sabia de la cual debemos beber para continuar viviendo.

Ustedes son jóvenes y la Revolución tiene 49 años, deben conocer qué ha pasado en estos años.

De esa actitud son ejemplo nuestros cinco jóvenes hermanos prisioneros en cárceles norteamericanas por defender la justicia, ustedes saben a quienes me refiero: Fernando, Antonio, René, Gerardo y Ramón, símbolos de voluntad, intransigencia y firmeza revolucionaria.

No es casual, que el compañero Fidel, el 26 de julio de 1998, haya concluido su intervención con las palabras siguientes: “Un árbol se puede caer porque tenga raíces flojas, pero ningún árbol de raíces profundas podrá ser arrancado jamás, y tenemos millones de ciudadanos con raíces profundas y un pueblo de raíces muy profundas. Sepan captarlo, sepan comprenderlo nuestros jóvenes instruidos y cultos; sepan beber de la historia; sepan alimentarse de la gloria de nuestra patria, de sus tradiciones, de sus valores, como se alimentan los niños del pecho de las madres.

No se dejen confundir por nada, no se dejen engañar jamás por nadie. Esa es nuestra esperanza, y que este país jamás retroceda, que esta Revolución jamás retroceda, que toda la dignidad y la gloria que hemos adquirido no puedan destruirla nunca. Ese es nuestro compromiso y ese es nuestro juramento con nuestros mártires gloriosos, con nuestros muertos heroicos”.

Así se comprometió y juramentó aquel día el compañero Fidel; así le pido a ustedes que un día como hoy, cuando clausuramos este histórico congreso se comprometan y juren ante nuestros mártires gloriosos y ante nuestros muertos heroicos continuar la obra eterna de esta Revolución Socialista.

De una Revolución donde tiene que triunfar la virtud sobre los vicios; el honor sobre la deshonra; donde tiene que triunfar la verdad, la integridad moral y patriótica sobre lo inmoral, la mentira y el mercenarismo.

Los felicito a todos por la calidad del Congreso, especialmente a los compañeros que resultaron electos para dirigir la FEEM en el período que hoy comienza.

Y los exhorto a tener siempre presentes las palabras del compañero Fidel en su respuesta al mensaje que le envió la Juventud Comunista, que representan también la convicción de nuestro Partido y de todo el pueblo:

“Si los jóvenes fallan, todo fallará. Tengo la firme convicción de que la juventud cubana luchará por impedirlo. Creo en ustedes”.

¡Vivan los jóvenes de la Enseñanza Media!

¡Viva la Unión de Jóvenes Comunistas!

¡Viva el Partido Comunista de Cuba!

¡Vivan Fidel y Raúl!

¡Viva el Socialismo!

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!

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