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Entre otras actividades, se realizarán caminatas hacia sitios históricos vinculados con la derrota que asestara el pueblo cubano al imperialismo aquel 19 de abril de 1961
La Unión de Jóvenes Comunistas desarrollará un amplio programa de actividades como homenaje a la gran derrota que asestara el pueblo cubano al imperialismo, aquel 19 de abril de 1961, a menos de 72 horas de que arribara a las costas cubanas, por Playa Girón, el contingente mercenario pertrechado y preparado por el gobierno de Estados Unidos.
El próximo sábado, en todos los municipios del país, 50 jóvenes realizarán una caminata hacia sitios históricos vinculados con este suceso o con Mella, Camilo y Che, figuras emblemáticas de la UJC, con el propósito de evocar el recorrido de unos 62 kilómetros que hiciera Fidel desde el central Australia hasta el poblado de Girón en aquellos días de lucha contra la invasión.
Del 16 al 19 de abril también visitarán a los familiares de los combatientes caídos durante la contienda y efectuarán actos en los centros y escuelas que lleven el nombre de los mártires de aquella epopeya.
Estas actividades se insertan dentro del gran movimiento que potencia el acercamiento de las nuevas generaciones a la historia, que desde hace más de un año impulsa la organización juvenil.
Preludio de la invasiónUn día como hoy, pero del año 1961, dos días antes de la invasión a Girón, ocurrió además el traicionero bombardeo a tres de los aeropuertos cubanos: Ciudad Libertad, San Antonio de los Baños y Santiago de Cuba.
Los aviones que perpetraron el bombardeo, sin previa declaración de guerra contra Cuba, despegaron de Puerto Cabezas, Nicaragua, y cumplieron esa indigna misión luciendo las insignias de la Fuerza Aérea Revolucionaria, para hacer creer al mundo que los agresores eran militares cubanos que habían desertado e iniciaban una sublevación.
Los aviones enemigos partieron de Happy Valley en tres formaciones, denominadas Linda, la que bombardeó San Antonio de los Baños; Puma, a Ciudad Libertad; y Gorila, la que ametralló el aeropuerto de Santiago de Cuba.
De aquel inmoral suceso nos queda en el recuerdo el conmovedor gesto del joven artillero revolucionario Eduardo García Delgado quien, herido de muerte, escribió con su sangre el nombre de Fidel.
