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Hacia la liberación plena de la mujer

Las mujeres tienen que dar sus batallas por la vida y la Revolución unidas a sus compañeros. Ese es el espíritu que prevalece en los debates del Congreso, cuyas sesiones culminan este domingo Transmitirán esta tarde en la Mesa Redonda Clausura del Congreso de la FMC

Autor:

Marianela Martín González

Se escuchó la voz de Vilma, y en las grandes pantallas de la sala asomaron imágenes de ella en distintos momentos de su vida de lucha. Con su timbre tierno, se le escuchó hablar del privilegio que entraña ser mujer en Cuba, y de cómo Fidel ha sido un fiel promotor de nuestras conquistas.

Minutos después, jóvenes uniformadas acercaron al escenario el traje guerrillero de Vilma, y su pistola, símbolos que presiden las sesiones del VIII Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).

Así fueron los primeros momentos de la máxima cita de las federadas, que concluyó este domingo en el capitalino Palacio de las Convenciones, y que en la sesión inaugural de este sábado en la tarde contó con la presencia del Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, José Ramón Machado Ventura; con la Heroína del Moncada, Melba Hernández; con la fundadora de la Federación y compañera de Vilma en la clandestinidad y la Sierra Maestra, Asela de los Santos Tamayo; y con madres, esposas e hijos de nuestros cinco compatriotas injustamente presos en cárceles estadounidenses por enfrentar al terrorismo.

En este encuentro, donde casi la mitad de las delegadas nacieron después de 1959, la secretaria general de la FMC, Yolanda Ferrer Gómez, patentizó la confianza en quienes deben dar continuidad a la vida de la organización.

«Las cubanas jamás volveremos al pasado de opresión», afirmó la miembro del Comité Central del Partido, quien no soslayó algo de lo que habló Vilma, y que Fidel siempre ha ponderado: las mujeres tienen que dar sus batallas por la vida y la Revolución, unidas a sus compañeros.

Especialmente emotiva resultó la propuesta de que la bandera y logo que distinguen a la Federación lleven en lo adelante la imagen de la Vilma combatiente. Las delegadas levantaron sus manos en señal de aprobación, y una joven cubana aseguró después que seguramente el rostro de esa mujer excepcional constituirá un incentivo para iniciarse y tomar parte activa en los empeños de la organización.

Al leer una síntesis del Informe Central al Congreso, Yolanda Ferrer destacó que las cubanas somos un «verdadero ejército» donde han echado raíces los preceptos concebidos por Vilma para la liberación plena de las mujeres.

La Secretaria General de la Federación reconoció que la organización se ha fortalecido; ha crecido en membresía; tiene identificados los desafíos más importantes de las féminas; desarrolla y promueve programas educativos y preventivos; toma parte en las tareas de la Revolución Energética; defiende la incorporación femenina a la fuerza laboral, y decide en la modificación de leyes cardinales para el país, entre otros logros.

«Sirva este, nuestro primer Congreso del siglo XXI, para consolidar lo alcanzado», expresó Yolanda Ferrer, quien consideró que, aun cuando la FMC ha avanzado, sigue teniendo desafíos: hay que mejorar la política de cuadros; lograr que cada bloque de la Federación funcione y se parezca a la vida; desplegar un trabajo diferenciado que permita atender individualidades; hacer sentir la organización en cada comunidad; enfrentarse con energía a todo síntoma de corrupción; y revolucionar contenido y formas de convocar.

En la primera jornada las delegadas también aprobaron la sugerencia del Secretariado Nacional de que en lo adelante el cargo de Presidenta de la FMC no sea ocupado y que, a modo de homenaje, pertenezca simbólicamente a la compañera Vilma Espín.

De mujer a mujer

En la mañana, las reflexiones tuvieron lugar a partir de comisiones que abordaron la política de cuadros y el funcionamiento de la organización, el trabajo ideológico, la formación de valores y la defensa de la Patria, la solidaridad y el trabajo internacional, la participación de la mujer en la economía, la labor comunitaria y preventiva, y la lucha por la igualdad y promoción de las féminas.

El último tema mencionado motivó la expresión de múltiples ideas, entre estas la necesidad de trascender los análisis referidos solo al hombre y la mujer, cuando de igualdad se trate.

Según criterios de las delegadas, es preciso añadir otras variables que visualicen, en la Cuba actual, los principales núcleos que generan desigualdades. ¿Cómo viven las familias en dependencia de sus economías en el hogar? ¿Cómo funciona la subjetividad en dependencia del grupo social al cual se pertenece.

Solo si vemos la realidad cubana como algo heterogéneo y contradictorio, alertó una federada, podrán ser efectivas nuestras maneras de hacer política.

Otra inquietud expresada en la comisión estuvo referida a la importancia de respetar la diversidad de preferencias dentro de los seres humanos. Este principio llevado al ámbito de la sexualidad, según más de una voz en el Congreso, es el antídoto contra prejuicios y actitudes discriminatorias.

Una mujer pidió no olvidar que detrás de una persona que tenga preferencias sexuales a las cuales podemos estar o no acostumbrados, hay alguien que tiene sentimientos y que puede luchar junto con nosotros.

La directora del Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba (CENESEX), Mariela Castro Espín, expresó, en una reflexión alusiva a los retos que entraña la equidad, cómo de algún modo estamos volviendo a los años 70, momento en el cual las mujeres, a la altura del segundo Congreso de su Federación, pidieron orientación sexual para sus hijos, para que ellos no repitieran los mismos errores que ellas habían vivido.

«Volvemos a aquellos problemas, aunque con un enfoque dialéctico —dijo Mariela—; la violencia de género ya no es tan explícita; el mal se va replegando, pero no desaparece, por lo cual hay que seguir trabajando con inteligencia».

La directora del CENESEX deslizó una pregunta para meditar: ¿Cómo vive la mujer que tiene responsabilidades gubernamentales, administrativas, políticas? ¿Con cuántas contradicciones? «Esta es una problemática cuya solución pasa por el trabajo conjunto de mujeres y hombres».

Prever, esa actitud curativa de la que habló José Martí, estuvo en el espíritu de las delegadas que participaron en la comisión, donde se habló sobre el esfuerzo en la comunidad y en los escenarios educativos, allí donde se pueden enfrentar con profundidad actitudes que disminuyen la salud moral de la nación.

Lázara Mercedes López Acea, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido, resaltó que para desplegar un trabajo preventivo eficaz no basta con las buenas intenciones: es preciso prepararse. Por eso, dijo, si importante es para la Federación la atención directa a los niños y jóvenes, cardinal es orientar a las trabajadoras sociales con las cuales cuenta la organización, esas que están junto a las familias.

La incidencia de la organización en los hogares, en los Consejos de las escuelas, en experiencias como los Cursos de Superación Integral para Jóvenes, en fin, en todos los espacios claves para la educación de las nuevas generaciones, fue resaltado por Lázara Mercedes. Cuando se hable de prevención, dijo, siempre habrá que hacerlo de una reserva infinita con la cual cuenta la FMC en su trabajo con el ser humano.

Lo que ellas pueden

En el año 2000 Aida Leonor Oro Lau, directora de la Empresa de Hilandería de Holguín, Inejiro Asanuma, sufrió un accidente que la privó de su mano derecha, pero no se debilitaron sus deseos de fundar. Ahora «zurda a la fuerza», como ella se reconoce, son incontables las iniciativas que le nacen y que van más allá de mandar o firmar papeles.

Este sábado, entre las delegadas al VIII Congreso de la FMC que analizaron la participación de las féminas en la economía del país, Aida Leonor trajo a colación la epidemia de tristeza que los huracanes dejaron en la Ciudad de los parques.

«De mis trabajadores, 171 sufrieron afectaciones en sus viviendas, y 41 se quedaron sin casa donde vivir. La fábrica tuvo que asumir en zafarrancho la elaboración de la comida de estos obreros, y más que eso, diseñar una estrategia para que el ausentismo no afectara los planes productivos».

Con esta cubana al frente, operando una enconadora, se hicieron 57 000 horas de trabajo voluntario, y los planes se cumplieron.

Aida tuvo que asumir esa empresa en 1992. Entonces el centro sufría escasez y el éxodo de muchos trabajadores. Para capear el temporal ella tenía la intención de diversificar las producciones, a partir de una ecuación donde la voluntad fuera más poderosa que los insumos disponibles.

Con una máquina de coser fabricada hacía más de 40 años, perteneciente al centro, y otras tres aportadas por trabajadoras, empezaron a confeccionar almohadas. Luego el taller creció con ocho de estos equipos, y mediante el rescate del movimiento Cose en casa, que promueve la Federación.

Gracias a esta iniciativa, el año pasado el referido taller vendió en las TRD 224 000 dólares, y en 2009 llegará a los 314 000, casi el 36 por ciento de lo que tributará en general esta empresa, cuyo fin social contempla la producción del hilo de los tejidos que se confeccionan en el país, entre estos la tela antiséptica.

Aida se pronunció en la comisión porque se sustituyan importaciones a partir de la confiabilidad que debe recobrar la industria nacional. Y en igual espacio la avileña Odalys Álvarez solicitó que la FMC exija con más rigor en las empresas el pago por resultados, porque no hacerlo es una de las causas que debilitan la incorporación de la mujer al trabajo.

A crear una cultura basada en el control y la prevención convocó Gladys Bejerano, ministra de Auditoría y Control, quien en calidad de invitada a este VIII Congreso habló sobre la presencia de las mujeres en la vida económica, donde ellas no solo despliegan inteligencia, sino que además han sabido enfrentar la corrupción y otras ilegalidades, porque tienen el don de la persuasión y el amor.

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