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Manos amigas en la recuperación tras el azote de los huracanes

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Juventud Rebelde

Más allá del monto de las donaciones, es su valor simbólico lo que ha conmovido a los beneficiarios

NUEVA GERONA.— «Las latas ayudaron muchísimo, sobre todo en los momentos en que no teníamos electricidad y la comida se podía echar a perder», comentó a JR Zaida Barrios, vecina del reparto Comandante Pinares, de La Fe.

Esta localidad de la Isla de la Juventud, la cual estuvo 11 días sin recibir el servicio eléctrico tras el paso del huracán Gustav, hasta el emplazamiento de un grupo electrógeno, vio con ojos agradecidos la llegada de las donaciones que manos amigas han hecho a Cuba.

«La mayoría se quedó sin nada y cuando se les entrega algo, aunque sea un jabón, se alegran. Ellos saben que eso no les resuelve el problema, pero compensa hasta tanto el país, afectado también casi en su totalidad, esté en condiciones y llegue la normalidad», comentó Jorge Quesada, trabajador social, quien atiende las zonas rurales limítrofes entre La Fe y Nueva Gerona.

Y es que más allá de su cuantía, las personas agradecen mucho el gesto de foráneos y cubanos, que por vía aérea y marítima han hecho llegar donaciones de materiales y alimentos, como muestra concreta de solidaridad.

Emilia Gómez Abillud, delegada territorial del Ministerio para la Inversión Extranjera y la Colaboración Económica (MINVEC) reveló que hasta la fecha se han recibido en territorio pinero 265 064 envíos procedentes de Islas Caimán y la Agencia de Cooperación Internacional de España, entre otros consignatarios.

Asimismo se recibieron donativos de diversas instituciones, las cuales trajeron hasta la rada pinera alimentos destinados a centros educacionales, y para instituciones como el Hospital General Docente Héroes del Baire, hogares maternos, de ancianos y de niños sin amparo filial.

«Se priorizan además los 457 albergados temporales en centros de evacuación y las personas más afectadas de zonas vulnerables como Ciro Redondo, Mella, La Reforma, La Mina y La Ceiba, entre otras», apuntó.

Entre los principales donantes foráneos figuran el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, de la isla Guadalupe, de miembros de una Organización No Gubernamental de trabajadores eléctricos de Francia y del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.

Significativa también es la contribución de organizaciones e instituciones cubanas, entre las que destacan la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, el Ministerio del Transporte, el Instituto de la Aeronáutica Civil de Cuba, la Asociación de Radioaficionados de Cuba, Radio Cumanayagua y la Empresa Constructora Viajero.

Trabajar rápido, pero con orden

El puerto de Gerona trabaja intensamente en la descarga de mercancías. Foto: Roberto Díaz Martorell Las imágenes de un territorio donde parecía haber ocurrido una explosión nuclear —como se evidenciaba en la Isla de la Juventud tras el paso del huracán— no solo conmovieron a muchos cubanos, sino también a innumerables amigos de la Isla por todo el mundo.

Emilia Gómez Abillud, delegada del MINVEC en la Isla, explicó que su colectivo labora todos los días sin descanso, en aras de preparar los módulos que llegarán a manos necesitadas.

«Estamos aquí sin tener en cuenta las horas. Hay días que nos sorprende la madrugada, pero estos son tiempos de hacer. Mientras haya mercancía que clasificar y distribuir estaremos... Yo lo mismo estibo, clasifico, que distribuyo», comentó Leonardo Marrero Marcel, especialista de colaboración del MINVEC.

«Cuando arriba la mercancía al almacén, se descarga y clasifica. Por ejemplo, la ropa se separa de acuerdo con las tallas y sexo, y en relación con los alimentos esperamos a que el Centro Municipal de Higiene y Epidemiología autorice su distribución, en cumplimiento de las normas internacionales, que contemplan 19 datos entre los cuales destaca la fecha de caducidad del producto», acotó.

De Islas Caimán llegaron algunos materiales constructivos como tablones y planchas de playwood, que se destinaron a la elaboración de alfajías (tablas que soportan cubiertas ligeras) y sillas para los damnificados, así como unas 240 tejas de zinc reservadas para una de las panaderías de mayor cobertura del municipio.

A su vez, el Consejo de Defensa Municipal creó una comisión que organiza los destinos de lo que llega, dando prioridad a los centros de evacuación y casos sociales sensibles. De igual modo, representantes del Consejo de Defensa de Zona, de la Microbrigada Social y técnicos de la Dirección Municipal de la Vivienda, a partir de la evaluación de los daños y estatus de los damnificados, deciden el orden de entrega de los recursos constructivos.

Manuel Mateo, al frente de esta tarea, comentó que mediante la red de bodegas de cada Consejo Popular se distribuyeron de forma gratuita los primeros alimentos enlatados que beneficiaron a la totalidad del pueblo.

En ese sentido, cada familia pinera recibió, según el número de individuos en el núcleo, latas de sardinas y atún del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas.

«Entregamos también 1 008 módulos de aseo personal a igual número de familias con derrumbes totales de sus viviendas. Hoy se trabaja por llegar al resto de esa categoría de damnificados que suman 1 622», dijo.

El también vicepresidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular, destacó que a varios asentamientos rurales se le da servicio de agua en camiones cisterna y reciben el líquido para tomar embotellado gracias a una donación.

Entre las comunidades rurales favorecidas figuran La Reforma, Mella, Los Mangos, el Internado, La Isabel, La Tumbita y Ciro Redondo. En esta última, la mayoría de sus pobladores quedaron a merced del sol o la lluvia, al perder las cubiertas ligeras de sus viviendas. Por esa razón, se les asignaron mantas provenientes de Gran Caimán para resguardar los techos.

Asimismo, los sectores de Salud Pública y Educación clasifican entre los mayores beneficiarios, al recibir además de alimentos, medicamentos, camas, sillas de ruedas, lencería, colchones y artículos de higiene.

Techo y alimentos sobre ruedas

Entre las secuelas del huracán Gustav destacan las ocasionadas en las viviendas, con un saldo de 21 351 afectadas de un fondo habitacional de unas 25 000.

Carlos González Pupo, jefe del puesto de dirección del subgrupo económico de Transporte, explicó que se han recibido de la Reserva Estatal miles de tejas infinitas, 207 tanques de agua, 65 módulos de tejas de zinc, 101 módulos de ventanas metálicas, acero, alambrón y más de 132 000 tejas de asbestocemento con sus respectivos herrajes, a fin de cumplir las normas técnicas en la construcción de las cubiertas ligeras en las viviendas. Todos estos recursos los recibe la empresa de Mantenimiento a Inmuebles del Poder Popular, encargada de distribuirlos en sus camiones a los Consejos de Defensa de Zona.

Merardo Granda Rodríguez, uno de los 15 presidentes de Consejo de Defensa de Zona, con 25 años de experiencia en esos menesteres, se refirió al estricto control y unidad de los miembros de su Consejo que les permitió en breve tiempo hacer un levantamiento exhaustivo de las afectaciones en las viviendas.

Este estudio agilizó el trabajo con los técnicos del sector, encargados de evaluar los daños para en correspondencia asignar los materiales, pues los datos finales atestiguan que en la Isla hay 1 340 viviendas con afectaciones por distintas causas, desde una persiana hasta derrumbes totales y parciales.

«Los factores del barrio desempeñaron un importante papel en la distribución. Hoy solo faltan 500 tejas de asbestocemento para declarar el consejo terminado en materia de cubiertas ligeras techadas. Por otra parte, nosotros informamos a la población la manera en que se distribuirían los productos en conserva, los cuales llegaron por donación», puntualizó.

Reserva benefactora

Jorge Quesada, trabajador social que atiende la entrega de donaciones, precisó a JR que entre las gratificaciones de mayor aceptación destacan tres piezas de vestir procedentes de Gran Caimán, que se entregan a cada miembro de las familias más perjudicadas.

Mientras su colega, Juan Pablo Rodríguez González, comentó que en el momento de la donación ellos explican la procedencia y para qué está destinado el paquete, acto que se realiza frente a los factores integrantes de la comisión.

Aunque los damnificados saben que esto no resuelve su problema, agradecen el gesto. Más allá del valor monetario, destacan por lo simbólico, en un momento donde la mano amiga es siempre agradecida.

«Es el Estado cubano quien ha asumido de forma inmediata los problemas más complejos y que por su envergadura demandan mayor cantidad de recursos», explicó Roberto Únger Pérez, jefe del Grupo Económico Social del Consejo de Defensa Municipal.

El país indicó el emplazamiento de varios grupos electrógenos, con el objetivo de garantizar la sostenibilidad de los servicios básicos a la población en hospitales, policlínicas, panaderías y otras prestaciones esenciales.

«Un gran número de ellos fue trasladado de otras provincias. Eso significa un elevado consumo de recursos energéticos como el diésel, en medio de la situación tan compleja que vive el planeta por los altos precios del petróleo», destacó el también presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular.

Junto a ello, gracias a un esfuerzo extraordinario en la acumulación de reserva, con una cobertura de 90 días previos a la temporada ciclónica, se pudo garantizar a la población la canasta básica.

Además, ya se comenzó a cumplir con la distribución de un reforzamiento alimentario durante cinco meses, de acuerdo con la indicación de la máxima dirección del país.

La Reserva Estatal, en función de resarcir los daños, liberó miles de colchones para damnificados y centros de evacuación, de tejas de asbestocemento e infinitas; decenas de toneladas de puntillas de diferentes medidas, barras corrugadas de acero y madera aserrada, informó Blas Rivas Capote, subdelegado de esa actividad en la Isla de la Juventud.

De igual modo, se destinó a la población carne enlatada, se asignó a Salud Pública cloro para el tratamiento del agua, y la empresa de Mantenimiento a Inmuebles del Poder Popular recibió papel para impermeabilizar los techos de los edificios multifamiliares.

«Todas estos recursos se ubican en las empresas encargadas de comercializarlas y deben ser financiados por los receptores a precios módicos. Además se autorizó poner a disposición de la recuperación económica del territorio el ciento por ciento de los equipos pesados y ligeros, algunos de ellos traídos de otras provincias».

Gracias a la celeridad con que el Estado cubano garantizó los recursos a los damnificados, hoy 768 familias concluyeron la reparación de sus cubiertas y otras 1 853 fueron beneficiadas con tejas de asbestocemento.

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